Premio Nobel de Economía Para una Estadounidense

El premio Nobel de Economía 2023 fue otorgado a la estadounidense Claudia Goldin

La catedrática de Harvard es la tercera mujer en recibir el galardón, tras la estadounidense Elinor Ostrom (2009) y la francesa Esther Duflo (2019)

El Premio Nobel de Economía fue otorgado el lunes a la economista estadounidense Claudia Goldin por ayudar a comprender el papel de la mujer en el mercado laboral.

El premio Nobel de Literatura 2023 fue otorgado al autor noruego Jon Fosse

La catedrática de Harvard fue premiada “por haber contribuido a mejorar nuestra comprensión de los resultados de las mujeres en el mercado laboral”, según el jurado de la Real Academia de las Ciencias Sueca.

Goldin es la tercera mujer en recibir el galardón, tras la estadounidense Elinor Ostrom (2009) y la francesa Esther Duflo (2019).

“Comprender el papel de la mujer en el mercado laboral es importante para la sociedad. Gracias a la investigación pionera de Claudia Goldin, ahora sabemos mucho más sobre los factores subyacentes y qué barreras puede ser necesario abordar en el futuro”, dijo Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas.

La investigación de Goldin abarca una amplia gama de temas, como la población activa femenina, la brecha de género en los ingresos, la desigualdad de ingresos, el cambio tecnológico, la educación y la inmigración. Su libro “Career & Family: Women’s Century-Long Journey toward Equity” (Carrera y familia: El centenario viaje de las mujeres hacia la igualdad) se publicó el 5 de octubre de 2021.

La investigadora, de 77 años, se mostró “sorprendida y muy, muy contenta” al saber que había sido premiada, dijo Hans Ellegren, secretario general de la Real Academia Sueca de las Ciencias.

Según la Real Academia de las Ciencias Sueca, Claudia Goldin demostró que la participación femenina en el mercado laboral no tuvo una tendencia ascendente a lo largo de un periodo de 200 años, sino que forma una curva en forma de U.

“La participación de las mujeres casadas disminuyó con la transición de una sociedad agraria a una industrial a principios del siglo XIX, pero luego empezó a aumentar con el crecimiento del sector servicios a principios del siglo XX. Goldin explica este patrón como el resultado del cambio estructural y la evolución de las normas sociales relativas a las responsabilidades de la mujer en el hogar y la familia”, dijo el comité en un comunicado.

“Durante el siglo XX, los niveles de educación de las mujeres aumentaron continuamente, y en la mayoría de los países de renta alta son ahora sustancialmente superiores a los de los hombres”, agregó. “Claudia Goldin demostró que el acceso a la píldora anticonceptiva desempeñó un papel importante en la aceleración de este cambio revolucionario al ofrecer nuevas oportunidades de planificación profesional”.

Goldin llevó adelante sus investigaciones como codirectora del Grupo de Estudio sobre Género en la Economía del Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos (NBER) y directora del programa Desarrollo de la Economía Estadounidense del NBER de 1989 a 2017.

También fue presidenta de la American Economic Association en el curso 2013-14. En 1990, Goldin se convirtió en la primera mujer titular en el departamento de Economía de Harvard.

El premio de economía fue creado en 1968 por el Banco Central de Suecia y se conoce formalmente como Premio Banco de Suecia de Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel.

Los ganadores del año pasado fueron Ben Bernanke, ex Presidente de la Reserva Federal, Douglas W. Diamond y Philip Dybvig, por sus investigaciones sobre las quiebras bancarias, que contribuyeron a dar forma a la agresiva respuesta estadounidense a la crisis financiera de 2007-2008.

Sólo dos de los 92 galardonados anteriores han sido mujeres.

El premio sigue a los de medicina, física, química, literatura y paz, anunciados la semana pasada.

