Biden Concede el Perdón a su Hijo

En un comunicado, el presidente calificó los casos como «un error de la Justicia».

«Desde el día en que asumí el cargo, dije que no interferiría en la toma de decisiones del Departamento de Justicia, y mantuve mi palabra incluso mientras veía cómo mi hijo era procesado de forma selectiva, e injusta», añadió.

Hunter Biden se declaró culpable de delitos fiscales a principios de septiembre, y en junio fue declarado culpable de poseer un arma de fuego siendo consumidor de drogas ilegales. Se convirtió así en el primer hijo de un presidente en ejercicio en ser condenado por un delito.

En reacción al indulto, el presidente electo Donald Trump dijo: «¿El indulto otorgado por Joe a Hunter incluye a los rehenes [del 6 de enero], que ya llevan años en prisión? ¡Qué abuso y qué error judicial!».

Trump se refería a sus partidarios que irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 en un intento de revertir la derrota del expresidente en las elecciones de 2020.

Cambio de postura

El indulto total e incondicional llega después de que el presidente dijera previamente que no le concedería clemencia a su hijo.

Hace apenas un par de meses, en septiembre, el secretario de prensa de la Casa Blanca afirmó que Biden no concedería el indulto a su hijo.

Pero el domingo por la noche, el Presidente Biden dijo que aunque creía en el sistema judicial, «la política ha infectado este proceso y ha llevado a un error de la Justicia».

Y añadió: «Una vez que tomé esta decisión este fin de semana, no tenía sentido retrasarla más».

«Espero que los estadounidenses comprendan por qué un padre y un Presidente tomaría esta decisión», dijo el presidente Biden.

Por su parte, también en un comunicado, Hunter Biden dijo que los errores que cometió durante los días más oscuros de su adicción a las drogas habían sido «explotados para humillar y avergonzar públicamente» a su familia por puro deporte político.

«Nunca daré por sentada la clemencia que se me concede hoy y dedicaré la vida que he reconstruido a ayudar a quienes siguen enfermos y sufriendo», añadió.

Más reacciones

Algunos republicanos de alto rango en Washington reaccionaron furiosamente a la noticia del indulto.

El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, dijo que el presidente «mintió de principio a fin» sobre las circunstancias que rodearon el caso de su hijo.

El senador Charles E. Grassley, republicano por Iowa, escribió en X que estaba “impactado” de que el presidente hubiera indultado a su hijo porque “dijo muchas, muchas veces que no lo haría y yo le creí. Me avergüenza”.

Marjorie Taylor-Green, representante republicana de Georgia, calificó al presidente de “mentiroso e hipócrita hasta el final”, mientras que el senador republicano de Wyoming, John Barrasso, dijo que el indulto estaba mal y que “demuestra al pueblo estadounidense que existe un sistema de Justicia de dos niveles”.

Y también hubo muestras de preocupación entre los demócratas.

El representante demócrata Greg Stanton de Arizona fue el primer político de su partido que mostró su desacuerdo públicamente con la decisión. Stanton escribió en X: «Respeto al presidente Biden, pero creo que se equivocó en esto».

«Esto no se trató de un proceso con motivaciones políticas. Hunter cometió delitos graves y fue condenado por un jurado de sus pares».

Por su parte, el gobernador demócrata de Colorado, Jared Polis, afirmó que el indulto sentará un “mal precedente que podría ser abusado por presidentes posteriores”.

Esta no es la primera vez que un presidente de EE.UU. indulta a un miembro de su familia.

Bill Clinton indultó en 2001 a su hermanastro menor, Roger Clinton, por un delito relacionado con cocaína en 1985.

En 2020, Donald Trump indultó a Charles Kushner, suegro de su hija Ivanka. El presidente electo Trump anunció recientemente a Kushner como embajador en Francia en su nuevo gabinete.

Hunter Biden se declaró culpable de nueve delitos de fraude fiscal federal en septiembre, por los que se enfrentaba a hasta 17 años de prisión.

También fue declarado culpable en junio de tres delitos graves relacionados con la compra de un arma, por los que se exponía a una pena de hasta 25 años de prisión.

La sentencia por estos casos estaba prevista para los días 12 y 16 de diciembre.

Sus problemas legales fueron una nube negra sobre la campaña presidencial de su padre, que llegó a su fin en julio después de que Biden se retirara de la carrera electoral.

Biden apoyó a la vicepresidenta Kamala Harris para sucederle como candidata demócrata. Harris perdió las elecciones frente al republicano Donald Trump en noviembre.

Trump tomará el relevo de Biden en el Despacho Oval el 20 de enero de 2025.

Inicia G20 en Brasil

Lula Da Silva con el apoyo de Xi, Biden y Macron intentarán aprobar un documento final que rescate la importancia del cambio climático, el peso de los organismos multilaterales y las propuestas de desarrollo sustentable de la ONU, frente al programa geopolítico que desplegará el líder republicano cuando ocupe la Casa Blanca

El G20 de Brasil inicia mañana con un objetivo geopolítico que sus principales protagonistas buscan coronar cuando concluyan las deliberaciones en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro: aprobar una resolución final que pueda actuar como contrapeso de la agenda que ejecutará Donald Trump cuando se convierta en presidente de los Estados Unidos.

El documento propuesto por Lula da Silva -es el presidente organizador del G20- lleva meses de negociación y propone sostener la importancia del Cambio Climático, defender las propuestas de la agenda de desarrollo 2030 y avanzar hacia una reconstrucción institucional de las Naciones Unidas (ONU), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Junto a las iniciativas de Lula se alinean Xi Jinping (China), Joe Biden (Estados Unidos) Olaf Scholz (Alemania), Emmanuel Macron (Francia), Keir Starmer (Reino Unido), Shigeru Ishiba (Japón) y Justin Trudeau (Canadá), entre otros protagonistas clave del organismo multilateral.

Estos líderes mundiales asumen qué intentará hacer Trump en su segundo mandato, y se apalancarán en el G20 para tener un mecanismo de disuasión contra las propuestas de la administración republicana, que iniciarán su marcha desde el 20 de enero de 2025.

El peso específico del documento final del G20 -conocido en la jerga diplomática como comuniqué- será relativo si se lo analiza desde la perspectiva de los jefes de Estado que lo firmarán este martes 19 de noviembre en Rio de Janeiro.

Biden termina su mandato en dos meses, Macron tiene debilidad política crónica, Scholz es muy probable que pierda las elecciones en febrero y Trudeau ya se despide del cargo en Canadá.

Es decir: en el próximo G20 que se hará en Sudáfrica, Lula estará muy solo frente a Trump, que ha tenido siempre una posición muy agresiva contra este organismo multilateral. Aún más: los posibles sucesores de Scholz y Trudeau comparten las ideas del próximo presidente de los Estados Unidos.

“Lo primero que tenemos que decirle al presidente Trump es lo siguiente: creo que nosotros dos, como jefes de estado de dos países importantes, tenemos que tener una relación muy civilizada y muy democrática”, sostuvo Lula en declaraciones periodísticas.

Trump ya deslizó qué piensa de Lula y de la importancia del G20 de Brasil. Postergó en el tiempo un llamado que Lula pidió tras su triunfo electoral, y cuando le toque participar en un G20 se comportará cómo lo hizo durante la cita en Osaka (Japón), adonde presionó a fondo para eliminar del texto final todas las menciones al cambio climático.

El presidente electo de los Estados Unidos tiene sintonía ideológica y personal con Jair Bolsonaro, y será refractario con Lula, que la semana pasada dialogó treinta minutos con Biden acerca del G20 y su comunicado final. Biden avaló las propuestas del líder brasileño, pero poco puede hacer desde su condición de Pato Cojo.

Además de la defensa del concepto de Cambio Climático, la mayoría de los socios del G20 apoyan la agenda de crecimiento sostenible 2030 y la necesidad de remozar la arquitectura geopolítica de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Tras estos objetivos puntuales, Lula logró el consenso necesario para debatir estos asuntos de gobernanza global durante las dos sesiones del G20 que deliberará en el Museo de Arte Moderno.

