Miles Marchan Previo Cumbre Climática

Esta protesta se enfocó mucho más en los combustibles fósiles y la industria que marchas previas. El evento del domingo atrajo a una gran cantidad de personas, 15% de las cuales participaban por primera vez y fue abrumadoramente femenino

Gritando que el futuro y sus vidas dependen de abandonar los combustibles fósiles, decenas de miles de manifestantes iniciaron el domingo una semana en que los líderes mundiales intentarán una vez más frenar el cambio climático causado principalmente por la quema de carbón, petróleo y gas natural.
Pero los manifestantes advierten que no será suficiente. Y dirigieron su ira directamente al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a quien instaron a dejar de aprobar nuevos proyectos de explotación de petróleo y gas, eliminar gradualmente los ya existentes y declarar una emergencia climática con mayores poderes ejecutivos.

“Tenemos el poder del pueblo, el poder que necesita para ganar estas elecciones”, dijo Emma Buretta, de 17 años, de Brooklyn, integrante del grupo de protesta juvenil Fridays for Future. “Si quieren ganar en 2024, si no quieren que la sangre de mi generación esté en sus manos, acaben con los combustibles fósiles”.

En la Marcha para Acabar con los Combustibles Fósiles participaron políticos como la congresista Alexandria Ocasio-Cortez y los actores Susan Sarandon, Ethan Hawke, Edward Norton, Kyra Sedgewick y Kevin Bacon. Pero la verdadera acción en Broadway se vivió donde los manifestantes abarrotaron la calle, abogando por un futuro mejor pero no tan caliente. Fue la antesala de la Semana del Clima de Nueva York, en la que los líderes del mundo de los negocios, la política y las artes se reúnen para intentar salvar el planeta, y que será acentuada por la nueva cumbre especial de Naciones Unidas el miércoles.

Muchos de los dirigentes de los países que causan la mayor contaminación con carbono no asistirán. Y no hablarán en la cumbre organizada por el secretario general de la ONU, António Guterres, de forma que sólo se invita a hablar a los países que prometen nuevas medidas concretas.

Los organizadores calculan que 75.000 personas participaron en la marcha del domingo.

“Hay personas en todo el mundo en las calles, mostrándose, exigiendo que cese lo que nos está matando”, dijo Ocasio-Cortez ante una multitud que vitoreaba. “Tenemos que enviar un mensaje de que algunos de nosotros viviremos en este planeta dentro de 30, 40, 50 años. Y no aceptaremos un no como respuesta”.

Esta protesta se enfocó mucho más en los combustibles fósiles y la industria que marchas previas. El evento del domingo atrajo a una gran cantidad de personas, 15% de las cuales participaban por primera vez y fue abrumadoramente femenino, dijo la socióloga de la Universidad Americana Dana Fisher, que estudia movimientos medioambientales y observaba a los participantes de la marcha.

De las personas con las que habló Fisher, 86% habían experimentado recientemente calor extremo; 21%, inundaciones, y 18%, sequía severa, comentó. La mayoría reportó sentirse triste y enojada. La Tierra acaba de pasar por el verano más caluroso en registro.

Entre los participantes estaba Athena Wilson, de 8 años, de Boca Ratón, Florida. Ella y su madre, Maleah, tomaron un avión desde Florida para participar en la protesta del domingo.

“Porque nos importa nuestro planeta”, comentó Athena. “Realmente quiero que la Tierra se sienta mejor”.

Las personas en el sur del país, sobre todo en donde está la industria petrolera, y el Sur global, “no se han sentido escuchados”, manifestó Alexandria Gordon, de 23 años, originaria de Houston. “Es frustrante”.

Los organizadores de la protesta enfatizaron lo decepcionados que se sentían de que Biden, a quienes muchos de ellos apoyaron en 2020, haya presidido una mayor extracción de petróleo y combustibles fósiles.