Hace una semana, la húngaro-estadounidense Katalin Karikó y la estadounidense Drew Weissman ganaron el Nobel de Medicina. El premio de Física recayó el martes en la física franco-sueca Anne L’Huillier, el científico francés Pierre Agostini y el húngaro Ferenc Krausz.

Los científicos estadounidenses Moungi Bawendi, Louis Brus y Alexei Ekimov ganaron el miércoles el premio de Química. Les siguió el escritor noruego Jon Fosse, galardonado con el premio de literatura. Y el viernes, la activista iraní encarcelada Narges Mohammadi ganó el premio de la paz.

Los premios se entregan en diciembre en Oslo y Estocolmo. Están dotados con 11 millones de coronas suecas (alrededor de un millón de dólares). Los ganadores también reciben una medalla de oro de 18 quilates y un diploma.

Entregan Nobel a Descubridores de los Puntos Cuánticos

Según trascendió este miércoles, la Real Academia Sueca de las Ciencias concedió el Premio Nobel de Química 2023 a Moungi Bawendi, Louis Brus y Alexei Ekimov por el descubrimiento y síntesis de los puntos cuánticos, partículas tan pequeñas que su tamaño determina sus propiedades.

Se trata de los componentes más pequeños de la nanotecnología, que han revolucionado las televisiones a color y las lámparas LED, pero que también tienen aplicaciones en la medicina y en otros campos.

“Es todo un honor”, dijo Bawendi a la Academia en una conversación telefónica poco después de que se anunciaran los nombres.

Los puntos cuánticos son extremadamente diminutos, de apenas unas pocas millonésimas de milímetro.

Su tamaño determina el color de la luz que emiten cuando son estimulados con electricidad. Los más pequeños son azules, y los más grandes amarillos y rojos.

“Durante mucho tiempo nadie creyó que se pudieran crear partículas tan pequeñas”, pero los ganadores de este año han conseguido justo eso, señaló la Academia al anunciar el premio.

Los tres científicos galardonados trabajan en Estados Unidos.

El físico ruso Alexei I. Ekimov, de Nanocrystals Technology Inc., fue el primero en descubrir los puntos cuánticos en los años 80, en cristales.

Hasta entonces, los físicos a sabían que, en teoría, las nanopartículas podían tener efectos cuánticos dependientes del tamaño, pero resultaba casi imposible esculpir esas partículas tan pequeñas, por lo que pocos pensaban que este conocimiento podría tener consecuencias prácticas, asegura la Academia sueca en un comunicado.

Años más tarde, el químico estadounidense Louis E. Brus, de la Universidad de Columbia, logró probar que los efectos cuánticos de las partículas que flotaban libremente en un líquido dependían de su tamaño.

En 1993, el químico francés Moungi Bawendi, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), revolucionó la producción química de puntos cuánticos, creando partículas casi perfectas.

“Los investigadores creen que en el futuro podrían contribuir a la electrónica flexible, (a crear) sensores diminutos, células solares más delgadas y a la comunicación cuántica cifrada, por lo que acabamos de empezar a explorar el potencial de estas partículas diminutas”, señaló la Real Academia Sueca.

“Los puntos cuánticos aportan de esta manera un gran beneficio a la humanidad”, añadió la institución que entrega el Nobel.

Ya hoy, los puntos cuánticos tienen multitud de aplicaciones prácticas.

“Se pueden emplear en la preparación de paneles solares, en sistemas de iluminación de pantallas y televisión basadas en tecnología QLED y, por supuesto, en biomedicina, ya que permiten la obtención de imágenes a nivel intracelular que pueden ser muy útiles en el diagnóstico y en el tratamiento de enfermedades como el cáncer”, afirma María José Ruedas Llama, catedrática del departamento de Físicoquímica en la facultad de Farmacia, de la Universidad de Granada.

