Biden Considera Plan Migratorio a Venezolanos

La administración de Biden está considerando nuevas formas de disuadir a los venezolanos de buscar asilo en los puertos de entrada de Estados Unidos y está debatiendo si establece un programa similar al adoptado para beneficios de ucranianos que permitiría a ciudadanos y residentes patrocinar a los venezolanos para que se refugien en Estados Unidos.

Más de 6.8 millones de venezolanos han huido de su país desde que su líder, Nicolás Maduro, reforzó su control del poder, precipitando una crisis económica y política. Casi dos millones de refugiados venezolanos han encontrado refugio en Colombia.

Pero en los últimos meses se ha visto un número creciente de venezolanos que se dirigen a Estados Unidos, viajando cientos de kilómetros a pie por América Central. Se han encontrado más de 150,000 cruzando la frontera sur de Estados Unidos solo en el pasado año.

Los líderes de la oposición venezolana afirman que la mayoría de los que se han ido huyen de lo que describen como la peor crisis humanitaria en la historia de América Latina, en medio de un colapso económico que hizo que el Productor Interno Bruto de la nación se redujera en más del 70% durante el período que Maduro ha permanecido en el poder.

No se han tomado decisiones con respecto al programa potencial, dijo un funcionario estadounidense. Pero podría seguir el modelo del programa Unidos por Ucrania, que requiere que los ucranianos que buscan asilo humanitario en Estados Unidos sean patrocinados financieramente por un ciudadano estadounidense o residente legal.

Aprueban Plan Climático, Fiscal y de Medicamentos en el Seanado

Senado de EEUU aprueba una versión reducida del plan fiscal y climático clave de los demócratas

A pesar de la oposición unánime del Partido Republicano, la unidad demócrata en la Cámara Alta, respaldada por el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris, consiguió una importante victoria para el partido a solo tres meses de las elecciones de medio periodo. Es el mayor gasto aprobado por el gobierno de EEUU en materia climática.

Los senadores demócratas aprobaron este domingo un plan reducido frente al propuesto inicialmente por el presidente Joe Biden, pero que avanza promesas clave del partido para frenar el calentamiento global, moderar los costos farmacéuticos y gravar a grandes corporaciones a meses de las elecciones.

El debate comenzó este sábado y el domingo por la mañana los demócratas habían conseguido rechazar más de una docena de enmiendas republicanas diseñadas para descarrilar la legislación.

A pesar de la oposición unánime del Partido Republicano, la unidad demócrata en la Cámara Alta (actualmente con 50 senadores republicanos y 50 demócratas), respaldada por el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris, consiguió una importante victoria para el partido, que viene a levantar la moral tres meses antes de las elecciones de medio período que podrían alterar el actual balance de fuerzas en el Congreso.

Tras su aprobación en el Senado, la legislación ahora pasará a la Cámara de Representantes, que se espera dé su luz verde el viernes de la próxima semana cuando los legisladores regresen a Washington DC. La Cámara Baja ya había aprobado en noviembre el ambicioso paquete ‘Build Back Better’ propuesto por Biden, de $2.2 billones, que ha tenido que ser ampliamente recortado para su aprobación final en el Senado.

“Reducirá la inflación. Reducirá los costos de los medicamentos recetados. Luchará contra el cambio climático. Cerrará las lagunas fiscales y reducirá el déficit”, dijo el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, sobre el paquete. “Ayudará a todos los ciudadanos de este país y hará de Estados Unidos un lugar mucho mejor”.

El presidente Biden celebró la aprobación este domingo en el Senado del proyecto climático, sanitario y fiscal invitando a la Cámara de Representantes a aprobarlos también cuanto antes para ratificarlo y hacerlo ley.

«Me presenté a las elecciones prometiendo hacer que el Gobierno vuelva a trabajar para las familias trabajadoras, y eso es lo que hace esta ley», defendió el mandatario en un comunicado remitido por la Casa Blanca.