Trump rechaza la propuesta 2030, y cree que esos organismos multilaterales -diseñados en la conferencia de Bretton Woods- son una sombra del pasado que sólo sirven a países que rechazan los conceptos básicos de la democracia moderna.

La resistencia política a las propuesta del G20 tendrán su primera prueba con la posición que exhibirá Javier Milei durante la cumbre de Rio de Janeiro. El presidente argentino es amigo personal y aliado en América Latina del líder republicano, y rechaza el impuesto a los super ricos, la agenda 2030 y el acuerdo de París sobre Cambio Climático.

La mirada que despliegue Milei en las sesiones del G20 será una réplica exacta de la perspectiva ideológica de Trump. Ambos estuvieron juntos hace 72 horas en Mar -a-Lago, y la sintonía fue perfecta.

“Milei y Trump son dos amigos que se respetan y piensan igual sobre el mundo”, sintetizó Gerardo Werthein, ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina.

El G20 de Presidentes y jefes de Estado inicia mañana en Rio de Janeiro, que se transformó en una ciudad blindada. Lula desplegó a 9.000 oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas de Brasil y 15.000 policías militares, que tendrán la misión de proteger al poder global en la ciudad más peligrosa de América Latina

Biden Aclara su Renuncia

El presidente se dirige a la nación estadounidense desde el Despacho Oval, tres días después de anunciar su retirada de la carrera para la reelección: “La idea de América queda en vuestras manos”

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, justificó este miércoles su decisión de no presentarse a la reelección como la expresión de un elevado acto de generosidad y de sacrificio personal por el bien de sus compatriotas. “Venero este lugar, pero quiero más a mi país. La defensa de la democracia, que está en juego, es más importante que ostentar cualquier cargo”, dijo Biden en un sentido discurso a la nación televisado desde el Despacho Oval en el que también defendió los logros de su presidencia y fijó los objetivos para los seis meses que aún le quedan por delante en la Casa Blanca. “Me da fuerza y alegría trabajar por el pueblo estadounidense”, agregó. “Pero la sagrada tarea de continuar perfeccionando nuestra Unión no puede ir sobre mí. Trata de usted. De su familia. De su futuro. De ‘Nosotros, el pueblo”.

Biden presentó su relato de superación como la expresión del sueño americano de “un chico tartamudo de humildes orígenes” que en una de sus noches más difíciles traía un mensaje urgente: “Estados Unidos tendrá que elegir entre avanzar o retroceder, entre la esperanza y el odio, entre unidad y división”. “La historia está en vuestras manos”, afirmó. “El poder está en vuestras manos. La idea de América queda en vuestras manos. Sólo tenemos que mantener la fe, mantener la fe y recordar quiénes somos”.

Fueron poco más de 10 minutos llenos de referencias históricas, en los que quiso mirarse en el espejo de Roosevelt y Washington y no faltó la famosa definición de América de Benjamin Franklin: “Una república, siempre que sepamos mantenerla”. Si se echa a un lado, les dijo a sus compatriotas, lo hace precisamente con ese objetivo y con el de unir al país y no porque no se crea capaz de un segundo mandato. “Ha sido el gran privilegio de mi vida servir a esta nación durante más de 50 años”, sentenció sobre su larga carrera política.

Era la primera intervención formal del presidente desde que el pasado domingo anunció en la red social X su doble decisión de no empeñarse en mantener su candidatura a la presidencia y de elegir como su sucesora a la vicepresidenta Kamala Harris, a la que definió como una compañera de viaje “experimentada, dura y capaz”.

El discurso cerró uno de los capítulos más complicados de la larga trayectoria política de Biden. La renuncia-bomba había llegado al término de las larguísimas semanas que siguieron a su desastroso debate presidencial con el aspirante republicano, Donald Trump, tras el que arreciaron las dudas sobre las aptitudes físicas y mentales de un hombre de 81 años para salir reelegido en las urnas y desempeñar el que tal vez sea el oficio más difícil del mundo durante cuatro años más. Aquel 27 de junio en Atlanta se abrió también la veda para que destacados miembros de su partido, viejos aliados, medios de comunicación y analistas empezaran a sugerirle, primero, para exigirle, después, que reconsiderara su decisión. Finalmente, hicieron falta 24 agónicos días antes de que se rindiera a la evidencia.

“He decidido que la mejor manera de avanzar es pasar el testigo a una nueva generación”, dijo este miércoles Biden en un discurso de tono grave en horario de máxima audiencia para el que se hizo acompañar de su familia en el Despacho Oval. “Es el momento de dejar que se escuchen nuevas voces, voces mas jóvenes”.

El recurso a la “defensa de la democracia” fue constante, y una y otra vez pudo interpretarse como una referencia poco velada Trump; el presidente lleva un par de años identificando insistentemente a su contrincante como una amenaza existencial para el experimento estadounidense. Poco antes de la intervención presidencial desde la Casa Blanca, su contrincante presumió de haberlo echado. “Hace tres días derrotamos oficialmente al peor presidente de la historia de nuestro país, el corrupto Joe Biden”, afirmó el candidato republicano.

El demócrata trabajó en el texto durante los últimos tres días, 72 horas vertiginosas en las que Harris se aseguró los apoyos necesarios para ser designada como candidata presidencial en medio de una oleada de entusiasmo y de una lluvia de millones en donaciones. Al fervor que siguió a su renuncia, Biden ha asistido, como quien tiene el privilegio de presenciar su propio funeral político, desde su casa en la playa en Rehoboth, en su Delaware natal. Allí se refugió la semana pasada tras infectarse con covid, enfermedad de la que dio negativo este martes. Durante el que no cuesta imaginar como uno de los fines de semanas más duros de trayectoria, Biden estudió las encuestas desfavorables y ultimó su decisión, que mantuvo en secreto un reducido círculo, mientras escribía con la ayuda de dos de sus más estrechos asesores el texto de su adiós. De todo ese proceso no ofreció más detalles este miércoles.

Con su renuncia, Biden ceja en su empeño de perseguir su reelección, pero cumplirá con las obligaciones del resto de su presidencia, una decisión que ha recibido las críticas de los republicanos, que consideran que si no está para ganar unas elecciones, tampoco lo está para seguir ejerciendo ni un día mas como Comandante en Jefe.

“Durante los próximos seis meses me concentraré en hacer mi trabajo”, prometió Biden en el Despacho Oval. “Eso significa que continuaré reduciendo los costos para las familias trabajadoras y haciendo crecer nuestra economía. Seguiré defendiendo nuestras libertades personales y nuestros derechos civiles, desde el derecho a votar hasta el derecho a elegir”, añadió, en referencia al aborto.

Biden lo ha sido casi todo y durante casi todo el tiempo posible en Washington: senador, vicepresidente y, finalmente, tal y como fue su sueño desde niño, presidente de Estados Unidos, cargo al que llegó aupado por 81 millones de votos en un momento de extrema desunión y en mitad de una pandemia. Tal vez ninguno de esos encargos fue tan ingrato como el que le toca ahora. Biden ya es un lame duck president, un pato cojo que sabe que tiene los días contados, pero aún pelea por resultar relevante mientras el mundo ya ha pasado su página. No solo eso: todavía le queda un último empujón para asegurar su legado. Este miércoles prometió usar ese tiempo de descuento en combatir la epidemia de la violencia armada, en perseguir la reforma del Tribunal Supremo y en continuar trabajando en su iniciativa para acabar con el cáncer y en contribuir a la fortaleza de la OTAN.