A los puntos cuánticos, uno de los sistemas más importantes de la nanociencia, también se les ha llamado “átomos artificiales”, ya que están construidos en el laboratorio, y “son capaces de confinar los electrones en regiones de tamaño minúsculo, miles de veces más pequeñas que el grosor de un cabello humano”, apunta David Sánchez, investigador del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC-CSIC-UIB).

“En la naturaleza, los electrones están confinados dentro de los átomos, pero su manipulación es difícil y costosa. Gracias a los puntos cuánticos, se pueden atrapar los electrones para que su estudio sea mucho más sencillo”, añade el investigador del IFISC.

El premio, además, “refuerza la idea de que no hay aplicaciones tecnológicas sin investigación fundamental”, dice Emilio Palomares, director del Instituto Catalán de Investigación Química (ICiQ).

El galardón está dotado de 11 millones de coronas suecas (algo menos de US$1 millón), que será repartido entre los tres premiados.

Sus nombres fueron anunciados por error en un comunicado de prensa de la Real Academia de Ciencias sueca horas antes del anuncio oficial, generando una gran confusión.

“Es muy desafortunado. Lamentamos profundamente lo sucedido”, aseguró el secretario general de la academia, quien aseguró que estaban tratando de entender qué había pasado.

Sin embargo, insistió en que la decisión final no se tomó hasta que la Academia se reunió justo antes del anuncio oficial.

Nobel de Física Dividido en Tres por Estudio de Electrones

La Real Academia de Ciencias de Suecia distinguió al francés Pierre Agostini, el austro-húngaro Ferenc Krausz y la sueco-francesa Anne L’Huillier “por los métodos experimentales que generen pulsos de luz de attosegundos para el estudio de la dinámica de los electrones en la materia”

El Premio Nobel de Física 2023 fue otorgado este martes al francés Pierre Agostini, el austro-húngaro Ferenc Krausz y la sueco-francesa Anne L’Huillier “por los métodos experimentales que generan pulsos de luz de attosegundos para el estudio de la dinámica de los electrones en la materia”.

“Los galardonados han sido reconocidos por sus experimentos, que han proporcionado a la humanidad nuevas herramientas para explorar el mundo de los electrones en el interior de átomos y moléculas”, explicó la Academia de Ciencias sueca.

Según el Comité, Agostini, Krausz y L’Huillier “han demostrado una forma de crear pulsos de luz extremadamente cortos que pueden utilizarse para medir los rápidos procesos en los que los electrones se mueven o cambian de energía”. Además, señalaron que las contribuciones de los galardonados “han permitido investigar procesos tan rápidos que antes eran imposibles de seguir”.

Los trabajos de L’Huillier se remontan a 1987, cuando descubrió que surgían muchos sobretonos de luz diferentes cuando transmitía luz láser infrarroja a través de un gas noble. “Cada sobretono es una onda luminosa con un número determinado de ciclos por cada ciclo de la luz láser. Se deben a la interacción de la luz láser con los átomos del gas, que proporciona a algunos electrones una energía extra que se emite en forma de luz. Anne L’Huillier ha seguido explorando este fenómeno, sentando las bases para posteriores avances”, explicó la Academia.

Por su parte, en 2001, Agostini consiguió producir e investigar una serie de pulsos de luz consecutivos, en los que cada pulso duraba sólo 250 attosegundos. En simultáneo, Krausz trabajaba con otro tipo de experimento, uno que permitía aislar un único pulso de luz que duraba 650 attosegundos.

En las 116 ediciones del Nobel en las que se ha otorgado el premio de Física, que estuvo desierto en seis ocasiones, habían sido distinguidas 221 personas, una de ellas, el estadounidense John Bardeen, galardonado dos veces (1956 y 1972).

L’Huillier fue una de las galardonadas el año pasado con el prestigioso Premio Wolf, cuyos galardonados a veces ganan el Nobel.

Solo cuatro mujeres habían obtenido este premio, la última, la estadounidense Andrea Ghez en 2020, por sus hallazgos sobre los agujeros negros.