Biden agradecióal senador Schumer y a todos los miembros del Partido Demócrata su trabajo, y que fueran capaces de llegar a acuerdos y transigir.

«Ha requerido transigir mucho», aseguró el presidente, añadiendo que «hacer cosas importantes casi siempre lo hace».

Rechazo total de los republicanos

Los republicanos dijeron que la medida socavaría una economía que según ellos está al borde de una recesión y que los impuestos del proyecto de ley dañarían la creación de empleos y apuntalarían los precios.

“Los demócratas ya han robado a las familias estadounidenses una vez a través de la inflación, y ahora su solución es robar a las familias estadounidenses por segunda vez”, argumentó el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, republicano por Kentucky. Dijo que los aumentos de gastos e impuestos en la legislación eliminarían puestos de trabajo, mientras que tienen un impacto insignificante en la inflación y el cambio climático.

Los analistas no partidistas han dicho que la ‘Ley de Reducción de la Inflación’ de los demócratas tendría un efecto menor en el alza de los precios al consumidor. El proyecto de ley es apenas más de una décima parte del que propuso inicialmente Biden, por 10 años y $3.5 billones, y abandona sus propuestas de hacer el preescolar universal o de otorgar una licencia familiar pagada y la ampliación de una ayuda para el cuidado de los niños.

Aun así, la nueva medida da a los demócratas un punto de apoyo de cara a las elecciones. Incluye el esfuerzo federal más grande jamás realizado sobre el cambio climático (cerca de $400,000 millones), otorga a Medicare el poder de negociar los precios de los productos farmacéuticos y extiende los subsidios que vencen y ayudan a 13 millones de personas a pagar un seguro de salud.

Retahíla de enmiendas de la oposición

La medida original de Biden colapsó después de que el senador demócrata más conservador Joe Manchin se opusiera diciendo que era demasiado costosa y que impulsaría la inflación.

En una prueba impuesta a todos los proyectos de ley de presupuesto como este, el Senado tuvo que pasar por un proceso llamado un ‘voto-a-rama’ desde la noche del sábado con propuestas de enmiendas rápidas que pusieron a prueba la capacidad de los demócratas para mantener un compromiso negociado por Schumer, los progresistas, Manchin y la senadora centrista por Arizona Kyrsten Sinema.

El senador progresista Bernie Sanders ofreció sin éxito enmiendas para expandir más los beneficios de salud de la legislación.

La mayoría de los votos fueron forzados por los republicanos y muchos fueron diseñados para hacer que los demócratas parezcan blandos en temas como seguridad fronteriza y los costos de la gasolina y la energía, o como demasiado fuertes en otros temas como la aplicación de la ley tributaria del IRS.

La ley más ambiciosa en materia climática firmada en EEUU
El proyecto de ley aprobado incluye los mayores gastos jamás realizados por el gobierno estadounidense para frenar el calentamiento global y reducir la demanda de combustibles fósiles, principales responsables del cambio climático.

Casi $400,000 millones serán dedicados durante 10 años a créditos fiscales destinados a que los consumidores puedan pasarse a los vehículos eléctricos y que las empresas eléctricas transiten hacia fuentes de energía renovable como la eólica o solar.

Según expertos, la medida ayudaría a Estados Unidos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero alrededor de un 40% por debajo de los niveles de 2005 para fines de esta década, una meta bastante distante de las intenciones de Biden de reducir las emisiones aproximadamente a la mitad para 2030; a pesar de lo cual los demócratas creen que este es un gran paso inicial, tras décadas de inacción.

Al mismo tiempo, como concesión al conservador Manchin, los demócratas acordaron varias disposiciones sobre combustibles fósiles y perforación, ya que su estado, West Virginia, es en gran medida dependiente del carbón y el gas.