Escenario trascendental

Históricamente, los discursos presidenciales desde el Despacho Oval marcan momentos trascendentales en los que los mandatarios hablan a sus compatriotas en mitad de serias crisis nacionales o para hacer anuncios de gravedad. Era la cuarta vez que Biden escogía ese solemne escenario para dirigirse al pueblo estadounidense. Dice mucho del extraordinario momento que está viviendo el país en este verano del descontento que dos de esas ocasiones hayan sido en el espacio de una semana y media: la anterior fue el 14 de julio, al día siguiente del atentado contra Donald Trump en un mitin en Pensilvania. Las otras dos veces fueron para hablar del ataque de Hamás en Israel del pasado 7 de octubre y para elogiar la aprobación de un acuerdo presupuestario entre ambos partidos que prolongó el techo de deuda hasta enero de 2025.

En 248 años de historia de Estados Unidos, cuatro presidencias acabaron prematuramente por asesinato. Otra, la de Richard Nixon, cayó bajo el empuje del escándalo del Watergate. La de Lyndon B. Johnson, la inmediatamente anterior, terminó por su propia renuncia. Es el precedente más directo en la memoria reciente al caso de Biden; Johnson también decidido no presentarse a un segundo mandato. Lo hizo acosado por la desastrosa guerra de Vietnam, por sus problemas de salud y por la sensación de desconexión con una nueva generación de votantes.

Tomó la decisión antes que Biden. El 31 de marzo de 1968, a poco más de siete meses de las elecciones, se la comunicó a sus compatriotas en un discurso televisado de 40 minutos que se les dijo que trataría sobre la marcha de la guerra. El bombazo que contenía en su interior llegó sin previo aviso. Johnson empezó acordándose de los “hijos de Estados Unidos en los lejanos campos de batalla”, se refirió a la convulsión interna del país y avanzó que había decidido dedicarse a “los maravillosos deberes de la presidencia”. Hizo una pausa, y, por un momento, decenas de millones de personas no supieron bien qué pensar. Entonces, añadió: “En consecuencia, no buscaré ni aceptaré la designación de mi partido para otro mandato”.

A esas palabras siguieron algunos de los meses más convulsos de la historia política estadounidense: los asesinatos del senador Robert Kennedy y del reverendo Martin Luther King, la agitada Convención Demócrata de Chicago, en la que los delegados se sacaron los ojos mientras a las puertas los manifestantes protestaban por la guerra y los antidisturbios se empleaban a fondo y, finalmente, la rotunda victoria de Richard Nixon sobre Hubert Humphrey en las urnas.

Parecen los demócratas decididos a evitar la repetición de ese precedente, invocado una y otra vez durante este año, en el que otra guerra, la de Israel en Gaza, dañó seriamente la imagen de Biden entre los votantes jóvenes y los electores árabes. El rápido cierre de filas en torno a Harris, que consiguió los delegados necesarios en poco más de 24 horas tras recibir el apoyo inmediato del presidente, hace pensar que la convención de este mes de agosto, que también se celebra en Chicago ―cosas de la historia que rima―, no será tan convulsa como aquella.

Este jueves, Biden amanecerá en la Casa Blanca en una posición a la que se resistió todo lo que pudo y tras dar un discurso que nunca quiso escribir. En el primer día del resto de su vida presidencial, tiene previsto verse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, antes de marcharse a pasar el fin de semana a Camp David. No deja de ser paradójico que esa sea su primera tarea tras la histórica renuncia: un alto el fuego en Gaza es uno de los objetivos más urgentes de los seis meses que tiene por delante. Y lograrlo o no será clave para definir el lugar que la historia de Estados Unidos le tiene reservado al chico tartamudo de origen humilde que llegó a presidente.

Reacciones de Texanos Tras Anuncio de Biden

Como era de esperase, la decisión de Biden ha generado numerosas reacciones, sobre todo, tras el apoyo a Kamala Harris.

John Whitmire dijo que respeta la decisión del Presidente y agradece todo lo que él hizo en su carrera pública.

En una decisión sorprendente que sacudió el panorama político estadounidense, el presidente Joe Biden anunció el domingo que se retirará de la carrera por la Casa Blanca en 2024, poniendo fin a su intento de reelección tras un debate con Donald Trump que generó dudas sobre su capacidad para el cargo, apenas cuatro meses antes de las elecciones.

El anuncio de Biden llega después de semanas de especulaciones y crecientes críticas sobre su desempeño y su habilidad para enfrentar los desafíos internos y externos que enfrenta Estados Unidos.

Como era de esperase, la decisión de Biden generó numerosas reacciones. Del lado de los demócratas, los líderes locales han respaldado la decisión del primer mandatario y han resaltado el legado de su presidencia. Por su parte, los republicanos intensificaron su críticas y las supuestas fallas del gobierno de Biden.

El alcalde de Houston, John Whitmire, expresó su gratitud por el trabajo desarrollado por el presidente Biden desde enero del 2021 y calificó la decisión del mandatario como acertada pensando en el futuro del país.

«Respeto la decisión del presidente Biden y le agradezco por todos estos años de dedicado servicio público al país», dijo Whitmire tras conocer la decisión del primer mandatario.

Adrían García, comisionado del condado Harris, expresó su gratitud hacia el presidente saliente. «@POTUS gracias por tu valentía al poner al país por encima del partido y del interés propio. Tu liderazgo y dedicación a nuestra nación se sentirán durante generaciones. Somos un país mejor y más fuerte hoy gracias a tus esfuerzos por construir un futuro mejor y tu inversión histórica en nuestra infraestructura!

@POTUS gracias for your courage to put #Country above party and self interest. Your leadership/dedication to our #Nation will be felt for generations. We’re a better/stronger country today because of your #BuildBackBetter efforts and historic investment in our infrastructure!🙏🏼🇺🇸 pic.twitter.com/ztV6DhyHxp

El alguacil del Condado Harris, Ed González -quien en su momento fue nominado por Biden para ser el director de la policía de inmigración (ICE por sus siglas en inglés)- dijo que el presidente Biden «trabajó por el país con dignidad y honor». Agregó que su «trabajo de toda una vida debe ser reconocido y honrado».

.@JoeBiden has served the American people with dignity and honor. His lifetime of service should be recognized and honored. I have deep appreciation for his service and accomplishments.

Thank you, President Biden! pic.twitter.com/KNyWDf8TX9

— Ed Gonzalez (@SheriffEd_HCSO) July 21, 2024

Biden apoya a Kamala Harris: cuál será el proceso para escoger al nuevo candidato demócrata

Las congresistas demócratas Sylvia García y Littzie Fletcher no solo reconocieron la gestión de Biden, sino que se mostraron a favor del apoyo que este le dio a la vicepresidenta Kamala Harris para que sea la candidata presidencial por el partido demócrata y se enfrente a Trump en las elecciones de noviembre.

«Estoy agradecida por su liderazgo, su servicio patriótico al país y su compromiso con EEUU y los estadounidenses», dijo Fletcher en una comunicación pública. Por su parte, García dijo que la vicepresidenta Harris está lista para la contienda electoral y «ser nuestra próxima presidenta».

Los senadores republicanos Ted Cruz y John Cornyn aprovecharon el anuncio de Biden para criticar fuertemente a Harris. Cornyn señaló que la vicepresidenta como «zar de la frontera» ha permitido el ingreso de criminales y terroristas. «¿Si no puede manejar la frontera, cómo puede hacerlo con el país?, se preguntó el senador tejano. A su vez, Cruz en tono sarcástico, dijo: «Apoyo a la representante Ilhan Omar como nominada demócrata a la presidencia». Omar es una de las congresistas más progresistas y radicales dentro del partido.

I endorse Ilhan Omar as the Democrat nominee for President.

— Ted Cruz (@tedcruz) July 21, 2024

El Partido Demócrata de Texas dijo que la decisión de Biden es una muestra del partido «con el compromiso fundamental de que ni una persona ni un partido es más importante que los intereses de los EEUU ni de su gente». Igualmente hizo un llamado para que demócratas, independientes y republicanos se unan para evitar el regreso de Donald Trump a la presidencia.