Estados Unidos mantiene, al igual que en el resto de Nobel científicos, un predominio claro, con más del 40 % de ganadores, un porcentaje que aumenta aún más si se contabiliza a científicos de otras nacionalidades que trabajan en universidades de ese país.

El Nobel de Física, y el resto de galardones, están dotados este año con 11 millones de coronas suecas (997.000 dólares).

El premio es el segundo Nobel de la temporada, después de que el lunes el de Medicina recayera en los investigadores del ARNm Katalin Kariko y Drew Weissman por su innovadora tecnología que allanó el camino a las vacunas de ARN mensajero (ARNm), ampliamente usadas contra el COVID.

El miércoles la temporada continúa con el Nobel de Química. David Pendlebury, dirigente del instituto Clarivate, empresa especializada en investigación científica, estima que la secuenciación de nueva generación del ADN puede llevarse los honores.

Entre los nombres que despuntan para el Nobel de Literatura del jueves aparecen la escritora rusa disidente, Liudmila Ulítskaya, el escritor vanguardista chino Can Xue o el célebre y amenazado escritor británico Salman Rushdie.

La sombra de la guerra en Ucrania y de las divisiones en la comunidad internacional se ciernen sobre el Nobel de la Paz, que debe ser anunciado el viernes en Oslo. Algunos abogan por recompensar a las mujeres iraníes que manifiestan contra el uso obligatorio del velo después de la muerte de la joven Mahsa Amini en septiembre de 2022. Otros proponen reconocer a quienes investigan los crímenes de guerra cometidos en Ucrania.

El premio Nobel de Economía -como se conoce popularmente al Premio de Ciencias Económicas del Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel, creado en en 1969 por iniciativa del banco central sueco- cerrará la temporada de anuncios el 9 de octubre.

Todos los premios siguen un proceso de selección parecido: científicos, académicos o profesores universitarios nominan a sus candidatos y los distintos comités Nobel establecen varias cribas hasta elegir al ganador o ganadores, hasta tres por categoría.

Los Nobel se entregan en una doble ceremonia el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su creador: en Oslo, para el de la Paz; y en Estocolmo, para el resto de galardones.

Premio Nobel de la Medicina a los Creeadores de Vacuna COVID

El premio concedido a Katalin Karikó y Drew Weissman reconoce un trabajo que condujo al desarrollo de vacunas que se administraron a miles de millones de personas en todo el mundo.

Katalin Karikó y Drew Weissman, que juntos identificaron una modificación química del ARN mensajero (ARNm), fueron galardonados el lunes con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina. Su trabajo permitió desarrollar vacunas potentes contra el virus que causa la covid en menos de un año, lo que evitó decenas de millones de muertes y ayudó al mundo a recuperarse de la peor pandemia en un siglo.

El enfoque del ARNm que desarrollaron los dos investigadores se ha utilizado en las inyecciones de covid que desde entonces se han administrado miles de millones de veces en todo el planeta y ha transformado la tecnología de las vacunas, al sentar las bases para inoculaciones que algún día podrían proteger contra una serie de enfermedades mortales, como el cáncer.

La lenta y metódica investigación que hizo posibles las inyecciones contra la covid se ha encontrado ahora con un poderoso movimiento antivacunas, especialmente en Estados Unidos. En parte, los escépticos han aprovechado el rápido desarrollo de las vacunas —una de las hazañas más impresionantes de la ciencia médica moderna— para debilitar la confianza del público en ellas.

Pero los avances de las vacunas se han desarrollado poco a poco durante décadas, incluso en la Universidad de Pensilvania, donde Weissman dirige un laboratorio.

Weissman dijo que se enteró del premio a las 4 a. m., cuando Karikó le envió un mensaje de texto preguntándole si ya tenía noticias de Thomas. “No. ¿Quién es Thomas?”, respondió. Karikó le dijo que Thomas Perlmann era del comité del Nobel. Buscaba el número de teléfono de Weissman.