Enmiendas de salud

Antes de que comenzara el debate el sábado, la bajada en los precios de los medicamentos recetados del proyecto de ley fueron diluidos por la asesora clave del Senado, la ‘parlamentarian’ Elizabeth MacDonough, quien arbitra las preguntas sobre los procedimientos de esa Cámara. MacDonough dijo que debería eliminarse la disposición que imponía costosas multas a los fabricantes de medicamentos cuyos aumentos de precios a las aseguradoras privadas superen la inflación.

Era la principal protección del proyecto de ley para los 180 millones de personas con cobertura de salud privada que obtienen atención médica a través de su trabajo o pagada por ellos mismos. Según los procedimientos especiales que permitieron que los demócratas aprobasen su proyecto de ley por mayoría simple sin el margen habitual de 60 votos, sus disposiciones deben centrarse más en cifras presupuestarias que en cambios de política.

Pero la idea central del paquete y su lenguaje sobre los precios de los medicamentos se mantuvo. Dentro de la legislación se incluye permitir que Medicare negocie lo que paga por los medicamentos para sus 64 millones de ancianos beneficiarios, penalizar a los fabricantes por exceder la inflación de los productos farmacéuticos vendidos a Medicare y limitar los costos de los medicamentos para los beneficiarios a $2,000 anuales.

El proyecto de ley también limita los costos de insulina de los pacientes de Medicare, a $35 mensuales.

Demócratas se alistan para entregar a figura clave del Senado su ‘Plan C’ con una tercera propuesta migratoria

El proyecto crea un nuevo programa migratorio temporal para unos siete millones de indocumentados que están en el país desde antes del 1 de enero de 2011. Pero debe recibir luz verde de una figura clave en el Senado, la asesora Elizabeth MacDonough cuyo cargo se conoce como ‘parlamentarian’ en inglés.

Una comisión demócrata del Senado —encabezada por la oficina del líder Charles Schumer— se prepara para reunirse esta semana con la principal asesora de la Cámara Alta, la abogada Elizabeth MacDonough, y entregarle formalmente el llamado ‘Plan C’ de inmigración como parte del paquete de ‘reconciliación presupuestaria’ que será evaluado por los senadores.

“La semana pasada hubo un primer acercamiento. Ahora estamos viento que lo más temprano para reunirnos será en las próximas horas (uno o dos días) a más tardar”, dijo a Univision Noticias una fuente conocedora de las conversaciones a puertas cerradas.

“El encuentro de la semana pasada fue un paso técnico para anticipar las conversaciones de esta semana. Nos reuniremos dos delegaciones, una demócrata y otra republicana para entregar argumentos”, agregó.

La fuente precisó que “esta vez lo haremos de manera formal, como cuando se hizo con el ‘Plan A’. Esperamos que la abogada MacDonough responda en tan pronto como el viernes o el fin de semana”, precisó. La evaluación de MacDonough, que tiene el cargo conocido en inglés como ‘parlamentarian’, es crucial pues es quien finalmente decide si los planes migratorios de los demócratas pueden incluirse dentro del paquete de ‘reconciliación precupuestaria’.

Este ‘Plan C’ es el mismo que fue aprobado a mediados de noviembre por la Cámara de Representantes.

De que se trata el ‘Plan C’ migratorio

Se trata de una cláusula migratoria que será incluida en el llamado plan de gasto social del presidente Joe Biden que será evaluado en el Senado tras su aprobación en la Cámara de Representantes la segunda semana de noviembre.

El proyecto crea un nuevo programa migratorio temporal para unos siete millones de indocumentados que están en el país desde antes del 1 de enero de 2011.

Los beneficiarios calificarán para una autorización de empleo, una autorización de viaje, licencias de conducir y cobertura de atención médica después de un año. Cinco años después de recibir el amparo provisional de deportación, los inmigrantes podrán acceder a ciertas ayudas públicas como seguro médico (Medicaid).

El ‘Plan C’ será agregado como una enmienda en el paquete ‘reconciliación del presupuesto’ en manos del Senado.