Quién asumirá la candidatura presidencial demócrata: Biden apoya a Kamala Harris

Por otro lado, el gobernador de Texas, Greg Abbott, reaccionó de manera crítica al anuncio de Biden, enfocándose en las políticas fronterizas. «Joe Biden ahora respalda y apoya completamente a su ‘zar de las fronteras’ Kamala Harris para ser la candidata demócrata a la presidencia. Creo que necesitaré triplicar el muro fronterizo, las barreras de alambre de púas y la Guardia Nacional en la frontera».

Joe Biden has now endorsed and fully supports his “Borders Czar” Kamala Harris to be the Democrat candidate for president.

I think I will need to triple the border wall, razor wire barriers and National Guard on the border. https://t.co/1FYhuOP3vX

— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) July 21, 2024

Mientras tanto, el vicegobernador de Texas Dan Patrick, emitió comentarios incisivos sobre la retirada de Biden. «Obama está buscando su cuarto mandato, con Michelle o Kamala. Eligieron a Biden en 2020 para que Obama pudiera servir un tercer mandato, y ahora busca un cuarto. El debate de junio fue un golpe bajo hacia Biden por parte de su propio partido; humillarlo fue el primer paso para expulsarlo. No había necesidad de que Biden debatiera tan temprano, como dije en su momento. Estaban con él todos los días. Sabían lo mal que iba a desempeñarse».

— Dan Patrick (@DanPatrick) July 21, 2024
Con la renuncia de Biden de la contienda presidencial de 2024, se espera una reconfiguración significativa en el panorama político estadounidense, mientras demócratas y republicanos se preparan para las elecciones de noviembre y buscan líderes capaces de enfrentar los desafíos del país en los próximos años.

Demócratas Rechazan Reemplazar a Biden

En una llamada el sábado con miembros del Comité Nacional Demócrata, su presidente, Jaime Harrison, y la directora de campaña de Biden, Julie Chávez Rodríguez, ignoraron en gran medida el débil desempeño de Biden el jueves por la noche o la avalancha de críticas que siguió. Pero este domingo

En las altas esferas del Partido Demócrata hay una creciente preocupación y percepción de que los líderes de la campaña de Joe Biden y del Comité Nacional Demócrata no están tomando suficientemente en serio el impacto del preocupante desempeño del mandatario en el debate presidencial. Pero hasta el momento, ninguna figura de peso del partido ha roto filas públicamente con la aspiración de un segundo mandato suyo.

El presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison, y la directora de campaña de Biden, Julie Chávez Rodríguez, mantuvieron una llamada el sábado por la tarde con docenas de miembros del comité en todo el país, un grupo formado por algunos de los miembros más influyentes del partido. En la conversación ignoraron en gran medida el débil desempeño de Biden el jueves por la noche o la avalancha de críticas que siguió.

Varios miembros del comité que participaron en la llamada, que en su mayoría hablaron bajo anonimato, describieron que les quedó la percepción de que se les pedía que ignoraran la situación del partido. También salieron de la llamada sintiendo que la misma pudo haber empeorado la sensación generalizada de pánico entre algunos funcionarios electos y los donantes.

Harrison, contaron a la agencia AP, ofreció lo que describieron como una evaluación optimista del camino a seguir de Biden. La función de chat fue deshabilitada y no se permitieron preguntas en la llamada.

«Esperaba una conversación más sustantiva en lugar de ‘Oye, salgamos a simplemente animar (la candidatura de Biden)’ sin abordar realmente un tema muy serio que se desarrolló en la televisión estadounidense y que vieron millones de personas», dijo Joe Salazar, miembro electo del Comité Nacional Demócrata de Colorado, que estuvo en la llamada. “Había varias cosas que se podrían haber dicho para abordar la situación. Pero eso no fue lo que recibimos. Nos hicieron gaslighting», consideró.

Salazar señaló que el presidente del Comité Nacional sugirió que los líderes del partido siempre supieron que la contienda presidencial de 2024 sería reñida, un tema habitual de conversación demócrata que irrita a Salazar.

“Esta no debería ser una carrera reñida”, dijo Salazar, señalando los antecedentes penales de Trump y su larga historia de falsedades. “Son ellos los que deberían buscar un nuevo candidato, no nosotros. Y desafortunadamente para nosotros, debido a la actuación de nuestro presidente el jueves por la noche, ahora es una discusión abierta”, agregó.

Líderes demócratas siguen apoyando a Biden

Pese al descontento del que habló Salazar con la agencia AP, ninguna figura importante del partido ha pedido al presidente que desista de ir a la reelección. Prominentes demócratas desde los expresidentes Bill Clinton y Barack Obama hasta la exjefa de la Cámara Baja Nancy Pelosi le expresaron su apoyo.

«No se trata del desempeño en términos de un debate, se trata del desempeño en una presidencia», dijo Pelosi este domingo en CNN. «En un lado de la pantalla, tienes integridad, en el otro lado tienes deshonestidad», dijo, haciéndose eco de una serie de figuras del partido que intentan cambiar el enfoque de lo que dicen fue el desafortunado desempeño de Biden al aluvión de mentiras que dijo Donald Trump en el encuentro.

Biden «en absoluto» debería abandonar la carrera, dijo también este domingo el senador de Georgia Raphael Warnock a NBC. «Nuestra tarea es asegurarnos de que supere la línea de la meta en noviembre. No por su bien, sino por el del país», agregó.

Por su parte, el senador demócrata por Pennsylvania John Fetterman también defendió a Biden este domingo como candidato de su partido tras el pobre desempeño del debate del jueves. En una entrevista a Fox News, Fetterman recordó sus propios tropiezos en un debate contra el candidato republicano que le disputaba el escaño, Mehmet Öz, poco después de haber sufrido un derrame cerebral, en 2022.

“Tuvimos un debate difícil y aun así logramos ganar. Todo el mundo decía que ese era el final de mi carrera, que ese era el final de esta carrera y todos predecían que iba a perder por 2 puntos o más. Y superé a Öz por 5 puntos”, dijo Fetterman. “Y eso es lo que estoy diciendo. Es… que un debate no es una carrera”.

El senador también enfatizó en el contraste entre Biden y su rival. “Esta es una elección muy dura. ¿Qué tipo de presidente quiere usted para los próximos cuatro años?», cuestionó. “Donald Trump, que está obsesionado con la venganza y ha dejado muy claro que está aquí para vengarse. No creo que la presidencia deba utilizarse jamás en Estados Unidos como arma contra las personas que no están de acuerdo con uno”, opinó.

Donantes y estrategas demócratas divididos

De manera más callada, muchos donantes, estrategas del partido y miembros de base del Comité Nacional Demócrata están diciendo que quieren que Biden, de 81 años, se haga a un lado para permitir que el partido seleccione un reemplazo más joven en la Convención Nacional Demócrata en agosto. Sin embargo, por ahora, los aliados más cercanos de Biden insisten en que sigue bien posicionado para competir contra el republicano Donald Trump y no han dado indicios de que lo presionarán para que ponga fin a su campaña.

Los mejor posicionados para reemplazarlo (entre ellos la vicepresidenta Kamala Harris, el gobernador de California, Gavin Newsom, y la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer) reiteraron su apoyo a Biden después del debate.

Muchos esperan ahora la primera ronda importante de encuestas públicas posteriores al debate para determinar sus próximos pasos.

Según una encuesta de CBS News realizada en los dos días posteriores al debate, casi tres cuartas partes de los votantes registrados creen ahora que Biden no debería postularse para presidente, incluido el 46% de los demócratas.

Biden y su familia viajaron al retiro presidencial de Camp David el sábado por la noche y según un reporte de NBC News, se esperaba que allí el presidente se reuniera con su familia para evaluar el futuro de su campaña de reelección, tras el fiasco del jueves. La Casa Blanca negó que el encuentro fuese para evaluar el futuro de la campaña. Y el subsecretario de prensa adjunto de la Casa Blanca, Andrew Bates, publicó en X que el viaje había sido planeado desde antes del debate, cuestionando la publicación de ese reporte.

Las encuestas de CNN y 538/Ipsos realizadas poco después del debate reflejaron que la mayoría de los observadores del debate piensan que Trump superó a Biden. Pero los índices de apoyo de ambos se mantuvieron prácticamente sin cambios, tal como lo hicieron después de la condena a Trump por cargos en Nueva York en ‘el caso Stormy Daniels’.