“Presidente Biden, nuestra vida depende de las medidas que tome hoy”, dijo la activista medioambiental de Louisiana Sharon Lavigne. “Si no pone fin a los combustibles fósiles, nuestra sangre está en sus manos”.

Casi un tercio de las prospecciones de petróleo y gas previstas en el mundo de aquí a 2050 corresponden a intereses estadounidenses, según cálculos de activistas medioambientales. En los últimos 100 años, Estados Unidos ha emitido a la atmósfera más dióxido de carbono que ningún otro país, aunque China emite ahora más contaminación por carbono al año.

Marchan Cientos de Miles Mexicanas en Contra de la Violencia

Una marcha diferente a cualquier otra y en la que se hizo evidente el hartazgo. Un día que será difícil de olvidar y que, más importante, parece el preludio de muchos cambios necesarios.

Una marcha histórica, la más grande movilización de mujeres de la que se tiene registro, fueron algunas de las frases que se pudieron escuchar en las calles del centro capitalino y sus alrededores, cuando las mujeres autocalificaban lo que habían logrado en este singular Día de la Mujer u 8M.

También se pudo escuchar el estruendo de sus voces clamando por un mundo diferente, en el que puedan vivir seguras. Y el grito fue enorme también. Estruendo en el 8M histórico y también color, mucho color: Miles y miles de mujeres tomaron la ciudad las y tiñeron de morado todo a su paso.

Bajo la consigna de exigir equidad, impulsar la lucha por sus derechos y un freno a la violencia de género, las mujeres mexicanas decidieron demostrarle su fuerza.

En punto de las 2 de la tarde la movilización partió desde varios puntos. Del Monumento a la Revolución, del Monumento a la Madre y del Ángel de la Independencia con rumbo al Zócalo, sin embargo no había calles aledañas donde no se vieran mujeres con pancartas, banderas o incluso tambores que buscaban unirse a la manifestación. La enorme respuesta a la convocatoria hacía difícil alcanzar los puntos de reunión convenidos, así que muchos contingentes improvisaron.

Hubo un claro contraste entre las mujeres que se manifestaron de forma pacífica, en un ambiente casi familiar, y una treintena de provocadoras que realizaron pintas, rompieron vidrios y se enfrentaron con policías y también con integrantes de organizaciones civiles promujeres que les exigían respetar la condición pacífica de la marcha.

El repudio a ese reducidísimo grupo de alteradoras fue evidente desde el primer incidente. “No violencia, eso no es congruencia”.

Por su parte la Policía capitalina instaló cercos en forma por demás torpe, como para dificultar la entrada de las manifestantes al Zócalo pues se encontraban con un cuello de botella terrible, Las autoridades sorprendieron igualmente con la instalación de cercos en el Hemiciclo a Juárez, Bellas Artes y en algunos puntos específicos del primer cuadro. “Si no les vamos a tirar la ciudad”, gritaban las mujeres al ver esto.

Eran las 17:00 horas y grupos numerosos continuaban caminando sobre Avenida Juárez, a pesar de que el primer contingente había llegado a la plancha alrededor de las 15:00 horas. Colectivos de mujeres de “Juntas y Organizadas”, de las primeras en arribar al Zócalo reprocharon al Gobierno federal la inacción ante la violencia de género.

En un pronunciamiento leído por varias mujeres afirmaron que a pesar de que hay una sistemática violencia de género, el Gobierno está más preocupado en justificarse y en vender cachitos de lotería.

“El patriarcado ha enviado el mensaje de que muertas antes que libres. Hemos sentido el aguijón de la angustia. Cómo no tomar las calles, cómo no sentir la rabia que dejamos en los muros y monumentos”, leyeron.

Al inicio de la marcha, el gobierno de la ciudad emitió un cálculo de 30 mil participantes en la marcha, lo que se supo y generó molestia en los contingentes. “Pinche, gobierno, cuentanos bien…”, le espetaron al morenista gobierno de la capiral. Conforme el reloj fue avanzando, los cálculos oficiales pasaron a 50 mil para después estimar en más de 80 mil participantes.