Y el ‘paquete de reconciliación’

El 18 de marzo, la Cámara de Representantes aprobó con apoyo bipartidista dos proyectos de ley que otorgaban residencia temporal por 10 años a unos 8 millones de dreamers, titulares del Estatus de Protección Temporal (TPS) y trabajadores agrícolas. Al término de ese plazo calificarían para la residencia permanente y, tres años después, serían elegibles para la ciudadanía.

Ambos planes fueron enviados al Senado, donde se requieren 60 votos para ser aprobados y los demócratas solo tienen 50. Los republicanos rechazaron ambas propuestas y condicionaron sus votos a la solución de la crisis en la frontera con México.

Al estancarse ambas iniciativas, los demócratas optaron por incluir las propuestas en un ‘paquete de reconciliación’ del presupuesto de gasto social que tampoco tiene votos republicanos. Esta herramienta permite que los demócratas aprueben con mayoría simple —51 votos— el plan de gasto social de Biden, rebajado de $3.5 billones (trillions en inglés) a $1.75 billones para asegurar los 50 respaldos de la bancada demócrata y el voto de la vicepresidenta, Kamala Harris.

Pero para incluir el tema migratorio, el reglamento de aprobaciones exige el visto bueno de la ‘parlamentarian’ por tratarse de un asunto relacionado con la Ley de Presupuesto.

Van dos rechazos

El 19 de septiembre, MacDonough rechazó la inclusión en el paquete presupuestario de los planes migratorios aprobados por la Cámara de Representantes el 18 de marzo y que se conocen como ‘Plan A’.

El 30 de septiembre, la ‘parlamentarian’ desestimó un segundo intento que recomendaba mover la fecha de la denominaba Ley del Registro para darle residencia legal permanente a entre 6 y 8 millones de indocumentados.

La Ley del Registro se trata de una vieja norma de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA), una disposición que permite a ciertos extranjeros sin papeles que se encuentran en Estados Unidos a partir del 1 de enero de 1972, carecen de antecedentes criminales y tienen buen carácter moral, solicitar la residencia legal permanente (LPR o ‘Green Card’).

Los demócratas recomendaron mover la fecha de permanencia al 1 de enero de 2011 y con ello permitir la legalización de unos 8 millones de indocumentados.

MacDonough dijo al panel de asesores demócratas que enviaron ambos proyectos, que la legalización de millones de indocumentados “supera con creces el impacto presupuestario que se le ha asignado”, y por lo tanto “no es apropiado para su inclusión en la reconciliación”.

La ‘parlamentarian’ sostiene, además, que el estatus de residente legal permanente «viene con una amplia gama de beneficios que van más allá de los programas de la red de seguridad social», y que, en términos generales, «dado que la mayoría de los beneficiarios de este cambio de política no tienen estatus, habrá otros beneficios federales, estatales y sociales que cambiarán la vida al tener el estatus de LPR».

¿Paso final?

El protocolo de consultas con la ‘parlamentarian’ determina dos intentos formales para conseguir el visto bueno e incluir enmiendas en el ‘paquete de reconciliación’.

Las fuentes demócratas consultadas por Univision Noticias dijeron que el ‘Plan A’ fue entregado formalmente, mientras que el ‘Plan B’ fue enviado informalmente.

Esta vez, explicaron las fuentes, agotarán las instancias por la vía formal. Confían en que esta vez obtendrán la luz verde por parte de la oficina de MacDonough al tratarse de un amparo de deportación y no una vía hacia la residencia legal permanente.

Fuentes demócratas de la Cámara de Representantes dijeron que, si MacDonough rechaza el ‘Plan C’, la bancada del Senado podría moverse para seguir adelante sin tener en cuenta la opinión de la ‘parlamentarian’.

