«Que una mujer hija de inmigrantes diga esto a personas desesperadas es simplemente desgarrador», dijo una periodista hispana que recalcó que buscar asilo en cualquier frontera de Estados Unidos es legal.
La advertencia de Kamala Harris a los futuros solicitantes de asilo durante su primer viaje internacional como vicepresidenta recordó a algunos la retórica empleada por Donald Trump durante la Administración anterior para disuadir a los migrantes centroamericanos de partir rumbo a la frontera sur.
“Quiero ser clara con las personas en esta región que están pensando en hacer ese peligroso recorrido hacia la frontera entre Estados Unidos y México: No vengan. No vengan”, les insistió Harris el lunes desde Guatemala.
“Estados Unidos continuará haciendo cumplir nuestras leyes y protegiendo nuestra frontera. Hay métodos legales por los cuales la migración legal puede y debe ocurrir”, advirtió.
Harris viajó a Guatemala y luego a México antes de regresar a Washington el martes en la noche, como parte de los esfuerzos de la Administración de Joe Biden para abordar las llamadas causas de raíz de la migración desde Centroamérica.
Su corta gira ocurre en un momento en que la migración irregular va en ascenso, convirtiéndose en uno de los principales desafíos en los primeros meses de su mandato.
Los comentarios de la vicepresidenta –la encargada de Biden para lidiar con la crisis en la frontera– resultaron inflamatorios para políticos progresistas, defensores de los derechos de los migrantes y voces dentro de la propia comunidad hispana.
Alexandria Ocasio-Cortez, representante demócrata por Nueva York, calificó sus declaraciones de “decepcionantes” y destacó que es legal pedir asilo.
“Primero, buscar asilo en cualquier frontera de Estados Unidos es un método de llegada 100% legal”, dijo la congresista. “En segundo lugar, Estados Unidos pasó décadas contribuyendo al cambio de régimen y la desestabilización en América Latina. No podemos ayudar a prender fuego a la casa de alguien y luego culparlos por huir».
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“Buscar protección contra la violencia y la persecución es un derecho humano fundamental, y el derecho a solicitar asilo está protegido por el derecho internacional y de Estados Unidos”, dijo en un comunicado la organización de derechos civiles Southern Poverty Law Center. “Estos comentarios van en contra del derecho a buscar asilo aquí e indican una inquietante continuidad entre la Administración Trump y la Administración Biden-Harris”.
Otros han reaccionado con incredulidad a que la advertencia contra los solicitantes de asilo haya provenido de la inmigrante que más alto ha llegado en la política estadounidenses: Harris nació de una madre india y un padre jamaicano.
“Acabo de ver a la vicepresidenta decirles hoy a los refugiados: ‘No vengan’”, tuiteó la periodista María Hinojosa. “Honestamente, solo les diré que tengo el corazón roto. Que una mujer hija de inmigrantes diga esto a personas desesperadas es simplemente desgarrador. ¿Qué se queden en casa y sean asesinados por su amante? ¿Qué se queden en casa y sean asesinados por las pandillas?”.
Harris se ha negado a responder directamente a las críticas y ha dicho brevemente: “Lo tengo muy claro: tenemos que lidiar con las causas fundamentales (de la migración) y esa es mi esperanza. Punto».
Junto a su mensaje de “No vengan”, también dijo a los migrantes que Estados Unidos trabajaría para que las poblaciones pobres y amenazadas de América Latina tengan “un sentido de esperanza» en la región y no sientan la necesidad de emigrar.
Las críticas por sus comentarios han subrayado la naturaleza políticamente tensa de la tarea que le encomendó el presidente Biden, así como la dificultad para encontrar el éxito en el tema de inmigración, uno de los más complejos renglones en materia de política exterior para Washington.
Biden encargó a Harris gestionar la crisis migratoria en la frontera con México a finales de marzo, cuando ya estaba claro que el tema de la inmigración sería uno de los principales desafíos de la Administración al menos en su etapa inicial. Al seleccionarla, destacó la labor que desempeñó como fiscal general de California y dijo: “No puedo pensar en nadie que esté mejor calificada para hacer esto”.
Ella respondió al encargo: “No cabe duda de que esta es una situación desafiante”.
Los cruces ilegales han crecido sostenidamente desde abril de 2020, después de que el entonces presidente Donald Trump empleara las restricciones asociadas a la pandemia para negar a los migrantes la posibilidad de pedir asilo. La tendencia se ha acelerado más bajo el mandato de Biden, quien derogó con rapidez muchas de las políticas fronterizas más duras de su predecesor.
Las autoridades fronterizas de Estados Unidos encontraron a casi 19,000 niños no acompañados en marzo, la cifra más alta de la que se tiene registro. Y, en total, encontraron a 170,000 personas en la frontera durante abril, el número más alto en más de 20 años.
Harris comenzó a recibir críticas sobre el manejo de la crisis en la frontera incluso antes de regresar de su viaje a Centroamérica. En una entrevista televisada el martes con Lester Holt, de NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo, el periodista le preguntó por qué aún no había visitado la frontera sur personalmente.
«En algún momento, ya sabes, iremos a la frontera», le respondió Harris. «Hemos estado en la frontera”.
Holt le respondió: «Usted no ha estado en la frontera».
«Y no he estado en Europa», respondió la vicepresidenta riendo. «No entiendo el punto de lo que estás preguntando».
Para algunos, es fundamental que la funcionaria del Gobierno a cargo de la respuesta a la crisis migratoria visite la frontera y conozca de primera mano los testimonios de los solicitantes de asilo y sus razones para abandonar sus países de origen.
“Me parece muy importante que, si alguien le está diciendo a la comunidad migrante que no venga a este país, es importante que ella mima les pregunte a las personas que están en la frontera por qué están viniendo a Estados Unidos”, dijo la periodista Paola Ramos, colaboradora habitual de Noticias Telemundo.
La vicepresidenta salió de sus reuniones con los presidentes de México y Guatemala con promesas de trabajar juntos para fomentar el desarrollo económico y luchar contra el tráfico ilegal de personas, el contrabando y la corrupción.
En México, presenció el martes la firma de un acuerdo en materia de cooperación migratoria y de desarrollo que busca atajar las causas del éxodo irregular hacia Estados Unidos y propiciar «flujos migratorios ordenados, seguros y regulares”.
«¿Considero este viaje un éxito? Sí», manifestó en una rueda de prensa en un hotel de Ciudad de México, en el que fue su último acto público antes de regresar a Estados Unidos. Pero, recalcó, «el problema de las raíces de la migración no se va a resolver en un viaje de dos días».
La vicepresidenta no visitó Honduras ni El Salvador, los otros dos países del Triángulo Norte.