Karikó, la decimotercera mujer en ganar el premio, languideció durante muchos largos años sin financiamiento ni un puesto académico permanente, manteniendo su investigación a flote solo aferrándose a científicos más veteranos de la Universidad de Pensilvania que la dejaban trabajar con ellos. Hace una década se vio obligada a jubilarse de la universidad, donde sigue siendo profesora adjunta mientras planea crear una empresa con su hija, Susan Francia, quien tiene una maestría en Administración de Empresas y ganó dos veces la medalla de oro olímpica de remo.

El trabajo sobre el ARNm fue especialmente frustrante, dijo, porque se encontró con indiferencia y falta de fondos. A medida que avanzaba el trabajo, veía pequeños indicios de que su proyecto podría conducir a mejores vacunas. “Uno no persevera e insiste e insiste solo para decir: ‘No me rindo’”, dijo.

Ella y Weissman se conocieron frente a una fotocopiadora en la Universidad de Pensilvania en 1998.

Karikó, hija de un carnicero que había llegado a Estados Unidos desde Hungría dos décadas antes cuando su programa de investigación en ese país se quedó sin recursos, estaba preocupada por el ARNm, que proporciona instrucciones a las células para fabricar proteínas. Desafiando la ortodoxia de décadas según la cual el ARNm era clínicamente inutilizable, ella creía que podría impulsar innovaciones médicas.

Por aquel entonces, Weissman buscaba desesperadamente nuevos enfoques para una vacuna contra el VIH, contra el que había resultado imposible defenderse desde hacía mucho tiempo. Como médico y virólogo que había intentado y fracasado durante años desarrollar un tratamiento para el sida, se preguntó si él y Karikó podrían asociarse para hacer una vacuna contra el VIH.

Era una idea marginal que, cuando empezaron a investigar, parecía poco probable que funcionara. El ARNm era delicado, tanto que cuando se introducía en las células, estas lo destruían al instante. Los revisores de las subvenciones no quedaron impresionados. El laboratorio de Weissman recurrió al capital inicial que la universidad concede a los nuevos profesores para empezar.

“Vimos el potencial y no estábamos dispuestos a rendirnos”, dijo Weissman.

Durante años, Weissman y Karikó estuvieron desconcertados. Los ratones a los que se les inyectaba ARNm se volvían letárgicos. Incontables experimentos fracasaron. Iban de un callejón sin salida a otro. Su problema era que el sistema inmunitario interpreta el ARNm como un patógeno invasor y lo ataca, enfermando a los animales al tiempo que destruye el ARNm.

Pero, finalmente, los científicos descubrieron que las células protegen su propio ARNm con una modificación química específica. Así que intentaron hacer el mismo cambio en el ARNm sintetizado en el laboratorio antes de inyectarlo en las células. Y funcionó: el ARNm fue absorbido por las células sin provocar una respuesta inmunitaria.

El descubrimiento “cambió radicalmente nuestra comprensión de cómo el ARNm interactúa con nuestro sistema inmunitario”, declaró el jurado que concedió el premio. Y añadió que el trabajo “contribuyó al ritmo sin precedentes de desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas para la salud humana de los tiempos modernos”.

Al principio, otros científicos se mostraron poco interesados en adoptar ese nuevo enfoque de la vacunación. Su trabajo, publicado en 2005, fue rechazado por las revistas Nature y Science, explicó Weissman. Al final, el estudio fue aceptado por una publicación especializada llamada Immunity.

Pero dos empresas biotecnológicas no tardaron en darse cuenta: Moderna, en Estados Unidos, y BioNTech, en Alemania, donde Karikó acabó convirtiéndose en vicepresidenta sénior. Las empresas estudiaron el uso de vacunas de ARNm para la gripe, el citomegalovirus y otras enfermedades. Ninguna salió de los ensayos clínicos durante años.

