Se trata del primer intento concreto del gobierno federal por contrarrestar la nueva ley del aborto de Texas, la más restrictiva que se ha aprobado en EEUU desde la despenalización del aborto en 1973.
El gobierno federal, como prometió el presidente Joe Biden, está explorando vías para contrarrestar la nueva ley del aborto en Texas, que lo prohíbe después de seis semanas de embarazo sin excepciones en caso de violación o incesto.
La primera propuesta concreta la ha anunciado este lunes el fiscal general, Merrick Garland, al explicar que el Departamento de Justicia «protegerá a aquellos que buscan obtener o proporcionar servicios de salud reproductiva» bajo una ley de 1994, la Freedom of Access to Clinic Entrances Act (Libertad de Acceso a las Entradas de las Clínicas, FACE).
Los fiscales del estado están explorando opciones para impugnar la ley de aborto de Texas, después de que la Corte Suprema, de mayoría conservadora, decidiera no bloquearla.
El Departamento de Justicia, mientras tanto, hará cumplir la ley FACE para «proteger los derechos constitucionales de las mujeres y otras personas, incluido el acceso al aborto», según indicó Garland en un comunicado.
La ley FACE, aprobada en 1994 y firmada por el entonces presidente demócrata Bill Clinton, prohíbe obstruir físicamente el paso e intimidar a una persona que busque acceder a servicios de salud reproductiva. Asimismo, prohíbe los daños a la propiedad de las clínicas donde se practican abortos y otros centros de salud reproductiva.
La característica que distingue sobre todo la ley del aborto de Texas de otras similares que han bloqueado los tribunales en otros estados es que deja en manos de los ciudadanos particulares el demandar a los centros donde se practiquen abortos y a «quien ayude a alguien a tener un aborto» pasado el plazo de las seis semanas.
«El departamento proporcionará apoyo de las fuerzas de seguridad cuando una clínica de abortos o un centro de salud reproductiva esté bajo ataque», indicó Garland.
Y añadió: » No toleraremos la violencia contra aquellos que busquen obtener o proporcionar servicios de salud reproductiva, ni la obstrucción física ni el daño a la propiedad en violación de la ley FACE».
La ley más restrictiva en medio siglo
La nueva ley del aborto en Texas, la ley SB8 , es la más limitante desde la histórica decisión de la Corte Suprema de 1973, Roe v. Wade, que despenalizó el aborto en Estados Unidos.
Esta norma prohíbe el aborto después de las 6 semanas, cuando muchas mujeres todavía no saben que están embarazadas. Aunque han proliferado leyes de este tipo en estados conservadores, ninguna ha llegado tan lejos como esta.
Además, no incluye excepciones que incluso países muy restrictivos con el aborto suelen contemplar, como la violación o el incesto. La única que reconoce es la emergencia médica.
A diferencia de otras leyes similares en otros estados, no establece sanciones penales por incumplirla, sino que permite a ciudadanos ajenos completamente al caso demandar a cualquier clínica donde se practiquen abortos o a cualquiera «que ayude a alguien» a tener un aborto.
Los detractores de la norma alertan de que de esa manera se puede agotar en tiempo y dinero a las clínicas, y como consecuencia se vean obligadas a cerrar.