Biden Concede el Perdón a su Hijo

En un comunicado, el presidente calificó los casos como «un error de la Justicia».

«Desde el día en que asumí el cargo, dije que no interferiría en la toma de decisiones del Departamento de Justicia, y mantuve mi palabra incluso mientras veía cómo mi hijo era procesado de forma selectiva, e injusta», añadió.

Hunter Biden se declaró culpable de delitos fiscales a principios de septiembre, y en junio fue declarado culpable de poseer un arma de fuego siendo consumidor de drogas ilegales. Se convirtió así en el primer hijo de un presidente en ejercicio en ser condenado por un delito.

En reacción al indulto, el presidente electo Donald Trump dijo: «¿El indulto otorgado por Joe a Hunter incluye a los rehenes [del 6 de enero], que ya llevan años en prisión? ¡Qué abuso y qué error judicial!».

Trump se refería a sus partidarios que irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 en un intento de revertir la derrota del expresidente en las elecciones de 2020.

Cambio de postura

El indulto total e incondicional llega después de que el presidente dijera previamente que no le concedería clemencia a su hijo.

Hace apenas un par de meses, en septiembre, el secretario de prensa de la Casa Blanca afirmó que Biden no concedería el indulto a su hijo.

Pero el domingo por la noche, el Presidente Biden dijo que aunque creía en el sistema judicial, «la política ha infectado este proceso y ha llevado a un error de la Justicia».

Y añadió: «Una vez que tomé esta decisión este fin de semana, no tenía sentido retrasarla más».

«Espero que los estadounidenses comprendan por qué un padre y un Presidente tomaría esta decisión», dijo el presidente Biden.

Por su parte, también en un comunicado, Hunter Biden dijo que los errores que cometió durante los días más oscuros de su adicción a las drogas habían sido «explotados para humillar y avergonzar públicamente» a su familia por puro deporte político.

«Nunca daré por sentada la clemencia que se me concede hoy y dedicaré la vida que he reconstruido a ayudar a quienes siguen enfermos y sufriendo», añadió.

Más reacciones

Algunos republicanos de alto rango en Washington reaccionaron furiosamente a la noticia del indulto.

El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, dijo que el presidente «mintió de principio a fin» sobre las circunstancias que rodearon el caso de su hijo.

El senador Charles E. Grassley, republicano por Iowa, escribió en X que estaba “impactado” de que el presidente hubiera indultado a su hijo porque “dijo muchas, muchas veces que no lo haría y yo le creí. Me avergüenza”.

Marjorie Taylor-Green, representante republicana de Georgia, calificó al presidente de “mentiroso e hipócrita hasta el final”, mientras que el senador republicano de Wyoming, John Barrasso, dijo que el indulto estaba mal y que “demuestra al pueblo estadounidense que existe un sistema de Justicia de dos niveles”.

Y también hubo muestras de preocupación entre los demócratas.

El representante demócrata Greg Stanton de Arizona fue el primer político de su partido que mostró su desacuerdo públicamente con la decisión. Stanton escribió en X: «Respeto al presidente Biden, pero creo que se equivocó en esto».

«Esto no se trató de un proceso con motivaciones políticas. Hunter cometió delitos graves y fue condenado por un jurado de sus pares».

Por su parte, el gobernador demócrata de Colorado, Jared Polis, afirmó que el indulto sentará un “mal precedente que podría ser abusado por presidentes posteriores”.

Esta no es la primera vez que un presidente de EE.UU. indulta a un miembro de su familia.

Bill Clinton indultó en 2001 a su hermanastro menor, Roger Clinton, por un delito relacionado con cocaína en 1985.

En 2020, Donald Trump indultó a Charles Kushner, suegro de su hija Ivanka. El presidente electo Trump anunció recientemente a Kushner como embajador en Francia en su nuevo gabinete.

Hunter Biden se declaró culpable de nueve delitos de fraude fiscal federal en septiembre, por los que se enfrentaba a hasta 17 años de prisión.

También fue declarado culpable en junio de tres delitos graves relacionados con la compra de un arma, por los que se exponía a una pena de hasta 25 años de prisión.

La sentencia por estos casos estaba prevista para los días 12 y 16 de diciembre.

Sus problemas legales fueron una nube negra sobre la campaña presidencial de su padre, que llegó a su fin en julio después de que Biden se retirara de la carrera electoral.

Biden apoyó a la vicepresidenta Kamala Harris para sucederle como candidata demócrata. Harris perdió las elecciones frente al republicano Donald Trump en noviembre.

Trump tomará el relevo de Biden en el Despacho Oval el 20 de enero de 2025.

Hijo de Presidente Culpable

Cuando Hunter Biden fue dado de baja de la Reserva de la Armada por consumir cocaína en 2014, su padre —el entonces vicepresidente Joe Biden— escribió a su familia un conciso mensaje.

