Aparece Inigualdad Entre Migrates Recién Llegado y los que ya Llevan Tiempo en el País

Los inmigrantes que llevan tiempo en Estados Unidos alegan que no tienen los mismos beneficios que los recién llegados, especialmente permiso de trabajo, mientras los más nuevos sienten que los que ya están establecidos les dan la espalda.

En un refugio administrado por la ciudad de Nueva York, los migrantes se quejan de que familiares que llegaron a Estados Unidos antes que ellos no quieren hospedarlos. En Chicago, un proveedor de servicios de salud mental para inmigrantes que se encuentran ilegalmente en el país se focaliza en los recién llegados que duermen en una comisaría policial. En el sur de Florida, algunos inmigrantes que llegaron hace años están molestos porque otros que arribaron después obtienen permisos de trabajo, algo que está fuera de su alcance.

En todo el país, alcaldes, gobernadores y otros funcionarios han defendido enérgicamente a los inmigrantes que llegan en busca de refugio y permiso de trabajo. Sus esfuerzos y las leyes existentes han dejado al descubierto sus tensiones con los que viven en el país desde hace años, incluso décadas.

Aquellos que llevan tiempo en EEUU alegan que no tienen los mismos beneficios que los recién llegados, especialmente permiso de trabajo. Los más nuevos, por su parte, sienten que los inmigrantes que ya están establecidos les dan la espalda.

Miles de inmigrantes marcharon este mes en Washington para pedirle al presidente Joe Biden que también conceda permisos de trabajo a inmigrantes que llevan largo tiempo en el país. Algunos de los carteles decían ‘Permiso de trabajo para todos’ y ‘He estado esperando 34 años un permiso de trabajo’.

Los arrestos de inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera desde México superaron los dos millones por segundo año consecutivo en el año fiscal que terminó el 30 de septiembre, a pesar de una breve pausa registrada cuando entraron en vigor nuevas restricciones para los solicitantes de asilo. Además, cientos de miles de inmigrantes han sido legalmente admitidos en el país durante el último año bajo nuevas políticas destinadas a desalentar los cruces ilegales.

“La creciente ola de llegadas hace que nuestros esfuerzos en defensa de la inmigración tengan más desafíos. Las llegadas han creado algunas tensiones, algunos cuestionamientos”, dijo el representante Jesús ‘Chuy’ García, un demócrata de Chicago cuyo distrito ha recibido una gran cantidad de inmigrantes. La gente ha estado “esperando por décadas una oportunidad de obtener una tarjeta verde (de residencia) para legalizarse y tener un camino a la ciudadanía”.

Los solicitantes de asilo deben esperar seis meses para pedir una autorización de trabajo. El procesamiento de ese pedido no toma más de un mes y medio para el 80% de las personas, de acuerdo con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS).

Aquellos que cruzan la frontera siguiendo los nuevos caminos legales que ofrece el gobierno de Biden no tienen que esperar. Unas 270,000 personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela llegaron hasta octubre con un estatus legal temporal ( el ‘parole’ humanitario) tras conseguir un patrocinador financiero. Otras 340,000 lograron una cita a través de una aplicación telefónica conocida como CBP One para ingresar a través de un puesto de control en la frontera con México.

El gobierno dijo en septiembre que trabajaría para reducir a 30 días los tiempos de espera de permisos de trabajo para las personas que ingresan de manera legal. Hasta fines de septiembre había enviado 1.4 millones de correos electrónicos y mensajes de texto recordando quién cumplía los requisitos para trabajar.

José Guerrero, un mexicano que trabajó en la construcción después de haber llegado de su país hace 27 años, dijo que entiende que muchos de los recién llegados se sienten obligados a huir de sus países. Después de casi tres décadas en Estados Unidos, él quiere que lo traten de la misma manera.

“Vienen todos estos inmigrantes y le dan todo fácilmente. Y uno que lleva años y trabaja y paga impuestos, nada”, expresó Guerrero, quien ahora tiene una pequeña compañía de jardinería en Homestead, a unas 39 millas al sur de Miami. “Es injusto que a esta gente le den todo como en la mano”.

Recursos y oportunidades para los inmigrantes recién llegados

La Casa Blanca ha pedido al Congreso 1,400 millones de dólares destinados a alimentos, refugios y otros servicios para los recién llegados. Los alcaldes de Nueva York, Denver, Chicago, Los Ángeles y Houston escribieron el mes pasado al presidente Biden solicitándole 5,000 millones de dólares. Le explicaron que la llegada de inmigrantes ha drenado sus presupuestos y cortado servicios esenciales.

Los alcaldes respaldan también un estatus legal temporal —y permisos de trabajo— para las personas que llevan años en Estados Unidos, pero se han focalizado más en los recién llegados.

“Todos los recién llegados que arriban a nuestras ciudades buscan una oportunidad para trabajar y todos los días recibimos llamadas de líderes empresariales que tienen puestos de trabajo disponibles y quieren contratar a estos recién llegados”, escribieron los alcaldes. “Nosotros podemos recibirlos e integrarlos exitosamente y ayudarlos a conseguir el sueño americano si tienen una oportunidad para trabajar».

