Suecia Reduce su Realeza

El rey de Suecia redujo el número de miembros de la familia real que seguirán recibiendo fondos de los contribuyentes, al despojar a cinco de sus nietos de su condición de alteza real, según un comunicado oficial.

Los niños mantendrán sus títulos de príncipe / princesa y duque / duquesa, pero no se espera que realicen deberes reales, dijo Fredrik Wersäll, mariscal del reino, en un comunicado difundido el lunes en el sitio web de la Corte Real de Suecia.

Los únicos dos nietos del rey Carlos Gustavo que no fueron afectados por la medida son los hijos de la princesa heredera de Suecia, Victoria: la princesa Estela y su hermano menor, el príncipe Oscar.

Los padres de los cinco, el príncipe Carlos Felipe y su esposa, la princesa Sofía, padre y madre de Leonora, Nicolás y Adriana; y la princesa Madeleine y su esposo, Christopher O’Neill, quienes son los padres de Alejandro y Gabriel, dieron la bienvenida al cambio en las redes sociales.

En una publicación de Instagram el lunes, la princesa Madeleine, la más joven de los tres hijos del rey Gustavo, dijo que el cambio había sido “planeado durante mucho tiempo” y agregó que esto les da a sus hijos una “mayor oportunidad para dar forma a sus propias vidas como individuos privados”.

Su hermano, el príncipe Carlos Felipe, también agradeció la noticia en Instagram y dijo que esto les daría a sus hijos, el príncipe Alejandro y el príncipe Gabriel, “opciones más libres en la vida”.

El rey Carlos Gustavo y su esposa, la reina Silvia, tienen tres hijos: la princesa heredera Victoria, el príncipe Carlos Felipe y la princesa Madeleine.

En 1980, la monarquía sueca se convirtió en la primera en cambiar sus reglas de sucesión para que el primogénito del monarca sea el heredero del trono, independientemente del género.

Regresa Tiger Woods a las Victorias

El estadounidense Tiger Woods, antiguo número uno mundial y ganador de 14 grandes, volvió a ganar un torneo más de cinco años después al imponerse este domingo en el Tour Championship, cuarto y último torneo de los playoff de la FedEx Cup del PGA Tour de golf, disputado en el club East Lake de Atlanta (Georgia, Estados Unidos).

Han transcurrido cinco años, un mes y dos días desde que el 4 de agosto de 2013 Tiger Woods levantara su último trofeo. Fue en el WGC-Bridgestone Invitational, en el TPC Southwind de Memphis (Tennessee), y con siete golpes de margen sobre su compatriota Keegan Bradley y el sueco Henrik Stenson.

El jugador californiano, de 42 años, ha dejado por fin atrás sus innumerables problemas físicos (en abril de 2017 fue operado de la espalda por cuarta vez en tres años) y personales, para volver a ganar. Woods pone así fin a 1.877 días y 49 torneos de espera.

Con ésta son ya 107 las victorias profesionales (80 en el PGA Tour) de uno de los mejores jugadores de la historia y que estuvo 683 semanas sentado en el trono de número uno del mundo, 281 de ellas de forma consecutiva.

El golfista de Cypress empezó el año 2018 como número 656 del mundo y paso a paso ha ido trepando hasta el 21 que ocupaba al comenzar el torneo de Atlanta, que ha ganado por tercera vez en su carrera.

Tiger Woods afrontó este domingo la cuarta y última ronda como líder y con tres goles de ventaja sobre el número uno mundial, el inglés Justin Rose, y el norirlandés Rory McIlroy, quinto del ránking y con el que compartió el último partido.

Comenzó la última ronda con birdie al 1 para aumentar su ventaja a cuatro impactos. E incrementó el colchón a cinco después de que Rose y McIlroy hicieran bogey en el hoyo 5.

El norirlandés fue el primero en descolgarse de la lucha al hacer un doble bogey en el 7 que lo alejó a siete impactos de Tiger Woods.

Justin Rose recortó distancias en el 8, pero enseguida volvió a situarse a cinco tras hacer bogey en el par 3 del hoyo 9, pese a que a Woods se le resistían los birdies.

Un bogey en el 10 redujo de nuevo el colchón de Tiger Woods a cuatro golpes, pero volvió a estirarla a cinco tras un bogey en el 11 de Rose, al que se unió de repente en la tabla el estadounidense Billy Horschel, que poco después pasó a ser en solitario el primer perseguidor del líder.

El segundo birdie del día de Woods llegó en el hoyo 13 y le sirvió para situarse de nuevo con -12 y volver a abrir un hueco de cinco golpes, ahora sobre Horschel, y de seis respecto al ex número uno mundial Dustin Johnson. Justin Rose bajó a siete y empezó a temer por sus objetivos: la FedEx Cup y el número uno mundial.

Sendos bogeys en el 15 y en el 16, unidos a un birdie de Horschel en el 18, dejaron de repente la ventaja de Tiger Woods en sólo dos golpes y aún con dos hoyos por delante para el californiano.

Tras hacer el par en el 17, Woods llegó al ultimo hoyo con dos de margen. Y en el capítulo final le bastó hacer el par para firmar la ansiada y esperada victoria. Y a cinco días del inicio de la Ryder Cup.

Tiger Woods terminó el torneo con 269 golpes totales (11 bajo par), dos menos que Billy Horschel y cuatro de margen sobre Dustin Johnson.

Justin Rose, que estuvo contra las cuerdas, se hizo finalmente con la FedEx Cup y mantuvo la condición de número uno mundial. El inglés terminó el torneo con 6 bajo tras una última ronda de 73 (+3). Un birdie en el 18 así se lo permitió.