En una aparición posterior en MSNBC, Harrison minimizó la importancia de la conferencia telefónica, que, según dijo, era parte de una comunicación programada regularmente «para hablar sobre la situación de la carrera electoral» y la próxima convención nacional con los miembros electos del DNC en todo el país.

Biden y su campaña han tratado de proyectar confianza en los días transcurridos desde el debate del jueves en los que el presidente, que ya enfrentaba serias preocupaciones sobre su resistencia física y mental, ofreció una actuación marcada por repetidos tropiezos, pausas incómodas y un estilo de hablar pausado que muchas veces fue incluso difícil de entender.

Justo después de la llamada del Comité Nacional Demócrata del sábado, la campaña de Biden publicó un memorando de la asesora principal Jen O’Malley Dillon insistiendo en que el debate no tuvo un impacto tangible en las elecciones.

“En cada métrica que importa, los datos muestran que no hizo nada para cambiar la percepción del pueblo estadounidense. Nuestros partidarios están más entusiasmados que nunca y Donald Trump solo les recordó a los votantes por qué lo despidieron hace cuatro años y no lograron expandir su atractivo más allá de su base MAGA”, escribió O’Malley Dillon. “Si vemos cambios en las encuestas en las próximas semanas, no será la primera vez que las narrativas exageradas de los medios de comunicación hayan provocado caídas temporales en las encuestas”.

La campaña informó que desde el debate han recaudado 33 millones de dólares, incluidos 26 millones de dólares de donantes de base.

Mientras tanto, Biden pasó gran parte del sábado cortejando a donantes adinerados en el famoso enclave rico de los Hamptons en Nueva York. “No tuve una gran noche, pero tampoco Trump”, dijo Biden sobre el debate en una reunión en East Hampton, en donde dijo sobre Trump: “La gran conclusión fueron sus mentiras”.

Biden y Trump Debaten el Jueves

El debate ha sido organizado por las campañas presidenciales de Biden y Trump con la cadena CNN, lo que obvió la costumbre reciente de que el primer encuentro fuera organizado para septiembre por la comisión sin fines de lucro que ha planificado estas discusiones desde las elecciones de 1988.

Una gran diferencia con anteriores debates, además de que no habrá público dentro de los estudios de la cadena de televisión, es que el micrófono del oponente se apagará cuando se le dirija la pregunta a uno de los candidatos de los dos partidos principales de Estados Unidos. Las demás cadenas de televisión han anunciado que retransmitirán en directo el debate.

El copresidente de la campaña de Biden, Mitch Landrieu, dijo el domingo en NBC que el presidente acentuará que Trump –dos veces llevado a un juicio político en el Senado, los que sobrevivió-, llegará al debate como el primer expresidente convicto por delitos graves, relacionados a registros comerciales fraudulentos para ocultar el pago de $130,000 a la actriz de películas para adultos Stormy Daniels, con quien habría tenido relaciones extramaritales.

Michael Tyler, portavoz de la campaña de Biden, indicó además que el debate permitirá hacer contrastes: por un lado, un presidente “que lucha por el pueblo estadounidense” y por el otro “Donald Trump, que subirá al escenario como un delincuente convicto que lucha por sí mismo sin importar cuánto daño inflija al pueblo estadounidense”.

Biden ha estado los últimos días ensayando su presentación en la residencia campestre del presidente de Estados Unidos, en Camp David (Maryland).

Trump ha estado en campaña. El sábado estuvo en Filadelfia, Pensilvania, que puede ser el principal botín entre los estados clave para estas elecciones.

En sus presentaciones, el expresidente ha indicado que el debate permitirá ver a un presidente de Estados Unidos que no está en condiciones para liderar este país. “Sleepy Joe”, dijo Trump que llamará a Biden, al señalar que un voto por el presidente de Estados Unidos significará crisis en las fronteras.

“El primer día, sellaré la frontera, detendré la invasión y enviaré a los ilegales extranjeros de Biden de regreso a casa”, sostuvo Trump en su mensaje del sábado en Filadelfia.

La edad de ambos candidatos está muy presente en esta elección. Las dos campañas han publicado vídeos resaltando momentos de confusión del oponente.

Biden cumplirá 82 años poco después de las elecciones y encuestas han indicado que un sector del electorado mira con preocupación su edad. Pero, Trump, quien acaba de cumplir 78 años, tampoco escapa a esas preocupaciones.

El gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, uno de un puñado de presuntos finalistas para la candidatura republicana a la vicepresidencia, prevé “un buen debate”, aunque consideró que “hay un esfuerzo del equipo de Biden de bajar sus expectativas”.

Por su parte, la gobernadora de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul, indicó también en CNN que quiere ver a Biden “recreando la magia del mensaje sobre el estado de la Unión” de marzo pasado, pues considera que hay diferencias marcadas que favorecen al presidente de Estados Unidos con respecto a la agenda de futuro.

Los demócratas han indicado que Biden, entre otras cosas, debe enfatizar en el debate que el expresidente Trump puede querer promover mayores restricciones al aborto (al cumplirse el lunes dos años de anularse la jurisprudencia de Roe versus Wade), despedir decenas de miles de empleados federales para contratar a sus seguidores y representa una amenaza a la democracia, al no querer reconocer el resultado de elecciones, incitado a la insurrección contra el Congreso del 6 de enero de 2021 y haber admitido que quiere ser “dictador por un día”.

El gobernador Burgum sostuvo que ahora se vive una dictadura, debido a las acciones ejecutivas suscritas por el presidente Biden en asuntos como el ambiente, inmigración y préstamos estudiantiles.

La entrevistadora Kaitlan Collins, sin embargo, recordó al gobernador que los republicanos pidieron acción sobre inmigración y que mientras Trump firmó 220 órdenes ejecutivas como presidente, en tres años y medio Biden ha suscrito 139.

Lo que dicen las encuestas

Biden y Trump llegarán al debate prácticamente empatados en las encuestas a nivel nacional. Según el promedio de sondeos recientes calculado por Real Clear Politics, Trump obtiene 46.1% en la intención de voto de los electores de Estados Unidos, frente al 45.2% de Biden.

El presidente Biden ha avanzado ligeramente en las encuestas desde la convicción de Trump. Pero, el expresidente está al frente en el promedio de encuestas de los seis estados que se considera decidirán las elecciones: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Nevada, Arizona y Georgia.

El debate tiene lugar la misma semana en que se espera que el Tribunal Supremo de Estados Unidos determine si Trump está inmune a cargos criminales por intentar revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020.

Debido a que el debate tiene lugar el jueves en la noche, expertos consideran que es probable que la decisión se divulgue el viernes, cuando el máximo foro judicial estadounidense puede iniciar su receso de verano. Solo en una ocasión reciente, las decisiones finales de una sesión se han extendido a los primeros días de julio.

Trump tiene también la tarea pendiente de seleccionar a su candidato a vicepresidente. Burgum, y los senadores Marco Rubio (Florida) y J.D. Vance (Ohio) son los principales candidatos, según varios medios. Pero, durante el fin de semana se ha insistido que la decisión estará entre Burgum y Vance.

Cuando se le preguntó a Trump este fin de semana, el expresidente dijo que ya decidió quien será su número dos, pero que no se lo ha informado a la persona seleccionada.

Más de Medio Millón Podrán Conseguir Ciudadanía con Nuevo Plan de Biden

El presidente Joe Biden ordenó el martes una medida expansiva en año electoral para ofrecer la posibilidad de naturalización a cientos de miles de inmigrantes que viven en Estados Unidos sin estatus legal, en un intento de equilibrar las agresivas restricciones en la frontera que anunció recientemente y que indignaron a activistas y a muchos legisladores demócratas.
Biden anunció el martes que su gobierno permitirá en los próximos meses que algunos cónyuges de ciudadanos estadounidenses sin estatus legal puedan solicitar la residencia permanente y, a la postre, su naturalización. La medida podría afectar a casi medio millón de inmigrantes, según funcionarios gubernamentales.