La gran afluencia de mujeres no fue el único diferenciador de esta marcha. El agua en rojo vibrante brotaba en la mayoría de las fuentes de Reforma y en la Alameda Central, una clara referencia a la sangre de las miles de mujeres víctimas del feminicidio en nuestro país.

Otra representación notoria sin precedentes fue la pinta de las decenas de nombres de mujeres desaparecidas o asesinadas sobre la plancha del Zócalo.

Sobre las avenidas Reforma y Juárez en paredes, postes y ventanas podían verse pegados cientos de carteles de “se busca” con el rostro de presuntos feminicidas, acosadores y violadores que al día de hoy continúan libres.

En medio de la nutrida movilización, salió a relucir la creatividad de las mujeres, en su gran mayoría jóvenes quienes a un lado del Hemiciclo a Juárez rompieron una piñata que hacía alusión a un Ministerio Público. De la piñata cayeron al suelo pequeños filmes con la palabra “carpetazo”, la fotografía y un pequeño resumen de los casos que continúan sin resolverse.

Mientras tanto en varios puntos de la alameda central cruces color rosa fueron colocadas en jardineras y espacios.

El último contingente pasó al Zócalo hacia las 18:15 horas. Cuatro horas de movilización intensa.

Al caer el sol en la capital del país, el recuerdo de este 8 de Marzo del 2020 no solo quedó impregnado en las paredes, pisos, ventanas y mobiliario público de la CDMX sino en las mentes de y corazones de todas las mujeres que ayer decidieron tomar las calles de la metrópoli para gritar “¡Ni una más! ¡Ni una asesinada más!”. Histórica, inmensa, insistieron sobre su marcha y retembló en sus centros la tierra para dejar saber que las mujeres mexicanas despertaron y están más vivas que nunca.

Más de 15 Muertes en Marcha de Madres en Nicaragua

El presidente Daniel Ortega mostró su rostro más brutal la tarde del miércoles en Nicaragua, tras ordenar el ataque a una gigantesca manifestación encabezada por las madres de las víctimas de la represión de abril en este país. Numerosos testigos informaron que seguidores del Frente Sandinista, grupos parapoliciales y oficiales antidisturbios dispararon contra los manifestantes, que marchaban desarmados por la céntrica Carretera a Masaya de Managua. También se produjeron hechos de violencia en otras ciudades. En total, la represión dejó 15 muertos en el país, entre ellos un adolescente de 15 años, y 79 heridos, según el recuento del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).
La Conferencia Episcopal de Nicaragua condenó lo que llamó “hechos violentos perpetrados por grupos armados a fines al Gobierno” y aseguró que no se puede reanudar el Diálogo Nacional –del que la Iglesia es mediadora– “mientras al pueblo se le siga negando el derecho a manifestarse libremente y continúe siendo reprimido y asesinado”. Ortega pretendía que el diálogo, en el que se pretende hallar una salida a la crisis, se reanudara la próxima semana, después de un impasse tras la intransigencia del Gobierno de no querer discutir temas relacionados a reformas que garanticen la democratización del país, que pasan por un adelanto de elecciones. Ortega pretende otorgar algunas concesiones mientras se le permita mantenerse en el poder hasta 2021. La matanza del miércoles complica cada vez más los planes del mandatario.

Escenas de pánico se vivieron a partir de las 17.00, hora local, cuando los manifestantes caminaban hacia la Universidad Centroamericana (UCA), donde la manifestación terminaría con un evento cultural. A esa hora comenzaron a estallar disparos desde el Estado Nacional localizado a unos metros de distancia. Los testigos informaron que varias personas comenzaron a caer heridas sobre el pavimento. Grupos de paramédicos y ambulancias se movilizaron hacia la zona, aunque algunos heridos tuvieron que ser trasladados en motocicletas a varios hospitales de la capital. Las autoridades de la UCA abrieron el campus para que la gente pudiera refugiarse en su interior. También hubo ataques al canal 100% Noticias, que en abril fue censurado por Ortega, y a la Radio Ya, afín al Gobierno.