El español Jon Rahm se despidió del torneo con su peor vuelta de los cuatro días, un 72 (+2) con tres birdies por tres bogeys y un doble bogey que le hizo terminar con 4 abajo en el total.

– Clasificación final:

.1. Tiger Woods (USA) 269 (65+68+65+71) (-11)

.2. Billy Horschel (USA) 271 (71+65+69+66)

.3. Dustin Johnson (USA) 283 (69+70+67+67)

Victoria de los Franceses es una Victoria Para los Migrantes

La electrizante victoria de Francia sobre Croacia por 4-2 en la final del Mundial representa una victoria para África y los inmigrantes en todas partes.

El éxito del equipo es especialmente llamativo por el sentimiento antiinmigrante, especialmente contra los inmigrantes de origen africano, que ha caracterizado a la sociedad francesa en las últimas dos décadas.

En 2005, la tensión racial y urbana azotó los suburbios de París a raíz de la muerte de dos adolescentes que murieron electrocutados cuando se escondían de la policía en una subestación eléctrica. Y, justo el mes pasado, hubo disturbios en la ciudad de Nantes, a dos horas de París, después de que un joven inmigrante guineano muriera a tiros tras ser detenido por la Policía.

Los enfrentamientos por la brutalidad policial, la justicia racial y las oportunidades económicas influyen en el debate público en Europa y Estados Unidos sobre quién merece el derecho a ser ciudadano. Los inmigrantes con raíces africanas pueblan los diferentes estratos de la sociedad francesa, sobre todo en las áreas que requieren dura mano de obra, a veces mal remunerada y peligrosa. Muchos de estos inmigrantes, y ciudadanos, están conectados con Francia y el pasado colonial de la gran Unión Europea.

El equipo francés que ganó el Mundial cuenta con al menos 15 jugadores de orígenes africanos, incluida la estrella de 19 años Kylian Mbappe, de madre argelina y padre camerunés. La composición panafricana del equipo contribuye en gran medida a ayudar al mundo, incluidos los aficionados al fútbol europeo que han coreado gritos racistas contra jugadores negros, a redibujar el deporte más popular del planeta y lo que significa ser ciudadano.

El debate sobre la inmigración en Francia, que en ocasiones llega a ser tóxico, fue un anticipo del debate global contemporáneo de Estados Unidos sobre la inmigración, que convierte a las poblaciones más vulnerables en ladrones, violadores y asesinos. La decisión de Inglaterra de abandonar la Unión Europea, lo que se conoce popularmente como «Brexit», se produjo tras una campaña xenófoba que responsabilizó a la inmigración de la muerte de la identidad británica racialmente pura.

El orgullo de Estados Unidos por sus raíces de inmigrantes y su historia como el mayor crisol del mundo dio un giró drástico durante las elecciones presidenciales de 2016. Las críticas cada vez más mordaces de Donald Trump hacia los inmigrantes se conviritieron en el sello distintivo de sus elecciones presidenciales, una victoria que supuso un revés decisivo para quienes argumentaban que la diversidad racial, étnica y religiosa fortalecía, en lugar de dañar o perturbar, a las democracias.

La diversidad racial y étnica del equipo francés en el Mundial da otra lección más optimista sobre inmigración, globalización y ciudadanía. Mientras se los aclama como héroes en Francia, los afrodescendientes siguen siendo discriminados por el color de su piel. Un gran número de inmigrantes africanos, incluidos los que huyen de las zonas de guerra, se enfrentan a la dificultad de lograr entrar a Francia junto a sus familias.

El cálido abrazo de los íconos deportivos africanos por parte de los franceses debería extenderse a los inmigrantes de toda la diáspora africana y caribeña que buscan refugio contra los desastres naturales y provocados por el hombre en su país de origen.

Y podemos mirar el apoyo francés de Mbappe y sus compañeros de equipo como guía. Desde el suburbio parisino de Mbappe, Bondy y en muchos otros, los ciudadanos franceses, jóvenes y viejos, han colgado con orgullo carteles de fútbol francés, se han puesto camisetas de Mbappe y gritado palabras de aliento para los jugadores del equipo.

En resumen, los campeones del Mundial nos recuerdan a todos que en una era de globalización, la diversidad racial y étnica representa una fortaleza a todos los niveles de la sociedad, que construyen puentes culturales y políticos dentro y entre países, naciones-estado y vecindarios.

Para millones de fanáticos del fútbol de todo el mundo, África, en efecto, ¡acaba de ganar la Copa del Mundo! Esto es más que solo una ilusión. La composición del equipo francés representa una poderosa respuesta contra la construcción de muros y centros de detención, para detener y deshumanizar a las poblaciones inmigrantes.

El debate global sobre la inmigración es el tema de los derechos humanos de nuestro tiempo. ¿Cómo vamos a tratar a las mujeres, hombres, niños y familias que arriesgan sus vidas en busca de oportunidades para prosperar en la sociedad occidental?

La larga historia de conquista de Occidente hace que este sea un tema particularmente delicado ya que muchos inmigrantes de África y otras partes del mundo en desarrollo buscan regresar a una nación que innovó su explotación ancestral durante la esclavitud y sus brutales secuelas.

Ya no podemos darnos el lujo de fingir que los inmigrantes que entran a una nación en la tierra no son ciudadanos que buscan la oportunidad de prosperar y convertirse en ciudadanos de una nueva comunidad mundial. El equipo de Francia de la Copa Mundial demuestra a todos cómo la inmigración, en el mejor de los casos, tiene la llave de un futuro más humano y liberado para todos nosotros.

Tomada de CNN, Autor: Peniel Joseph