«Es hora de seguir adelante», dijo en un correo electrónico.

Para los Biden, superar los problemas de adicción de Hunter ha resultado casi imposible. Incluso ahora que su hijo está sobrio y vive en California con su joven familia, los días más oscuros de la vida de la familia siguen teniendo consecuencias que pesan mucho sobre el presidente.

El veredicto de culpabilidad de Hunter Biden por tres cargos federales de posesión de armas, dictado este martes, pone punto final —pero no concluye— a una larga y difícil saga. Joe Biden, que tenía previsto pasar la noche del martes en la Casa Blanca, regresó a última hora del día a Delaware para rodearse de los miembros de su familia, muchos de los cuales pasaron la última semana asistiendo al juicio.

En la escalinata del Marine One lo recibió su hijo, que sólo cinco horas antes había abandonado el tribunal del centro de la ciudad recién condenado.

Si la familia se sentía angustiada, no lo demostró, al menos no a la vista de las cámaras. En su lugar, el presidente ofreció a su familia una cálida sonrisa, abrazó a Beau, el hijo pequeño de Hunter Biden, y le dio un beso en la frente.

Joe Biden tiene pocos precedentes que seguir en la gestión de la condena de su hijo. Nunca antes un familiar directo de un presidente había sido declarado culpable de un delito durante el mandato de su padre. Aunque el peso emocional y la preocupación son compartidos por su familia, hacerlo como presidente es una carga única.

Aparte del viaje de última hora a Delaware —que se barajó como posibilidad a última hora de la noche del lunes, según una fuente familiarizada con los planes, y cuya decisión final se tomó el martes por la tarde tras conocerse el veredicto—, la agenda del presidente no se vio alterada. El martes por la tarde intervino en un acto sobre la prevención de la violencia armada en Washington, a pesar de la incomodidad política del tema. Y sigue planeando viajar a Italia este miércoles para asistir al G7.

La muestra de cordialidad en el asfalto este martes estuvo en consonancia con el enfoque del presidente sobre la situación legal de su hijo. En lugar de apartarlo, como preferirían algunos demócratas recelosos, el presidente ha mantenido a Hunter Biden cerca durante todo su calvario.

Desde el aeropuerto, donde también se intercambiaron abrazos miembros de la familia Biden y asesores cercanos, el grupo viajó en vehículos separados a la casa del presidente en un frondoso barrio de Wilmington para procesar los acontecimientos en privado.

Joe Biden y su familia han mantenido la mayor parte del tiempo a puerta cerrada su preocupación por los problemas legales de su hijo. El presidente se ha mostrado cauteloso a la hora de hablar del asunto públicamente, y no es un tema que sus asesores aborden con facilidad.

Cuando se le preguntó durante una entrevista con ABC la semana pasada sobre el caso, Biden sólo ofreció respuestas de una palabra.

«Sí», aceptaría el veredicto. «Sí», había descartado un indulto.

La naturaleza privada de las circunstancias del caso hizo aún más difícil la difusión pública de momentos traumáticos durante el juicio de la semana pasada.

Los momentos de llanto de la nieta del presidente, Naomi, afectaron profundamente a muchos miembros de la familia. Y la revelación de que Hallie Biden —la viuda del difunto hijo del presidente, Beau Biden, que más tarde mantuvo una relación con Hunter Biden— había probado el crack resonó en toda la órbita de los Biden.

En una declaración tras el veredicto, Joe Biden enmarcó la condena desde la óptica de un padre, no de un presidente.

«Jill y yo queremos a nuestro hijo y estamos muy orgullosos del hombre que es hoy. Muchas familias que han tenido seres queridos que han luchado contra la adicción comprenden el sentimiento de orgullo de ver a un ser querido salir del otro lado y ser tan fuerte y resistente en su recuperación», escribió el presidente.

También trató de establecer una distinción implícita pero clara con el expresidente Donald Trump, que ha calificado el sistema judicial de «amañado» a raíz de su propia condena por delito grave acusado de falsificar registros comerciales.

«Aceptaré el resultado de este caso y seguiré respetando el proceso judicial mientras Hunter considera una apelación», escribió el presidente. «Jill y yo siempre estaremos ahí para Hunter y el resto de nuestra familia con nuestro amor y apoyo. Nada cambiará eso».

El papel que desempeñará el veredicto en las elecciones de noviembre sigue siendo difícil de discernir, aunque los asesores de Biden e incluso muchos republicanos han restado importancia a la posibilidad de que los votantes se dejen influir por los problemas legales del hijo del presidente.

Al conocer el veredicto, los asesores de Biden dejaron claro a sus aliados que, a pesar de la histórica condena del hijo de un presidente en ejercicio, todo seguiría igual en la campaña, dijeron dos fuentes conocedoras del tema dentro del equipo que dirige la campaña.