Entonces apareció el coronavirus.

Casi al instante, el trabajo de Karikó y Weissman se acopló a varias líneas de investigación distintas que hizo que los fabricantes de vacunas estuvieran en una posición avanzada en el desarrollo de las vacunas. Se trataba de investigaciones realizadas en Canadá que permitían transportar moléculas frágiles de ARNm de forma segura a las células humanas, y estudios realizados en Estados Unidos que señalaban el camino hacia la estabilización de la proteína espiga que el coronavirus utilizaba para invadir las células.

A finales de 2020, a menos de un año de una pandemia que derivaría en la muerte de al menos a siete millones de personas en el mundo, los organismos reguladores habían autorizado vacunas sorprendentemente eficaces fabricadas por Moderna y por BioNTech, que se asoció con Pfizer para producir su vacuna. Ambas empleaban la modificación descubierta por Karikó y Weissman.

En Estados Unidos se han administrado unos 400 millones de dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech y 250 millones de dosis de la vacuna de Moderna. En todo el mundo se han administrado cientos de millones más. El uso de ARNm ha permitido actualizar ambas vacunas contra nuevas variantes.

En una entrevista publicada el lunes por la Universidad de Pensilvania, Karikó habló de sus muchos años de aferrarse a los márgenes del mundo académico. En la entrevista, Karikó contó que cada octubre, su madre solía decirle: “Voy a escuchar la radio, que a lo mejor te dan el Nobel”. Karikó dijo que ella contestaba: “Mamá, ¿sabes?, no me dan siquiera una beca”.

Karikó es la decimotercera mujer galardonada con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina desde 1901, y la primera desde 2015. Las mujeres representan una pequeña fracción del total de 227 personas que han recibido el premio, un reflejo de cómo las mujeres siguen estando muy poco representadas en el campo de la ciencia y los premios científicos, incluido el Nobel.

Actualmente se están desarrollando vacunas que utilizan la tecnología del ARNm contra varias enfermedades, como la gripe, la malaria y el VIH, contra el que sigue siendo difícil inocular. Las vacunas personalizadas contra el cáncer también son prometedoras. Utilizan ARNm adaptado al tumor de cada paciente para enseñar a su sistema inmunitario a atacar las proteínas del tumor.

Según los científicos, el descubrimiento de Karikó y Weissman sigue siendo fundamental para que las vacunas de ARNm escapen a la destrucción del sistema inmunitario de los pacientes y desencadenen la producción eficaz de vacunas con proteínas.

“Lo que ahora se reconoce como una tecnología transformadora requirió que científicos dedicados llevaran a cabo investigaciones cruciales durante muchos años para alcanzar la posición en la que se encontraba en 2020, cuando su rápido despliegue como tecnología de vacunas fue posible gracias a la colaboración mundial”, dijo Brian Ferguson, inmunólogo de la Universidad de Cambridge. “El trabajo de Katalin Karikó y Drew Weissman en los años anteriores a 2020 lo hizo posible, y merecen con creces este reconocimiento”.

¿Quién ganó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2022?

El premio fue para Svante Pääbo, un científico sueco que produjo un genoma neandertal completo y ayudó a crear el campo de los estudios del ADN antiguo.

¿Cuándo se anunciarán los demás Premios Nobel?

El Premio de Fisiología o Medicina es el primero de los seis Premios Nobel que se concederán. Cada premio reconoce las contribuciones pioneras de una persona u organización en un campo específico.

El Premio Nobel de Física será concedido el martes por la Real Academia Sueca de las Ciencias en Estocolmo. El año pasado, John Clauser, Alain Aspect y Anton Zeilinger fueron galardonados por trabajos independientes sobre rarezas cuánticas.

El Premio Nobel de Química será concedido el miércoles por la Real Academia Sueca de las Ciencias en Estocolmo. El año pasado, Carolyn R. Bertozzi, Morten Meldal y K. Barry Sharpless compartieron los premios por trabajos sobre la “química del clic”.