“La Estatua de la Libertad no es una reliquia de la historia estadounidense. Sigue representando lo que somos”, dijo Biden desde una abarrotada Sala Este de la Casa Blanca, llena de activistas, congresistas demócratas e inmigrantes que podrían acogerse al programa. “Pero también me niego a creer que para que sigamos siendo un Estados Unidos que abraza la inmigración, tengamos que renunciar a proteger nuestra frontera”.

La medida anunciada, que equivale a la protección federal más expansiva para los inmigrantes en más de una década, establece un importante contraste político con el virtual candidato presidencial del Partido Republicano, Donald Trump, cuya postura de línea dura sobre las deportaciones masivas incluye una retórica que tacha a los inmigrantes de criminales peligrosos que “envenenan la sangre” de Estados Unidos.

El martes, Biden acusó a su predecesor de aprovecharse de los temores sobre los inmigrantes y criticó las medidas del gobierno de Trump, como la política de tolerancia cero en la frontera sur, que llevó a la separación de familias.

El equipo de campaña de Trump acusó a Biden de crear “otra invitación para la inmigración ilegal.”

“A Biden sólo le importa una cosa: el poder, y por eso está dando amnistía masiva y la ciudadanía a cientos de miles de ilegales que sabe que en última instancia votarán por él y por el Partido Demócrata de Frontera Abierta”, dijo la portavoz de la campaña de Trump, Karoline Leavitt.

Para poder ampararse al programa, una persona debe llevar en Estados Unidos un mínimo de 10 años hasta el lunes y estar casada con un ciudadano estadounidense, ambos requisitos cumplidos a más tardar el lunes. Si se aprueba su solicitud, la persona tendría tres años para pedir un permiso de residencia permanente y recibiría un permiso temporal de trabajo, además de estar protegida de deportación durante el proceso.

También unos 50.000 niños no ciudadanos con un progenitor casado con un ciudadano estadounidense podrían seguir el mismo proceso, según funcionarios de alto nivel que informaron a periodistas sobre la propuesta bajo condición de anonimato. No hay un requisito sobre cuánto tiempo debe llevar casada la pareja, pero nadie será elegible después del lunes. Eso significa que los inmigrantes que cumplan esa cifra de 10 años en el país en cualquier momento después del 17 de junio de 2024 ya no podrán participar en el programa, según los funcionarios.

Altos funcionarios del gobierno creen que el proceso de solicitudes comenzará al final del verano, y dijeron que las tarifas aplicables aún estaban por determinarse.

Biden anunció el nuevo programa el martes en un evento en la Casa Blanca organizado para celebrar 12 años del popular programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) de la era del expresidente Barack Obama, el cual ofreció protecciones contra la deportación a algunos jóvenes inmigrantes.

Foday Turay fue uno de los invitados a la Casa Blanca el martes para el anuncio. Llegó a Estados Unidos cuando tenía 10 años, procedente de Sierra Leona, y ahora es padre de un niño y está casado con una ciudadana estadounidense de tercera generación. Aunque está inscrito en el DACA y trabaja como asistente del fiscal de distrito en Filadelfia, su estatus no le proporciona alivio de la constante preocupación de la deportación.

“Mi esposa está tremendamente impactada por esto”, dijo Turay el martes antes de la ceremonia. “Todos los días me habla de lo que va a pasar. ¿Qué pasa si me deportan? ¿Cómo vamos a criar a nuestro hijo? ¿En qué país vamos a criarlo?”.

El anuncio de Biden podría “cambiar la trayectoria” de su familia, manifestó Turay.
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Hijo de Presidente Culpable

Cuando Hunter Biden fue dado de baja de la Reserva de la Armada por consumir cocaína en 2014, su padre —el entonces vicepresidente Joe Biden— escribió a su familia un conciso mensaje.

«Es hora de seguir adelante», dijo en un correo electrónico.

Para los Biden, superar los problemas de adicción de Hunter ha resultado casi imposible. Incluso ahora que su hijo está sobrio y vive en California con su joven familia, los días más oscuros de la vida de la familia siguen teniendo consecuencias que pesan mucho sobre el presidente.

El veredicto de culpabilidad de Hunter Biden por tres cargos federales de posesión de armas, dictado este martes, pone punto final —pero no concluye— a una larga y difícil saga. Joe Biden, que tenía previsto pasar la noche del martes en la Casa Blanca, regresó a última hora del día a Delaware para rodearse de los miembros de su familia, muchos de los cuales pasaron la última semana asistiendo al juicio.

En la escalinata del Marine One lo recibió su hijo, que sólo cinco horas antes había abandonado el tribunal del centro de la ciudad recién condenado.

Si la familia se sentía angustiada, no lo demostró, al menos no a la vista de las cámaras. En su lugar, el presidente ofreció a su familia una cálida sonrisa, abrazó a Beau, el hijo pequeño de Hunter Biden, y le dio un beso en la frente.

Joe Biden tiene pocos precedentes que seguir en la gestión de la condena de su hijo. Nunca antes un familiar directo de un presidente había sido declarado culpable de un delito durante el mandato de su padre. Aunque el peso emocional y la preocupación son compartidos por su familia, hacerlo como presidente es una carga única.

Aparte del viaje de última hora a Delaware —que se barajó como posibilidad a última hora de la noche del lunes, según una fuente familiarizada con los planes, y cuya decisión final se tomó el martes por la tarde tras conocerse el veredicto—, la agenda del presidente no se vio alterada. El martes por la tarde intervino en un acto sobre la prevención de la violencia armada en Washington, a pesar de la incomodidad política del tema. Y sigue planeando viajar a Italia este miércoles para asistir al G7.

La muestra de cordialidad en el asfalto este martes estuvo en consonancia con el enfoque del presidente sobre la situación legal de su hijo. En lugar de apartarlo, como preferirían algunos demócratas recelosos, el presidente ha mantenido a Hunter Biden cerca durante todo su calvario.

Desde el aeropuerto, donde también se intercambiaron abrazos miembros de la familia Biden y asesores cercanos, el grupo viajó en vehículos separados a la casa del presidente en un frondoso barrio de Wilmington para procesar los acontecimientos en privado.

Joe Biden y su familia han mantenido la mayor parte del tiempo a puerta cerrada su preocupación por los problemas legales de su hijo. El presidente se ha mostrado cauteloso a la hora de hablar del asunto públicamente, y no es un tema que sus asesores aborden con facilidad.

Cuando se le preguntó durante una entrevista con ABC la semana pasada sobre el caso, Biden sólo ofreció respuestas de una palabra.

«Sí», aceptaría el veredicto. «Sí», había descartado un indulto.

La naturaleza privada de las circunstancias del caso hizo aún más difícil la difusión pública de momentos traumáticos durante el juicio de la semana pasada.

Los momentos de llanto de la nieta del presidente, Naomi, afectaron profundamente a muchos miembros de la familia. Y la revelación de que Hallie Biden —la viuda del difunto hijo del presidente, Beau Biden, que más tarde mantuvo una relación con Hunter Biden— había probado el crack resonó en toda la órbita de los Biden.

En una declaración tras el veredicto, Joe Biden enmarcó la condena desde la óptica de un padre, no de un presidente.

«Jill y yo queremos a nuestro hijo y estamos muy orgullosos del hombre que es hoy. Muchas familias que han tenido seres queridos que han luchado contra la adicción comprenden el sentimiento de orgullo de ver a un ser querido salir del otro lado y ser tan fuerte y resistente en su recuperación», escribió el presidente.

También trató de establecer una distinción implícita pero clara con el expresidente Donald Trump, que ha calificado el sistema judicial de «amañado» a raíz de su propia condena por delito grave acusado de falsificar registros comerciales.

