Legalizar a los trabajadores agrícolas, aumentar las visas de empleo, eliminar la regla de carga pública, reunificar familias, facilitar el asilo y recibir más refugiados son algunas de las promesas de Biden. Está por verse cuáles podrá concretar.
El suspenso prolongado por cinco días acabó: el demócrata Joe Biden ha sido declarado el presidente electo, el número 46 de Estados Unidos.
Los dos grandes retos que le esperan al próximo Gobierno son la pandemia y la crisis económica. Sin embargo, hay un tercer tema que también merece su atención urgente: la inmigración.
Los cientos de políticas migratorias establecidas por Donald Trump en sus cuatro años en el poder han tenido consecuencias devastadoras para millones de personas, no solo en Estados Unidos, sino también en México, Centroamérica y las lejanas Asia y África.
Reparar el daño hecho o revertir medidas del Gobierno saliente no será algo que Biden pueda hacer de la noche a la mañana. De hecho, expertos concuerdan en que los efectos de las políticas de Trump se sentirán aún por mucho tiempo.
De todos modos, Biden ha prometido tomar acciones desde su primer día en la Casa Blanca. Para “construir un sistema de inmigración justo y humano”, su campaña diseñó un plan de más de 8,000 palabras que revisamos y condensamos a continuación.
Durante su primer discurso como presidente electo, Joe Biden elogió a su vicepresidenta electa, Kamala Harris, como la primera hija de inmigrantes en ser electa en una papeleta presidencial en Estados Unidos.
«Siempre he creído que podemos definir a Estados Unidos en una palabra: posibilidades. En Estados Unidos todos deben tener la oportunidad de llegar tan lejos como los lleven sus sueños y la habilidad que Dios les haya dado», dijo Biden el sábado por la noche en Delaware.
Algunas de las propuestas en inmigración de Biden tomarán más tiempo que otros en cumplirse.
Por ejemplo, ha ofrecido trabajar con el Congreso para diseñar un camino que conduzca a los casi 11 millones de inmigrantes indocumentados a la ciudadanía. Los beneficiarios serían aquellos que “se registren, estén al día con sus impuestos y hayan pasado una verificación de antecedentes”.
También propondrá un paquete de ayuda de 4,000 millones de dólares para el Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras) y que ciertos niños centroamericanos que buscan reunirse con sus familias en Estados Unidos puedan solicitar estatus de asilado o refugiado desde sus países de origen.
Son cosas que Biden ciertamente no podrá hacer solo y aún está por verse si el nuevo Congreso dividido entre republicanos y demócratas apoyará su propuesta.
Otras de sus propuestas que necesitarán del apoyo del Congreso abordan la inmigración legal:
+ Trabajadores temporales: reformar las visas de trabajo temporal para que sus beneficiarios puedan cambiar de empleo, ganar un salario justo y tener el derecho a sindicalizarse.
+ Trabajadores altamente calificados: extender la cantidad de visas para estos trabajadores.
+ Trabajadores agrícolas: legalizar a aquellos que han trabajado durante años aquí primero con una residencia permanente y a la larga con la ciudadanía.
+ Familias: preservar la unión de las familias apoyando una legislación que trate “al cónyuge e hijos de las personas con residencia, o green card, como los parientes inmediatos que son”.
+ Visas de empleo: aumentar el número de visas para residencia permanente por empleo y otorgar tarjetas verdes a los extranjeros que se gradúan de doctorados en ciencia, tecnología, ingeniería y matemática en Estados Unidos.
+ Víctimas de violencia doméstica: triplicar el límite actual de 10,000 visas U.
Por otro lado, hay varias acciones en torno a la inmigración que el presidente electo planea tomar en sus primeros 100 días en la Casa Blanca.
+ Separación de familias: revertir de manera inmediata la separación de padres e hijos en la frontera, y poner fin al enjuiciamiento de padres por infracciones migratorias menores, así como priorizar la reunificación de niños que aún estén separados de su familias. Además, dar prioridad a la reunificación de los niños que aún están separados de sus familias y codificar protecciones para salvaguardar el bienestar de niños migrantes y trasladarlos a ambientes seguros lo más pronto posible.
+ Asilo: poner fin a los Protocolos de Protección a Migrantes, bajo los que el gobierno de Trump impidió que decenas de miles de migrantes en busca de asilo solicitaran ese derecho, dejándolos varados en México. Asimismo, restaurar las leyes de asilo, garantizar procesos justos y eficientes, y aumentar considerablemente los recursos para apoyar a los migrantes que aguardan en la frontera. El asilo también será restaurado para las víctimas de violencia doméstica y violencia sexual.
+ Refugio: elevar el límite anual de admisión global de refugiados a 125,000 (Trump redujo el número a un récord mínimo de 15,000).
Naturalización: defender el proceso de naturalización “abordando la acumulación de solicitudes […] y asegurando que se procesen rápidamente, y rechazando la imposición de tarifas irrazonables”. (En septiembre, un juez detuvo un aumento programado de tarifas que casi duplica el costo de la ciudadanía, de 640 a 1,170 dólares).
+ DACA: restaurar el programa que beneficia a jóvenes inmigrantes traídos de niños y “explorar todas las opciones legales para proteger a sus familias de una separación inhumana”. Abrir la ayuda federal a los dreamers para que puedan costear sus estudios.
+ TPS: ordenar una revisión inmediata del Estatus de Protección Temporal para evitar que poblaciones vulnerables deban volver a países que no son seguros, incluyendo El Salvador, Honduras y Nicaragua. Además, promover una reforma migratoria en el Congreso que allane el camino a la ciudadanía para los inmigrantes con TPS que han construido su vida en Estados Unidos.
«Carga pública»: revertir esta regla que castiga a los inmigrantes o aspirantes a una residencia permanente que solicitan servicios del Gobierno, como cupones de alimentos o Medicaid.
+ Redadas: enfocarlas solo en personas que representan una amenaza a la seguridad pública y nacional. Terminar con las redadas en centros de trabajo y proteger otros lugares sensibles de acciones que perjudiquen a inmigrantes, como hospitales, escuelas o lugares de culto.
+ 287(g): aunque no hay una mención específica sobre el programa que permite la colaboración de los departamentos de policía locales con agentes de inmigración en el extenso plan migratorio de Biden, el tema sí está incluido en las recomendaciones que hizo su equipo de trabajo junto con el de la campaña del senador progresista Bernie Sanders. El equipo propuso revertir el uso de la ley 287(g) y programas similares, así como poner fin a todos los acuerdos alcanzados durante el Gobierno de Trump. Biden se ha manifestado a favor de esta recomendación.
+ Militares: no buscará la deportación de personas que sirven en las Fuerzas Armadas ni de sus familias, y abogará por el regreso de veteranos deportados por el Gobierno de Trump.
Ayuda para nuevos migrantes: brindarles apoyo con clases de inglés, emprendimiento, administración financiera, capacitación en la fuerza laboral y el proceso de naturalización.
+ Veto musulmán: rescindir las prohibiciones de viaje para quienes vengan de países de mayoría musulmana.
Está por verse cuántas de estas promesas podrá concretar Biden, a cuáles les dará prioridad y cuáles serán sus alianzas políticas y figuras designadas para llevarlas adelante