El Premio Nobel de Literatura será concedido el jueves por la Academia Sueca de Estocolmo. El año pasado, Annie Ernaux obtuvo el premio por una obra que diseccionaba los momentos más humillantes, privados y escandalosos de su pasado con una precisión casi clínica.

El Premio Nobel de la Paz será concedido el viernes por el Comité Noruego del Nobel en Oslo. El año pasado, el premio fue compartido por la organización rusa Memorial, el Centro para las Libertades Civiles de Ucrania y Ales Bialiatski, activista bielorruso encarcelado.

El lunes de la semana que viene, la Real Academia Sueca de las Ciencias en Estocolmo concederá el Premio Nobel de Ciencias Económicas. El año pasado, Ben S. Bernanke, Douglas W. Diamond y Philip H. Dybvig compartieron el premio por un trabajo que ayudó a reformular la manera en que el mundo entiende la relación entre los bancos y las crisis financieras.

La organización del Premio Nobel retransmitirá en directo todos los anuncios de los premios.

El Chile Ayudó a Nuevos Premios Nobel

El Premio Nobel de fisiología y medicina 2021 ha sido otorgado a David Julius y Ardem Patapoutian por sus descubrimientos de receptores para la temperatura y el tacto.

Los dos científicos de EE.UU. recibieron el galardón por describir la mecánica de cómo los humanos perciben la temperatura y la presión a través de los impulsos nerviosos.

Patrik Ernfors (derecha), miembro del Comité Nobel de fisiología o medicina, junto a una pantalla que muestra a los ganadores del Premio Nobel 2021, David Julius y Ardem Patapoutian.
Julius es profesor en la Universidad de California en San Francisco. Patapoutian es profesor en el Instituto Médico Howard Hughes en Scripps Research en La Jolla, California.

«Nuestra capacidad para sentir el calor, el frío y el tacto es esencial para la supervivencia y sustenta nuestra interacción con el mundo que nos rodea», dijo la Asamblea del Nobel en un comunicado anunciando el premio.

«David Julius utilizó capsaicina, un compuesto picante de los chiles que induce una sensación de ardor, para identificar un sensor en las terminaciones nerviosas de la piel que responde al calor. Ardem Patapoutian usó células sensibles a la presión para descubrir una nueva clase de sensores que responden a estímulos mecánicos en la piel y los órganos internos”, agregó.

Thomas Perlmann, secretario de la Asamblea del Nobel y del Comité Nobel, dijo que el descubrimiento «desvela los secretos de la naturaleza … Explica a nivel molecular cómo estos estímulos se convierten en señales nerviosas. Es un descubrimiento importante y profundo».

Se Designo el Premio Noble de Medicia por Descubrimiento del Reloj Biológico

El instituto Karolinska, en Estocolmo, Suecia, anunció que los investigadores estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young ganaron el Premio Nobel de Medicina por descubrir el gene que crea el reloj biológico de seres, conocido como ritmo circadiano, este es en otras palabras, los mecanismos moleculares que regulan el reloj biológico.
Hall, Rosbash y Young fueron capaces de averiguar un funcionamiento clave: «Sus descubrimientos explican cómo plantas, animales y humanos adaptan su ritmo biológico para que esté sincronizado con la rotación terrestre».
El reloj biológico ayuda a adaptar los patrones de sueño, los comportamientos alimentarios, la presión sanguínea, los niveles de hormonas o la temperatura a las distintas fases del día.
Los investigadores premiados aislaron un gen que controla el ritmo biológico diario normal en las moscas de la fruta:
* Demostraron que ese gen codifica una proteína que se acumula durante la noche en las células y es degradada durante el día;
* Identificaron componentes proteicos adicionales de esa maquinaria;
* Expusieron el mecanismo que dirige el reloj interno de las células.
El reloj biológico funciona siguiendo los mismos principios en células de otros organismos multicelulares, incluido el humano.
Hace más de 30 años, en 1984 Hall y Rosbash, trabajaron en colaboración con la Universidad Brandeis de Boston y con Young, que estaba en la Universidad Rockefeller de Nueva York, consiguieron aislar el gen que controla el ritmo circadiano.
Después, Hall y Rosbash descubrieron que la proteína codificada por ese gen se acumulaba durante la noche y era degradada durante el día. Los niveles de la proteína oscilan en un ciclo de 24 horas, sincronizados con el ritmo circadiano.
Cada Nobel está dotado con 9 millones de coronas suecas (unos 940,000.00 euros o $1,100,000.00 dólares) y la ceremonia de entrega se hace el 10 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la muerte de su fundador Alfred Nobel.