Incluso cuando el juicio de Hunter Biden se puso en marcha, los funcionarios dentro de la sede de la campaña del presidente en Wilmington mantuvieron que los votantes entienden lo que ellos ven como una diferencia en blanco y negro entre Trump, que es un expresidente y ahora un delincuente convicto, y Hunter Biden, que —a pesar de ser el hijo del presidente— es un ciudadano privado.

Una de las dos fuentes dijo que los funcionarios en Wilmington discutieron sin sorpresa el veredicto de culpabilidad, pero la fuente se negó a describir el tenor de esas conversaciones.

Esa reticencia era un claro reflejo de una realidad que los aliados de Biden conocen bien: pocos asuntos son más delicados dentro de la Casa Blanca y de la operación de la campaña de reelección del presidente que los relacionados con su familia.

Tal vez más preocupante que las consecuencias políticas, al menos para algunas personas cercanas a Biden, es el peaje personal que el veredicto podría tener en el presidente mientras se prepara para una revancha contundente contra Trump. Biden, que habla o envía mensajes de texto a su hijo a diario, ha estado preocupado por su bienestar durante toda la saga legal.

Se espera que el presidente dedique mucho tiempo en las próximas semanas a preparar el debate con Trump del 27 de junio. Y un día después de uno de los momentos más dolorosos para su familia, se espera que Biden parta para un viaje de tres días a Italia con motivo de la cumbre del G7.

La casualidad del calendario habla del equilibrio que Biden se ha visto obligado a mantener a lo largo del proceso judicial de su hijo. Mientras se celebraba el juicio la semana pasada, Biden se encontraba en Francia conmemorando el Día D. Según sus asesores, el presidente seguía el juicio desde el extranjero y se mantenía en contacto con su hijo y con la primera dama, Jill Biden, que era una presencia habitual en la sala del tribunal, junto con su hija Ashley, el hermano del presidente, James, y la hermana de la primera dama, Bonny Jacobs.

Antes y después de ese viaje, el presidente pasó bastante tiempo con Hunter Biden en Delaware, incluso en la casa familiar de la playa de Rehoboth el fin de semana anterior a la selección del jurado. Volvió de Francia directamente a la casa familiar en Wilmington.

Esa ciudad se encuentra en el centro mismo de la identidad de la familia Biden. La estación de tren por la que el presidente pasó miles de veces como senador y vicepresidente lleva ahora su nombre. El juzgado donde se desarrolló el juicio lleva el nombre del senador republicano al que Biden derrotó en 1972. La campaña de reelección del presidente tiene su sede a unas manzanas de distancia.

Más lejos de la ciudad está la casa en un lago a la que la familia Biden ha vuelto en momentos de alegría y de dolor. El camino de entrada es el lugar donde, en las profundidades de la adicción de Hunter Biden, su padre persiguió una vez a su hijo tras un intento de intervención, lo abrazó en la oscuridad y lloró.

Es allí donde la familia se retiró el martes mientras comienzan a trabajar en el próximo capítulo.

Hijo de Biden se Declara Culpable

El hijo del presidente de EE UU puede evitar el ingreso en prisión con el acuerdo para reconocer dos delitos fiscales y uno de posesión ilegal de un arma

Golpe político y moral para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Su segundo hijo, Hunter Biden, ha llegado a un acuerdo con el Departamento de Justicia para reconocerse autor de tres delitos, según un documento registrado ante los tribunales por la Fiscalía. El acuerdo entre el hijo del presidente y el fiscal, que aún debe ser aprobado por el juez federal, le permitiría evitar el ingreso en prisión. Los republicanos han arremetido contra el pacto, que consideran demasiado generoso, y acusan de doble rasero al Departamento de Justicia.

Hunter Biden, sujeto a investigación durante cinco años, se ha convertido en objetivo de la ira de los republicanos. El hijo del presidente ha decidido declararse culpable de dos cargos menores de fraude fiscal por no pagar el impuesto federal sobre la renta de los ejercicios 2017 y 2018, que regularizó posteriormente con una cantidad superior al millón de dólares. Además, admite los hechos de otro delito de posesión ilegal de un arma por la compra de una pistola en 2018 cuando era adicto a las drogas, que la Fiscalía renuncia a perseguir. El fiscal no le imputará por ese tercer delito a cambio de que Hunter Biden se mantenga alejado de las drogas durante dos años y de que renuncie a tener un arma de fuego en el futuro.