La violencia se desató minutos después de que el presidente, Daniel Ortega, diera un discurso en una marcha que había sido convocada por el Gobierno en otro punto de la ciudad, con la que el mandatario pretendía demostrar la estabilidad del Ejecutivo. Ortega reaccionó a las críticas hechas por la cúpula empresarial, que exigió la noche del martes un cambio de Gobierno y el cese de la represión. “Nicaragua no es propiedad privada de nadie”, dijo Ortega. “Nicaragua nos pertenece a todos y aquí nos quedamos todos”, afirmó el mandatario, en clara referencia a la exigencia de que deje el poder. De esta manera, Ortega –asediado desde hace 43 días por una insurrección popular que exige el fin del régimen– se enrosca en la violencia para mantenerse en la Presidencia.

La manifestación de las madres había comenzado a las 14.00 (hora local) en la céntrica rotonda Jean Paul Genie de la capital. Allí se vivía un ambiente de fiesta, a pesar del dolor. El cantautor Carlos Mejía Godoy inauguró el evento con su célebre “Ay, Nicaragua, Nicaragüita”, que la gente coreó como si se tratara del himno de este país. Las madres de las víctimas de la represión portaban las imágenes de sus hijos asesinados en los días más cruentos de la violencia, en abril, cuando comenzaron las manifestaciones contra una reforma a la Seguridad Social impuesta por Ortega.

Portando además cruces, listones negros y ramos de flores, estas mujeres comenzaron a marchar exigiendo justicia para sus hijos y la salida de Ortega. “Nos duele estar aquí, con todas estas madres compartiendo este dolor. No es justo lo que hizo Ortega a estos muchachos, principalmente a mi hijo”, dijo a EL PAÍS Jessica Rivas, madre de uno de los jóvenes asesinados, Jesner, de apenas 16 años. “Después de todo esto que hizo exigimos que se vaya de Nicaragua, que aquí no lo queremos. Si aquí hubiera pena de muerte eso pidiéramos para él. Lo que queremos ahora es ayuda internacional para encontrar justicia, porque aquí en Nicaragua no se respetan las leyes”, dijo Rivas.

La manifestación ocupó 3,9 kilómetros de la céntrica Carretera a Masaya, punto neurálgico de la economía de la capital. Centenares de miles marcharon de forma pacífica, decían consignas contra el Gobierno y en apoyo a los estudiantes, que son los principales protagonistas de esta rebelión ciudadana, que acumula ya más de 80 muertos. Entre ellos estaba el escritor y exvicepresidente Sergio Ramírez, para quien la manifestación era “una demostración de fe en el futuro”. Ramírez afirmó a este diario que “en Nicaragua, a pesar de la tragedia que hemos vivido y los crímenes masivos que se han cometido, el pueblo tiene fe en que la paz vendrá y la única manera de que venga la paz es la democracia”.

Una hora después, sin embargo, la manifestación era reventada con violencia. Ya lo había advertido el escritor mientras marchaba: “Ortega tiene que convencerse de que cualquiera que sean los mecanismo que se acuerden, esta solución (su salida) tiene que darse a corto plazo, si no el conflicto va a seguir, el riesgo de enfrentamientos, de más muertes. Hay que hacer un llamado a su propia conciencia de que tiene que apartarse él y su esposa para que el país pueda encontrar un cauce democrático”. El mandatario, sin embargo, se aferra a la violencia. Al atacar una manifestación que lloraba a decenas de muertos, que son vistos ya como héroes en Nicaragua, Ortega mostró el miércoles su rostro más brutal.