Después de tanta presión el brazo derecho y asesor de Presidente Trump, Steve Bannon, fue despedido de la presente administración, tal y como fue la frase más conocida de Trump en su serie de televisón, “You are Fired!”. Estratega jefe de la Casa Blanca y consejero del Presidente, fue la mente detrás de controversiales iniciativas, como fue la de detener a los musulmanes de varios países, o la del muro, entre otras. El asegura que el islam es una amenaza para los católicos y los judíos, pero también México es para la economía estadounidense.
Es un ejecutivo de medios estadounidense, que anteriormente fue productor de cine, por lo tanto conoce los medios, sobre todo los masivos. Duro apenas un año lado a lado con el entonces candidato y ahora el Presidente, pero ha sido el personaje más polémico dentro de la Casa Blanca. Su nombramiento atrajo la oposición de la Liga Anti-Difamación (ADL), el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas, el Centro de Derecho de Pobreza del Sur, el líder demócrata de la minoría del Senado Harry Reid y algunos estrategas republicanos, debido a declaraciones en Breitbart News ( sitio de internet de opinión radical) por ser racista o antisemita.
Las opiniones políticas de Bannon han sido descritas por otros como nacionalistas y paleoconservadoras. Se describe a sí mismo como un nacionalista económico. Ha abogado por la reducción de la inmigración y las restricciones al libre comercio, eterno opositor de cambio climático.
Pero ahora, que significa su salida de la administración de Trump, muy sencillo, que la agenda presidencial se verá más relajada, más tranquila, menos agresiva. Gran parte de esto seguramente continuará a pesar de su salida, pero al perder a Bannon, Trump está perdiendo a un asesor que estaba profundamente comprometido con la implementación de la agenda radical a un nivel granular, alguien que se preocupaba por detalles de política. Bannon no era el cerebro de Trump. Pero tenían pasiones similares.