Las historias desesperadas de inmigrantes recién llegados

Muchos de los inmigrantes que acaban de llegar se encuentran en situaciones extremas, entre ellos algunos que esperaban ser recibidos por familiares y amigos pero encontraron que no les responden o bloquean sus llamadas telefónicas y mensajes.

Ángel Hernández, un venezolano que vio cadáveres de migrantes mientras atravesaba caminando la selva panameña del Darién, se desilusionó profundamente cuando llegó a Nueva York. El trabajador de la construcción dijo que él, su tía, un tío y sus dos primos abandonaron Colombia después de más de tres años porque ya no tenían trabajo.

Hernández, de 20 años, no ha podido conseguir empleo. Planeaba establecerse con el hermano de su tío, que llegó a Estados Unidos alrededor de un año antes y ya vive en una casa y tiene un trabajo estable.

“Es cada quien por sí mismo”, dijo Hernández frente al Hotel Roosevelt, una propiedad de Manhattan que permanecía cerrada hasta que la municipalidad de Nueva York la abrió para los inmigrantes en mayo.

Grupos defensores buscan equilibrio en su trabajo con los migrantes

La llegada de migrantes ha puesto a los grupos que ofrecen servicios para inmigrantes al borde de un abismo financiero.

Por décadas, el Latino Treatment Center ofreció ayuda a inmigrantes sin estatus legal que viven en Chicago y enfrentan problemas de abusos de droga. Más recientemente empezó a ayudar a recién llegados que dormían en una comisaría policial, preparó una ducha en sus oficinas para que los inmigrantes la usaran algunos días de la semana y les ofreció asesoramiento.

“Es una situación única para la que no estábamos preparados”, dijo Adriana Trino, directora ejecutiva del grupo. “Esta ha sido una etapa completamente diferente, las necesidades son muy distintas”.

Muchas organizaciones niegan las fricciones y dicen que han podido llegar a fin de mes.

“Estamos tratando de mantener un equilibrio entre hacer ambas cosas: las personas que han estado aquí durante años y las personas que están llegando y hasta ahora hemos podido servir a todos”, dijo Diego Torres de la Coalición Latinoamericana, que ayuda a inmigrantes en Charlotte, Carolina del Norte.

En Atlanta, la Latin American Association dice que este año ha gastado 50,000 dólares para ofrecer alojamiento temporal y otro tipo de ayuda a los recién llegados. Santiago Márquez, el principal ejecutivo de la organización, asegura que no ha visto ningún resentimiento.

“Nuestros clientes principales —la mayoría de ellos son inmigrantes— entienden la situación», dijo. “Ellos han pasado por eso, lo entienden”.

Quejas de inmigrantes por un presunto trato desigual

Sin embargo, es fácil encontrar inmigrantes con profundas raíces en Estados Unidos que se irritan y quejan por un trato desigual.

Una mujer mexicana que vive sin autorización legal en Estados Unidos desde hace 25 años y tiene tres hijos estadounidenses dijo que es injusto que los recién llegados reciban permisos de trabajo y ella no. La mujer de 45 años trabaja recogiendo batatas en Homestead y gana por semana unos $150 dólares.

“Es injusto que tanto que hemos contribuido y no nos den un papel y a otros que van llegando les dan todas las ayudas por haber”, expresó la mujer, que pidió ser identificada solo por su apellido, Hernández, porque teme ser deportada. “Presumen de tanta humanidad y a nosotros ni nos toman en cuenta”.

La manifestación de Washington mostró los esfuerzos de los activistas para conseguir permisos de trabajo, sin importar cuándo hayan llegado los inmigrantes.

“Es un sistema que ha puesto a prueba a nuestra ciudad y, en este momento, genera conflictos entre los vecinos”, dijo Lawrence Benito, jefe de Coalition for Immigrant and Refugee Rights, en una manifestación en Chicago el mes pasado.

Los Precios de la Gasolina Seguirán Subiendo

La veda a las importaciones de hidrocarburos de Rusia se da por el momento solo en Estados Unidos. Europa ha declinado sumar esta medida a sus sanciones contra Moscú porque depende fuertemente del gas natural que le compra a Rusia. Sigue aquí las últimas noticias de la guerra en Ucrania.

El presidente Joe Biden prohibió este martes las compras de petróleo y gas de Rusia por su cruenta invasión a Ucrania, una medida que puede acelerar aún más la escalada de los precios del crudo y la gasolina pese a que las importaciones de energía rusa de Estados Unidos representan una pequeña porción de su consumo.

La veda a las importaciones de hidrocarburos de Rusia se da por el momento solo en Estados Unidos. Europa ha declinado sumar un embargo energético a sus sanciones contra Moscú porque depende fuertemente de la energía que le compra a Rusia, especialmente de su gas natural.

Biden dijo que la veda incluye todas las compras de crudo y gas, con el objetivo de impactar «la principal arteria de la economía rusa».