«Aceptaré el resultado de este caso y seguiré respetando el proceso judicial mientras Hunter considera una apelación», escribió el presidente. «Jill y yo siempre estaremos ahí para Hunter y el resto de nuestra familia con nuestro amor y apoyo. Nada cambiará eso».

El papel que desempeñará el veredicto en las elecciones de noviembre sigue siendo difícil de discernir, aunque los asesores de Biden e incluso muchos republicanos han restado importancia a la posibilidad de que los votantes se dejen influir por los problemas legales del hijo del presidente.

Al conocer el veredicto, los asesores de Biden dejaron claro a sus aliados que, a pesar de la histórica condena del hijo de un presidente en ejercicio, todo seguiría igual en la campaña, dijeron dos fuentes conocedoras del tema dentro del equipo que dirige la campaña.

Incluso cuando el juicio de Hunter Biden se puso en marcha, los funcionarios dentro de la sede de la campaña del presidente en Wilmington mantuvieron que los votantes entienden lo que ellos ven como una diferencia en blanco y negro entre Trump, que es un expresidente y ahora un delincuente convicto, y Hunter Biden, que —a pesar de ser el hijo del presidente— es un ciudadano privado.

Una de las dos fuentes dijo que los funcionarios en Wilmington discutieron sin sorpresa el veredicto de culpabilidad, pero la fuente se negó a describir el tenor de esas conversaciones.

Esa reticencia era un claro reflejo de una realidad que los aliados de Biden conocen bien: pocos asuntos son más delicados dentro de la Casa Blanca y de la operación de la campaña de reelección del presidente que los relacionados con su familia.

Tal vez más preocupante que las consecuencias políticas, al menos para algunas personas cercanas a Biden, es el peaje personal que el veredicto podría tener en el presidente mientras se prepara para una revancha contundente contra Trump. Biden, que habla o envía mensajes de texto a su hijo a diario, ha estado preocupado por su bienestar durante toda la saga legal.

Se espera que el presidente dedique mucho tiempo en las próximas semanas a preparar el debate con Trump del 27 de junio. Y un día después de uno de los momentos más dolorosos para su familia, se espera que Biden parta para un viaje de tres días a Italia con motivo de la cumbre del G7.

La casualidad del calendario habla del equilibrio que Biden se ha visto obligado a mantener a lo largo del proceso judicial de su hijo. Mientras se celebraba el juicio la semana pasada, Biden se encontraba en Francia conmemorando el Día D. Según sus asesores, el presidente seguía el juicio desde el extranjero y se mantenía en contacto con su hijo y con la primera dama, Jill Biden, que era una presencia habitual en la sala del tribunal, junto con su hija Ashley, el hermano del presidente, James, y la hermana de la primera dama, Bonny Jacobs.

Antes y después de ese viaje, el presidente pasó bastante tiempo con Hunter Biden en Delaware, incluso en la casa familiar de la playa de Rehoboth el fin de semana anterior a la selección del jurado. Volvió de Francia directamente a la casa familiar en Wilmington.

Esa ciudad se encuentra en el centro mismo de la identidad de la familia Biden. La estación de tren por la que el presidente pasó miles de veces como senador y vicepresidente lleva ahora su nombre. El juzgado donde se desarrolló el juicio lleva el nombre del senador republicano al que Biden derrotó en 1972. La campaña de reelección del presidente tiene su sede a unas manzanas de distancia.

Más lejos de la ciudad está la casa en un lago a la que la familia Biden ha vuelto en momentos de alegría y de dolor. El camino de entrada es el lugar donde, en las profundidades de la adicción de Hunter Biden, su padre persiguió una vez a su hijo tras un intento de intervención, lo abrazó en la oscuridad y lloró.

Es allí donde la familia se retiró el martes mientras comienzan a trabajar en el próximo capítulo.

Biden Promete a Estudiantes Escuchar Respecto a Problema en Gaza

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió el domingo un alto el fuego en Gaza y aseguró ante estudiantes de la universidad Morehouse College alcanzada por la ola de protestas que estaba trabajando para lograr “una paz duradera”, incluida la creación de un Estado palestino. En su discurso en la universidad de la ciudad de Atlanta, donde estudió el activista negro y héroe de los derechos civiles Martin Luther King, Biden, en plena campaña para la reelección en noviembre, dijo que apoyaba un acuerdo de paz para toda la región con “una solución de dos Estados, como la única solución”. El campus de ese centro de estudios del estado de Georgia (sudeste) fue uno de los tantos escenarios de protestas propalestinas que llevaron a las autoridades a intervenir para su desalojo. La visita del presidente busca apaciguar ánimos y alcanzar al electorado afroestadounidense y a los jóvenes.

“Apoyo las protestas pacíficas y no violentas. Sus voces deben ser escuchadas y les prometo que las escucharé”, dijo Biden en la ceremonia de graduación y entrega de diplomas en el Morehouse College de Atlanta. Un estudiante le dio la espalda a Biden durante la ceremonia, pero el discurso del gobernante se desarrolló sin interrupciones.

Enojo y frustración En medio de la campaña electoral, los estudiantes de esta universidad, históricamente de mayoría de la comunidad negra, pidieron a su administración que cancelara el discurso del demócrata, al destacar su apoyo explícito y de armamento a Israel. Durante su discurso, Biden insistió también en un alto el fuego en Gaza, la devolución de los rehenes israelíes en manos del grupo islamista Hamás y aseguró que estaba trabajando por “una paz duradera” en toda la región, incluida “una solución bidireccional entre Estados”, con la creación de un Estado palestino como “la única solución” final al antiguo conflicto. “Este es uno de los problemas más difíciles y complejos del mundo. No hay nada fácil en esta situación”, afirmó el presidente demócrata, quien lucía una bata marrón y negra, los colores del Morehouse College.

“Sé que esto enoja y frustra a muchos de ustedes, incluida mi familia, pero, sobre todo, sé que les rompe el corazón y también me rompe el mío”, destacó. Esto puede haber sido una posible alusión a su esposa Jill, quien, según medios estadounidenses, le expresó su preocupación por el número cada vez mayor de muertes civiles en Gaza y le pidió que tome acciones para evitarlo. Este constituye para Biden el encuentro cara a cara más directo con los estudiantes desde la ola de manifestaciones propalestinas que se extendió por gran parte de las universidades estadounidenses.

Con la mira en noviembre Al venir a Morehouse, Biden quería rendir homenaje directo a Martin Luther King, pero muchos estudiantes subrayaron que el líder civil negro se opuso a la guerra y, en particular, a la de Vietnam en los años 1960. Biden había inicialmente guardado silencio sobre las protestas contra la guerra lanzada por Israel en Gaza en represalia por los ataques de Hamás del 7 de octubre. Luego declaró que “debe prevalecer el orden” en los campus estadounidenses, donde la policía ha intervenido para desalojar los campamentos de manifestantes. Este domingo, Biden aplaudió cuando el mejor estudiante de la universidad, DeAngelo Jeremiah Fletcher, también pidió un alto el fuego inmediato en su propio discurso.

“Es importante reconocer que ambas partes han sufrido numerosas bajas desde el 7 de octubre”, dijo Fletcher. Pero el apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel hace que el campo demócrata tema perder votos entre el electorado joven y entre muchos simpatizantes de la causa palestina, incluidos los de la población negra. De manera general, las encuestas muestran dificultades más amplias del demócrata para conseguir el apoyo de los votantes negros y de los jóvenes estadounidenses, dos grupos que le ayudaron a derrotar a su antecesor Donald Trump (2017-2021) en 2020, y que volverán a ser decisivos este año para impedir el regreso del republicano a la Casa Blanca.

Según una encuesta reciente del diario The New York Times y la firma Siena, Trump podría ganar los votos del 20% de los afroestadounidenses en noviembre, aproximadamente el doble de lo que obtuvo en 2020. Esto sería un récord para un candidato republicano. Para evitar este resultado, Biden criticó el viernes el “extremismo” de su rival y de sus seguidores que “atacan la diversidad, la equidad y la inclusión en todo Estados Unidos”, durante un discurso en el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana en Washington. El presidente estadounidense continúa su viaje de campaña el domingo en Detroit (noreste), donde se dirigirá a la principal asociación de derechos civiles del país, la NAACP.