El proyecto de Ley de Presupuesto de gasto social aprobado ya por la Cámara de Representantes “incluye una serie de disposiciones de inmigración importantes, entre ellas hasta 10 años de autorización de trabajo y protección contra la deportación para personas indocumentadas que viven en Estados Unidos”, dijo Stephen Yale-Loehr, profesor de la facultad de Derecho de la Universidad Cornell, Nueva York.

“El proyecto de ley también le daría al Departamento de Seguridad Nacional $2,800 millones para ayudar a procesar las solicitudes de inmigración y reducir los retrasos en el procesamiento de casos (…) y recuperaría las tarjetas de residencia basadas en el empleo y en la familia que no se hayan utilizado y que, de otro modo, expirarían al final de cada año”, agregó.

En caso MacDonough autorizara el ‘Plan C’ y el Senado apruebe el ‘paquete de reconciliación’, unos 10 millones de indocumentados recibirían un amparo temporal de deportación en vez de la codiciada ‘Green Card’ o tarjeta Verde ofrecida por Biden durante su campaña.

Fuente JORGE CONCINO

Los Mismos Demócratas Traen en Jaque a Biden

El plan de infraestructura y el plan de gasto social, las dos mayores iniciativas de la Casa Blanca, no avanzan en el Congreso porque las objeciones que hacen dos senadores demócratas impiden un voto en la Cámara de Representantes.

El gran problema de un Congreso donde las mayorías son muy ajustadas es que cualquier legislador puede dejar en suspenso el avance de las iniciativas, aun cuando provengan de su propio partido. Y eso es lo que está experimentando el Partido Demócrata con dos de los suyos: los senadores Joe Manchin y Kyrsten Sinema.

Sinema, de Arizona, y Manchin, de Virginia Occidental se han convertido en el voto decisivo para la agenda de inversión social del presidente Joe Biden. Ambos senadores representan al sector centrista, más conservador, del Partido Demócrata.

Aunque Sinema y Manchin son senadores, mantienen en jaque la aprobación en la Cámara de Representantes de los dos grandes planes de gasto del presidente: el plan de infraestructura de $1.2 billones (trillion en inglés) y el plan en inversión social de $3.5 billones (trillion en inglés).

Pero Manchin y Sinema, quienes ayudaron a que el proyecto de ley de infraestructura ganara apoyo bipartidista, frenaron el avance del plan de inversión social alegando que es demasiado grande. Manchin hizo una propuesta este jueves para reducirlo a $1.5 billones, que ha caído como balde de agua fría entre muchos demócratas del ala progresista.

La estrategia en la Cámara de Representantes era proceder con el proyecto de obras públicas, que cuenta con el apoyo bipartidista, mientras se continuaba negociando el otro gran paquete que la Casa Blanca ha descrito como «infraestructura humana» y que incluye ampliar el acceso a la atención de la salud, impulsar los programas de educación y luchar contra el cambio climático.

Pero como Manchin y Sinema se muestran renuentes a aprobarlo cuando llegue al Senado, el grupo de representantes progresistas ha dicho que no votará en favor hasta que el paquete social no cuente con garantías de convertirse en realidad.

Eso llevó a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a posponer el voto que había convocado para el jueves pasado, cuando quedó claro que arriesgaba a una humillante derrota propinada por sus propidos compañeros del partido.

Cuando se postuló al senado en 2018, muchos progresistas reconocían que no esperaban que Sinema votara con los demócratas el 100% del tiempo, pero al menos confiaban en que ella se resolvería en temas importantes, especialmente una vez que Biden ganó su estado en 2020.

En esta semana clave para la agenda de Biden la predicción se cumplió.

“La senadora Sinema dijo públicamente más de dos meses atrás, antes de que el Senado pasará el acuerdo bipartidista de infraestructura, que ella no apoyaría el proyecto de 3.5 billones de dólares”, dijo en un comunicado su oficina el cual ella misma compartió en Twitter el jueves cuando no se llegó a un acuerdo para pasar el proyecto de inversión social.