Las dos infracciones fiscales están consideradas delitos menores o faltas (misdemeanors), mientras que el de posesión ilegal de armas es un delito grave (felony). Hunter Biden, abogado de 53 años, deberá comparecer ante un juzgado de Delaware en los próximos días para ser fichado y sujeto a la imputación formal y para expresar su alegato de culpabilidad con respecto a los dos delitos fiscales, por los que el fiscal planea pedir una pena de libertad condicional de dos años, según varios medios estadounidenses. Hunter Biden no será imputado por el tercer delito, de modo que aunque admite los hechos, técnicamente no se declara culpable del mismo.

Según el documento, de una sola página, registrado ante el tribunal, habrá más detalles sobre el caso antes de la vista la que formalmente Hunter Biden admita su culpa. El procedimiento por el cual se presentan los cargos y a la vez el acusado se declara culpable mediante un acuerdo con el Departamento de Justicia no es habitual, pero se ha dado en otras ocasiones.

Fin a una larga investigación

El pacto pone fin a una larga investigación del Departamento de Justicia sobre el hijo de Biden y evita un juicio que habría generado multitud de titulares y dañado a la Casa Blanca probablemente más que esta resolución rápida. La noticia llega en un momento en que los congresistas republicanos están investigando casi todas las facetas de los negocios de Hunter Biden, incluidos los pagos al extranjero y otros aspectos de sus finanzas.

Los republicanos sostienen que Joe Biden y su familia se han beneficiado de la posición política del actual presidente a lo largo de su carrera para hacer negocios en el exterior. Las transacciones de Hunter Biden levantaron toda clase de sospechas sobre tráfico de influencias y conflictos de interés, aunque nunca ha llegado a haber pruebas que impliquen al presidente. Cuando su hermano mayor, Beau, murió en 2015 por un tumor cerebral, Hunter cayó en una espiral autodestructiva de alcohol y drogas.

Hunter Biden llevó a reparar y nunca recogió un ordenador portátil a un establecimiento de Wilmington (Delaware), la ciudad de los Biden. El dueño de la tienda hizo una copia de su disco duro y le entregó la información a aliados de Donald Trump. En él había decenas de miles de mensajes de texto y correos electrónicos y más de 2.000 fotografías, incluidas algunas de contenido sexual. La existencia del ordenador y de algunos mensajes aparentemente comprometidos para Joe Biden se hizo pública en plena campaña de las elecciones de 2020, al ser publicados por The New York Post. El candidato atribuyó la difusión a una campaña de desinformación rusa.

Investigaciones contra Trump

La declaración de culpabilidad de Hunter Biden se produce en paralelo a las imputaciones e investigaciones judiciales contra el expresidente Donald Trump, probable rival de Biden en las elecciones presidenciales de 2024. Este mismo martes, la jueza que lleva el caso de los documentos clasificados ha fijado de forma preliminar para el próximo 14 de agosto el inicio del juicio contra el expresidente. La fecha puede retrasarse en función de incidentes procesales y de las cuestiones previas que se planteen.

Joe Biden ha insistido una y otra vez en que no interfiere en las decisiones del Departamento de Justicia con respecto a sus investigaciones criminales. “El presidente y la primera dama quieren a su hijo y le apoyan mientras sigue reconstruyendo su vida. No haremos más comentarios”, ha dicho Ian Sams, portavoz de la Casa Blanca, en un comunicado. El presidente, que se hallaba este martes en San Francisco (California) ha dicho al ser preguntado: “Estoy muy orgulloso de mi hijo”.

El hecho de que el hijo del presidente se haya declarado culpable dará algunos argumentos a los demócratas para contrarrestar las acusaciones de instrumentalización política de la justicia. Los republicanos, sin embargo, siguen hablando de un doble rasero al considerar que el acuerdo es demasiado generoso con el hijo de Joe Biden. Ellos buscaban encarcelar a Hunter e implicar al propio presidente. “La gente está que trina por la estafa de Hunter Biden con el Departamento de Justicia”, ha escrito Trump en Truth, su red social copia de Twitter. Y ha seguido con más mensajes en esa línea.

El presidente de la comisión que investiga a los Biden en la Cámara de Representantes, James Comer, se ha manifestado en la misma línea: “Hunter Biden se está saliendo con la suya con un tirón de orejas, cuando las crecientes pruebas descubiertas por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes revelan que los Biden participaron en un patrón de corrupción, tráfico de influencias y posiblemente soborno”, ha tuiteado. Y ha difundido un comunicado que acaba amenazante: “No descansaremos hasta que se revele todo el alcance de la implicación del presidente Biden en los tejemanejes de la familia”.

Los intentos de Trump de influir desde la Casa Blanca en el Gobierno de Ucrania para encontrar pruebas contra Hunter Biden sobre sus negocios en dicho país le acabaron costando en 2019 el primero de los dos procesos políticos (impeachments) a que fue sometido. Trump quería usar el caso para dañar políticamente a Joe Biden, que le acabó ganando por amplio margen en las elecciones presidenciales de 2020.