Habrá 2 Debates Presidenciales

El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump aceptaron una invitación de CNN para debatir el 27 de junio, un enfrentamiento históricamente temprano en la contienda electoral y que marcará la pauta para los últimos meses de campaña de 2024.

«He recibido y aceptado una invitación de @CNN para un debate el 27 de junio. A tu disposición, Donald. Como dijiste: en cualquier lugar, a cualquier hora», dijo Biden en un post en X.

Trump dijo después a Kaitlan Collins, de CNN: «La respuesta es sí, aceptaré».

Luego ambos dijeron este martes que habían aceptado también una invitación de la cadena ABC para celebrar un segundo debate el 10 de septiembre.

La noticia es el último acontecimiento en una rápida escalada del «tira y afloja» sobre los debates entre los dos rivales políticos. La campaña de Biden pidió anteriormente a Trump que se uniera a él en dos debates presidenciales organizados por organizaciones de noticias e informó formalmente a la Comisión de Debates Presidenciales que el presidente no participaría en sus debates de otoño programados previamente. El expresidente se apresuró a decir que estaba de acuerdo con los debates anteriores y declaró al locutor de radio Hugh Hewitt que aceptaría cualquier moderador.

Hace poco, Biden dijo que estaba feliz de debatir con Trump, aunque no se comprometió sobre el formato de tal debate, diciendo al presentador de radio Howard Stern: «Estoy feliz de debatir con él». En un video en redes sociales y en una carta posterior a la Comisión de Debates Presidenciales, la campaña de Biden expuso sus condiciones propuestas, incluidas posibles fechas de debate en junio y septiembre.

El video de Biden hablando directamente a una cámara publicado la mañana de este miércoles fue un desafío más directo.

«Donald Trump perdió dos debates contra mí en 2020. Desde entonces no se ha presentado a un debate. Ahora actúa como si quisiera debatir conmigo otra vez», dijo Biden en un video directo a la cámara publicado este miércoles.

«Bueno, alégrame el día, amigo, incluso lo haré dos veces. Así que elijamos las fechas, Donald: he oído que estás libre los miércoles», continuó Biden, en alusión al calendario judicial de Trump. En la carta, la campaña de Biden reconocía que el primer debate tendría lugar probablemente después de que concluyera el juicio penal de Trump por suplantación de identidad.

En un post en Truth Social este miércoles, Trump aceptó el calendario revisado: «Estoy listo y dispuesto a debatir con Crooked Joe en los dos momentos propuestos en junio y septiembre», añadiendo que «recomendaría encarecidamente» más de los dos debates propuestos. Un alto asesor de Trump dijo a CNN que están «dispuestos a debatir» con Biden, y que están revisando los términos, pero que están ansiosos por un enfrentamiento en el escenario.

Las conversaciones informales entre las campañas de Biden y Trump sobre los debates han tenido lugar en las últimas semanas y se centraron principalmente en el desdén mutuo por la Comisión de Debates Presidenciales y los posibles escenarios para trabajar en torno a la comisión, tres fuentes familiarizadas con las discusiones dijeron a CNN. The Washington Post fue el primero en informar sobre esas conversaciones.

Según un comunicado de prensa de CNN, el debate se celebrará en los estudios de la cadena en Atlanta, sin público, lo que constituye una anomalía en los debates entre candidatos presidenciales. Los primeros debates presidenciales televisados, entre John F. Kennedy y Richard Nixon en 1960, se celebraron en estudios de televisión sin público presente. Los debates no volvieron a celebrarse hasta las elecciones de 1976, y a partir de entonces tuvieron lugar ante público en directo, al que se ordenó no hacer ruido salvo al principio y al final del debate.

Los moderadores del debate y otros detalles adicionales se darán a conocer más adelante, según el anuncio.

El formato está en línea con una propuesta de la campaña de Biden a la comisión en su carta, que Trump rebatió en su mensaje de Truth Social, diciendo que preferiría, «por motivos de emoción, un lugar muy grande, aunque supuestamente Biden tiene miedo a las multitudes».

«Solo dime cuándo, allí estaré», dijo Trump. «¡¡¡Preparémonos para el Rumble!!!».

Renunciar a los tradicionales debates de otoño
La Comisión de Debates Presidenciales anunció las fechas de tres debates presidenciales el pasado noviembre. El primer debate estaba previsto para el 16 de septiembre en Texas, el segundo el 1 de octubre en Virginia y un tercero el 9 de octubre en Utah.

En la carta de este miércoles, la presidenta de la campaña de Biden, Jen O’Malley Dillon, dijo que la campaña propone un calendario alterado porque las fechas originales están «desfasadas con respecto a los cambios en la estructura de nuestras elecciones y los intereses de los votantes», señalando el calendario de votación anticipada, la forma en que la comisión ha construido los debates como un «espectáculo de entretenimiento» y que la comisión es «incapaz o no está dispuesta» a hacer cumplir las reglas en los debates de 2020.

La campaña también propuso que se celebrara un debate vicepresidencial a finales de julio, después de que el Partido Republicano designara a su candidato para ese puesto.

La decisión de la campaña de Biden de retirarse de los debates organizados por la comisión está en consonancia con una medida adoptada por el Comité Nacional Republicano hace unos dos años. El Comité Nacional Republicano votó por unanimidad retirarse de su participación en la Comisión no partidista sobre Debates Presidenciales, la organización que rige los debates presidenciales de las elecciones generales, alegando parcialidad. Esa retirada ocurrió después de que la entonces presidenta, Ronna McDaniel, presionara durante meses a la comisión para que cambiara diversas prácticas en favor de Trump.

La petición de adelantar el calendario de debates podría considerarse un indicio del deseo de la campaña de involucrar a los votantes en el proceso político lo antes posible. La campaña ha rechazado repetidamente las encuestas negativas afirmando que la mayoría de los estadounidenses no están en sintonía con el proceso electoral hasta mucho antes de las elecciones.

Convocar debates más tempranos también podría ayudar a eliminar a los candidatos de terceros partidos que causarían problemas tanto a Trump como a Biden. Para ser elegidos, los candidatos deben cumplir ciertos criterios relativos al acceso a las urnas, las encuestas y la elegibilidad constitucional. Es casi seguro que Trump y Biden cumplan los requisitos, pero no está claro si candidatos de terceros partidos como Cornel West o Robert F. Kennedy Jr. los cumplirán. La Comisión de Debates Presidenciales no determinará quién es elegible para participar en los debates hasta después del Día del Trabajo.

Un momento crítico de la campaña
Para millones de estadounidenses, los debates representarán el escrutinio más exhaustivo que podrán hacer de cualquiera de los candidatos desde los debates previos a las elecciones de 2020 de hace cuatro años.

La oportunidad de ver cómo se desenvuelven ambos candidatos será crítica para los votantes preocupados por las edades de Biden y Trump; Trump cumple 78 años el 14 de junio, más o menos cuando la campaña propone el primer debate, mientras que Biden cumple 82 en noviembre, después de las elecciones.

Los republicanos llevan meses presionando a Biden para que debata con Trump después de que el presidente ofreciera respuestas poco comprometidas sobre si se celebraría el cara a cara. Biden había condicionado previamente los debates con su predecesor, diciendo a los periodistas: «Depende de su comportamiento», pero declinando dar más detalles.

El equipo de Trump está ansioso por llevar al ex presidente al escenario del debate lo antes posible por varias razones, según dijo a CNN el mes pasado una fuente familiarizada con las conversaciones. La campaña de Trump pidió en abril a la Comisión de Debates Presidenciales que los debates de las elecciones generales de este año tuvieran lugar «mucho antes». La fuente citó que los debates estaban programados para celebrarse después de que comenzara la votación anticipada en algunas zonas, y quieren que Trump pueda llegar a los votantes antes de que tomen una decisión.