El comunicado explica, sin dar detalles, que compartió sus “preocupaciones y prioridades, incluyendo los montos en dólares” con el líder de la mayoría Chuck Schumer y la Casa Blanca y reclamó que sus puntos de vista no fueron compartidos con Biden.

Sin embargo, el comunicado aclara que Sinema mantiene las discusiones con su compañero demócrata de Nueva York y el presidente Biden para “encontrar un terreno común”.

Mientras se llega a ese terreno, los dos grandes proyectos del presidente Biden, esos en los que confía para dejar su legado, penden de un hilo en el Congreso para beneplácito de muchos republicanos que gustan ver cómo es el propio Partido Demócrata el que no puede avanzar con sus propias iniciativas.

Principal asesora del Senado vuelve a rechazar propuesta legislativa para regularizar a millones de indocumentados

La principal asesora del Senado rechazó este miércoles el Plan B de la bancada demócrata que busca incluir la regularización de millones de indocumentados en el plan de reconciliación del presupuesto para el año 2022.

La principal asesora del Senado rechazó por segunda vez un plan de la bancada demócrata que busca regularizar a millones de indocumentados en el plan de reconciliación del presupuesto.

La decisión emitida por la abogada Elizabeth MacDonough fue comunicada por medio de un correo electrónico enviado a los asesores de ambos partidos que participan en el proceso de negociaciones, dijo a Univision Noticias una fuente del Senado.

MacDonough dijo al panel de asesores que la nueva propuesta presentada, relacionada con modificaciones a la Ley de Registro, “nuestro análisis de este tema es en gran medida igual que la propuesta de LPR (residencia legal permanente)” presentada en primera instancia y que fue rechazada el 19 de septiembre.

“Si bien esta propuesta de registro no es una política de inmigración completamente nueva, aún se distingue del texto de PRWORA (Personal Responsibility and Work Opportunity Reconciliation Act of 1996) en que es un ajuste de estatus a través de una enmienda a la INA (Ley de Inmigración) y no es independiente de los diversos programas de beneficios del gobierno”, agrega.

La respuesta añade que “el número de beneficiarios y el puntaje de esta enmienda al INA son en gran medida los mismos que los de la propuesta anterior, lo que no cambia drásticamente el equilibrio entre la política y el puntaje”.

“El cambio de estatus a LPR sigue siendo un cambio de por vida en circunstancias cuyo valor supera ampliamente su impacto presupuestario”, precisó la asesora.

Un primer plan ya había sido desestimado el pasado 19 de septiembre cuando MacDonough rechazó recomendar en el paquete de reconciliación el camino a la residencia para unos 8 millones de indocumentados.

Agregó que “el rechazo básicamente le cierra la puerta a cualquier tipo de cambio que tenga que ver una residencia legal permanente (LPR)” para inmigrantes indocumentados.

La comunicación de la parlamentarian se dio en medio de reuniones informales cuando los demócratas intentaban convencer a MacDonough para que cambie la decisión emitida el 19 de septiembre.

“Tiene que haber otro intento donde se presente algo de manera formal. Por ahora no se sabe, pero habrá un Plan C donde se incluya, por ejemplo, algún tipo de alivio de deportación”, precisó la fuente.

El Plan B

El Plan B que estaba siendo promovido por los demócratas incluía una vieja norma de la ley de inmigración (INA) conocida como Ley del registro, una disposición que permite a ciertos extranjeros sin papeles que se encuentran en Estados Unidos a partir del 1 de enero de 1972, carecen de antecedentes criminales y tienen buen carácter moral, solicitar la residencia legal permanente (LPR o Card).

Un informe del American Immigration Council (AIC) señala que la Ley del Registro (Registry) “permite a ciertos no ciudadanos que llevan tiempo viviendo en Estados Unidos, pero que son indocumentados o están presentes en el país bajo algún tipo de estatus migratorio temporal, ‘registrarse’ para recibir el estatus de Residente Legal Permanente”.

