Era una de las bodas más esperadas de Hollywood, pero Jennifer Lopez y Ben Affleck lo hicieron a su manera: lejos de los reflectores y las cámaras que han asediado su relación. La pareja se casó oficialmente este sábado durante una «ceremonia íntima en Las Vegas», según le confirmó a CNN una fuente cercana a la actriz y cantante.
Horas después, este domingo, JLo reveló detalles de la boda en un boletín informativo: «Al final fue la mejor boda posible que pudimos haber imaginado», escribió. Y también sorprendió con su nuevo nombre Sra. Jennifer Lynn Affleck.
Parte de la intimidad que Jennifer Lopez y Ben Affleck quisieron mantener para el gran «sí» se ha reflejado en las pocas imágenes que han publicado de la boda hasta el momento.
Con esta foto en blanco y negro, JLo compartió las noticias de su boda: «¡Lo hicimos! El amor es lindo, el amor es amable y resulta que también es paciente por 20 años», dijo.
Se refiere a la historia de amor que comparte con Affleck y que ya llega a las dos décadas. La pareja se conoció originalmente en diciembre de 2001 en el set de la comedia romántica «Gigli», donde interpretaron a criminales que trabajaban juntos y la pareja entabló una relación en la vida real. Aunque se comprometieron en noviembre de 2002, nunca llegaron al altar y cancelaron oficialmente su compromiso en enero de 2004.
En esta «selfie» se alcanza a ver parte de la ropa que utilizaron Jennifer Lopez y Ben Affleck en su boda. La actriz y cantante escribió que usó un vestido de una película antigua y Affleck usó una chaqueta de su armario.
En su boletín informativo, JLo relató que junto a Affleck volaron a Las Vegas en la noche del sábado, «hicimos fila para obtener una licencia con otras cuatro parejas, todos haciendo el mismo viaje a la capital mundial de las bodas».
Y añadió: «Apenas llegamos a la pequeña capilla blanca para bodas a la medianoche. Graciosamente permanecieron abiertos hasta tarde unos minutos, nos permitieron tomar fotografías en un Cadillac descapotable rosa, que evidentemente alguna vez utilizó el propio rey (pero si queríamos que Elvis mismo apareciera, eso tenía un costo extra y él ya estaba en cama)».
Luego explicó que «leímos nuestros propios votos en la pequeña capilla y nos entregamos los anillos que usaremos por el resto de nuestras vidas», escribió. «Al final fue la mejor boda posible que pudimos haber imaginado».