«Eso significa que el crudo ruso no será aceptado en los puertos de Estados Unidos (…) Es una medida que cuenta con un fuerte apoyo bipartidista en el Congreso y creo que en el país (…) No subsidiaremos la guerra de (Vladimir) Putin», agregó.

El mandatario agregó que la medida fue consultada con los aliados en Europa, que hasta ahora han actuado prácticamente al unísono con Estados Unidos. Pero «muchos aliados en Europa no están en posición de unirse a nosotros (…) Tomamos este paso mientras otros no pueden, pero seguimos trabajando de cerca con los países de Europa en una estrategia de largo plazo para reducir la dependencia de la energía de Rusia”, acotó.

Europa no corta sus compras de petróleo y gas, pero tiene un plan
La Unión Europea adoptaría por ahora un plan con el que espera reducir este año en dos terceras partes sus importaciones gasíferas de Rusia, que abastecen el 40% del consumo de gas del bloque y son cruciales para hacer rodar su economía. La Unión Europea descartaría también cortar solo sus compras de petróleo para evitar que Moscú cumpla su amenaza de cerrarle el flujo de gas natural.

«Europa promete que dejará de ser dependiente energéticamente de Rusia, pero puede que sea demasiado tarde. Rusia está amenazando con cortarle el suministro de gas, una movida que afectaría la economía europea», dijo el analista Phil Flynn, de Price Futures Group, en su nota diaria.

El bloque compró más de 150 millones de metros cúbicos de gas a Rusia el año pasado, de acuerdo con un reporte de la agencia Bloomberg. Encontrar proveedores de una cantidad como esa no resultaría tan fácil. Argelia, Noruega y Azerbaiyán podrían reemplazar una parte y se podrían acelerar los proyectos de gas natural licuado, lo que abriría la puerta a más proveedores. Sin embargo, ello requiere tiempo.

En Estados Unidos el escenario es diferente, pues el país compra a Rusia cerca del 6% del petróleo que consume. Si se le suman los productos refinados que se usan en la elaboración de combustibles, ese porcentaje sube levemente al 8%, de acuerdo con datos oficiales. Washington sopesa otros productores para compensar los embarques que dejará de traer desde Rusia, como por ejemplo los sancionados Irán y Venezuela.

En una medida que apunta también a no depender de una sola gota de los productos petroleros de Rusia, Reino Unido dijo que implementará un plan para dejar de comprarlos hacia fines de este año.

Sin embargo, no porque Estados Unidos compre poco petróleo a Rusia el embargo anunciado por Biden es ignorado por el mercado mundial. El hecho de que la ecuación involucre a Rusia —uno de los mayores exportadores de crudo y gas del mundo— agudiza el nerviosismo que hay por el suministro petrolero y apuntala todavía más los precios del barril.

En la mañana de este martes, el precio del barril del crudo Brent —el referencial mundial— subía más de $7, a casi $130. En la víspera, ese precio alcanzó cerca de $140, su nivel más alto en 14 años.

Y esa alza del precio del petróleo arrastra consigo el costo de la gasolina, que en Estados Unidos promedia actualmente un nivel históricamente alto de $4.2 el galón en las estaciones de servicio.

«Lo triste es que ese número podría parecer barato este verano. El mayor impedimento para el alza del precio de la gasolina es la preocupación que hay de que cause una recesión mundial y como consecuencia baje la demanda», escribió Flynn.

Biden reconoció que la veda impulsará más los precios de los combustibles e intentó aplacar el impacto recordando la liberación de crudo de las reservas estratégicas. Sin embargo esos barriles representan apenas días del consumo estadounidense.

Además de la prohibición de Estados Unidos, el sector de los hidrocarburos de Rusia ha recibido golpes como resultado de su brutal invasión a Ucrania. Gigantes energéticas como Shell y BP se han marchado del país y han dejado en suspenso proyectos clave.

A pesar de que la veda estadounidense llegó este martes, desde hace días Rusia también ha tenido problemas para vender sus suministros a pesar de que ha rebajado sus precios considerablemente en comparación con los de los mercados mundiales. Shell, por ejemplo, se excusó por haber adquirido un embarque y prometió no hacerlo más.

«El crudo y gas ruso son vistos ahora como tóxicos y están creciendo los llamados a prohibirlos a pesar de que Europa, en muchos casos, no tiene más alternativa que pagarle a Putin. Shell recibió el mensaje», escribió el analista Flynn.

El creciente aislamiento pondría en jaque una fuente de ingresos vital para el gobierno de Vladimir Putin, que el año pasado financió el 46% de su presupuesto con sus ventas de petróleo y gas.

China podría asomar como un potencial comprador que compense el declive de la demanda por el crudo y gas de Rusia. Pero en el sector energético los proyectos demoran años y, en el caso del gas, son todavía más complejos.

«Si bien el giro de Rusia hacia el este ha acelerado la cooperación con China en lo referente a la infraestructura del gas, todos estos desarrollos están en pañales en comparación con los mercados maduros en Europa», explicó el analista petrolero Kaho Yu citado por la agencia Reuters.