Para calificar, el extranjero debe demostrar que se encuentra en territorio estadounidense al menos desde el 1 de enero de 1972 o antes, tener buen carácter moral y residencia continua desde su ingreso.

Los beneficiarios, sin embargo, deben demostrar que carecen de órdenes de deportación, salidas voluntarias, crímenes, faltas “ni nada que los convierta en inadmisibles”, explica Lilia Velásquez, profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California en San Diego.

Que no se detengan

Tras conocer la segunda decisión de la Parlamentarian, organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes aumentaron la presión sobre los demócratas para que no se rindan y continúen buscando un camino hacia la legalización de millones de indocumentados.

“Durante 35 años los activistas inmigrantes de CASA de Maryland han marchado y protestado por la ciudadanía. Ahora, después de años de lucha, estamos a un paso de la victoria”, dice Gustavo Torres, director ejecutivo de la organización.

“Con los demócratas controlando ambas cámaras del Congreso, tienen el poder de brindar ciudadanía a millones de titulares de DACA y TPS, trabajadores agrícolas y trabajadores esenciales. Los demócratas del Senado pueden y deben anular el consejo parlamentario e incluir la ciudadanía en la reconciliación presupuestaria”, agregó.

Torres dijo además que “el Congreso no solo tiene un precedente de ignorar los consejos parlamentarios, sino que especialmente ahora es urgente que el líder del Senado, Chuck Schumer (demócrata por Nueva York), y la vicepresidenta Kamala Harris, lo hagan”.

“La Parlamentarian es un funcionario público no electo que ofreció un razonamiento defectuoso y la consideración de factores políticos inapropiados”, apuntó el activista.

La primera decisión

En la decisión del 19 de septiembre MacDonough indicó que la recomendación de incluir una vía hacia la residencia legal permanente de dreamers, titulares del Estatus de Protección Temporal (TPS), trabajadores agrícolas y trabajadores esenciales era “una prueba más de que los cambios de política de esta propuesta superan con creces el impacto presupuestario que se le ha asignado”, y por lo tanto “no es apropiado para su inclusión en la reconciliación”.

La principal asesora del Senado dijo además el estatus de residente legal permanente «viene con una amplia gama de beneficios que van más allá de los programas de la red de seguridad social», y que en términos generales, «dado que la mayoría de los beneficiarios de este cambio de política no tienen estatus, habrá otros beneficios federales, estatales y sociales que cambiarán la vida al tener el estatus de LPR».

En el primer documento enviado al legislativo, MacDonough explicó que la pregunta planteada ante la Parlamentarian era si “una serie de enmiendas propuestas a la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA), que eliminan las barreras existentes para el ajuste de estatus al de LPR para una variedad de clases de inmigrantes y no inmigrantes existentes y de nueva creación, incluidos muchos que no están legalmente presentes en Estados Unidos, es un cambio de política que supera sustancialmente el impacto presupuestario de ese cambio”.

Cómo nació el Plan B

El Plan B surgió luego que la Cámara de Representantes aprobara, el 18 de marzo, dos iniciativas de ley con respaldo bipartidista que incluyen una vía a la ciudadanía para millones de dreamers, titulares de TPS, campesinos y trabajadores esenciales.

Ambos planes, sin embargo, se estancaron en el Senado por falta de respaldo republicano, rechazo que movilizó a los demócratas a incluir ambas versiones en el paquete de reconciliación del presupuesto y de esa forma aprobarlos con los votos de mayoría simple (51 en vez de 60).

El Senado lo integran 50 demócratas y 50 republicanos. El desempate lo rompe el voto de la vicepresidenta Kamala Harris.

Pero para ser incluido el plan “los legisladores deben persuadir a la principal asesora del Senado, MacDonough, de que las disposiciones sobre inmigración tienen un impacto directo en el presupuesto”, dice Stephen Yale Loehr, profesor de la práctica de inmigración de la escuela de leyes de la Universidad de Cornell, Nueva York.