Nobel de Literatura Para un Cantante

En un hecho sin precedentes la gente ya que, por primera vez en la historia del Nobel de Literatura, la gente no correrá a las librerías sino a las tiendas de discos. Cuando la fundación Nobel pronunció el nombre del nuevo ganador del premio de literaura, han retumbado todos los cimientos.
Bob Dylan (1941, Duluth, Minnesota), es el nuevo premio Nobel de Literatura.
La sorpresa en los mundos de las letras y la música solo puede ser comparable a la que seguro ha sido una legendaria, hipnótica, imbatible sonrisita pícara del galardonado al enterarse, perdido como siempre en su gira interminable alrededor del mundo, al margen del mito. Era el eterno aspirante, así como un recurrente chiste entre los más escépticos y, sobre todo, más ortodoxos. ¿Un músico, cuya única obra en prosa fue un fracaso, cosechando el mayor de los premios literarios? Imposible. Pero lo imposible –y vivir a contracorriente- es lo que mejor se le ha dado a este compositor que cambió como nadie el concepto de canción popular en el siglo XX, añadiendo una particular dimensión poética a la música cantada. Y tan importante como ese determinante hecho: su influencia, reconocida por los Beatles, los Rolling Stones, Bruce Springsteen y cualquier icono del rock y el pop que venga a la cabeza, no ha hecho más que crecer a medida que ha pasado el tiempo. Ahora, con este premio, y tras haber recibido antes el Pulitzer o el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, la onda expansiva da para otro siglo.El premio se lleva una bolsa de alrededor de $930,000.00 dólares y un reconocimiento de por vida.

Premio Nobel de la Paz Para Colombia y su Presidente

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunció ayer que donará los ocho millones de coronas suecas (unos 950.00 dólares) que recibirá como parte del Premio Nobel de Paz que obtuvo el pasado viernes.»Vamos a donar ocho millones de coronas suecas para que las víctimas sean reparadas», dijo Santos en una ceremonia religiosa realizada en la localidad de Bojayá, ubicada en el noroeste del país, y escenario de una de las peores masacres de las FARC.El Comité Nobel de Noruega anunció el viernes anterior que el premio es un claro apoyo a la decisión de Santos de invitar a todas las partes a participar en un amplio diálogo nacional para que el proceso de paz entre el Gobierno y las FARC no muera, después de que el «no» se impusiera en el plebiscito.

El premio que recibirá Santos el próximo 10 de diciembre en Oslo consiste en una medalla de oro, un diploma y un cheque por ocho millones de coronas suecas.La ceremonia religiosa, que se constituye en el primer acto público al que asiste el mandatario tras el reconocimiento del Nobel, se realizó en la iglesia local de Bojayá y contó con la participación de varios de los sobrevivientes de la masacre.El 2 de mayo de 2002 un comando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lanzó una bombona de gas contra la iglesia de esa población en donde se refugiaban los lugareños para protegerse de un enfrentamiento entre esa guerrilla y un grupo paramilitar y mató a 79 personas.