Yale-Loehr agrega que, incluso si MacDonough acepta mantener las disposiciones de inmigración en el proyecto de ley de reconciliación presupuestaria al final del día, “los 50 senadores demócratas deben estar de acuerdo con el proyecto de ley general para que se apruebe”.

Y advierte que “los senadores demócratas Joe Manchin (West Virginia) y Kyrsten Sinema (Arizona) ya han señalado que se sienten incómodos con el precio total de $3.5 billones de dólares del proyecto de ley de reconciliación presupuestaria».
Si los demócratas no aseguran los 50 votos del pleno, aunque MacDonough finalmente acepte el plan, la iniciativa de legalización se desplomaría en el intento.

Fuente: JORGE CANCINO

ICE Busca Nuevo Plan Para Hacer Arrestos en Ciudades Santuario

Las oficinas del sheriff y los departamentos de policía en jurisdicciones que dan «refugio» a inmigrantes indocumentados (ciudades santuario) tendrán una nueva posibilidad de trabajar con las autoridades federales para detenerlos y deportarlos.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha anunciado este lunes en Florida un nuevo programa que permitiría a los policías locales arrestar y detener temporalmente a inmigrantes en nombre de la agencia, incluso si las políticas locales establecidas les impiden hacerlo.

Así, los oficiales designados podrán mantener retenidos a inmigrantes indocumentados durante 48 horas si así se lo solicita ICE, aunque no pese sobre ellos orden de detención.

Una vez superado el periodo de 48 horas y si ICE no se hace cargo de su custodia, el reo debe ser puesto en libertad, a menos que exista un Acuerdo de Servicio Intergubernamental, según explica la agencia federal en su comunicado.

El personal seleccionado de la oficina del alguacil «será entrenado y aprobado por ICE para realizar ciertas funciones limitadas de un oficial de inmigración», dentro de la cárcel local o en las instalaciones correccionales, según un memorando del acuerdo firmado por la agencia.

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) condenó el plan de inmediato y lo calificó como “el último plan de ICE para reclutar a la policía local en su abusiva agenda de deportación».

La directora de campañas y políticas de inmigración de ACLU, Lorella Praeli, criticó que este programa busca «subvertir la voluntad de las comunidades locales que han aprobado ordenanzas para evitar exactamente este tipo de cooperación entre la policía y el ICE».

Por su parte, el director interino de ICE, Matthew Albence apunta en un comunicado que «las políticas que limitan la cooperación con ICE socavan la seguridad pública, impiden que la agencia ejecute su misión de mandato federal y aumentan los riesgos para los oficiales obligados a realizar arrestos a gran escala en lugares no seguros».

El primer alguacil en firmar este nuevo acuerdo con ICE fue el jefe de policía del condado de Pinellas (Florida). Pero hay otros interesados. ICE asegura que WSO surge de la petición de la Asociación Nacional de Alguaciles de un programa de alcance limitado que les permita honrar a los pedidos de ICE a pesar de las instrucciones de sus gobiernos locales.

El director ejecutivo de esta asociación, Jonathan Thompson, aseguró que este programa les brinda «apoyo legal» y permitirá «reducir la responsabilidad del alguacil».

El anuncio se hizo en un acto de firma al que asistió Jeanette Núñez, vicegobernadora de Florida, estado que está a punto de promulgar una de las leyes más restrictivas en materia migratoria del país y que prohíbe la creación de jurisdicciones «santuario» que impidan la colaboración con ICE.

Las ciudades santuario se han convertido en uno de los principales obstáculos de la Administración del presidente Donald Trump para poner en práctica sus políticas migratorias, que tienen por objetivo acelerar y aumentar el número de indocumentados que son deportados.

El presidente Trump anunció el domingo que nombrará al ex jefe de la Patrulla Fronteriza, Mark Morgan, quien dirigió la división durante los últimos meses de la administración de Obama, como el nuevo jefe de ICE.