¿A qué hora es el debate vicepresidencial hoy? Cómo ver el debate entre Walz y Vance

Esta noche, los estadounidenses presenciarán el primer debate entre los dos candidatos a la vicepresidencia.

Con poco más de un mes para las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024, este debate marca el primer enfrentamiento entre el compañero de fórmula de Kamala Harris, el gobernador de Minnesota Tim Walz, y el compañero de fórmula de Donald Trump, el senador de Ohio JD Vance. A medida que ambas campañas se intensifican, este podría ser su único debate antes de que los votantes acudan a las urnas.

¿Cuándo comienza la votación anticipada?Fechas que debes de saber esta elección en Texas

El resultado podría influir significativamente en los votantes indecisos, destacando las diferencias clave entre las plataformas de los candidatos y sus visiones para el futuro del país.

¿A qué hora es el debate vicepresidencial 2024?

El debate será el 1 de octubre a las 8 p.m., hora central, en la ciudad de Nueva York, según anunció la cadena de CBS.

¿Quién moderará el debate vicepresidencial 2024?

La presentadora y editora en jefe Norah O’Donnell («CBS Evening News») y la corresponsal principal de asuntos exteriores de CBS News, Margaret Brennan, serán las moderadoras.

Cómo ver y transmitir el debate vicepresidencial 2024

Será transmitido por CBS Television Network y en todas las plataformas donde CBS News 24/7 y Paramount+ estén disponibles. El debate también estará disponible para ser retransmitido, según anunció CBS.

Fechas clave para las elecciones presidenciales de 2024 en Texas

Último día para registrarse para votar: 7 de octubre
Primer día de votación anticipada: 21 de octubre
Último día para solicitar una boleta por correo (recibida, no franqueada): 25 de octubre
Último día de votación anticipada en persona: 1 de noviembre
Día de las elecciones: 5 de noviembre
Voto del Colegio Electoral: 17 de diciembre
El Congreso cuenta los votos del Colegio Electoral: 6 de enero
Inauguración: 20 de enero

Trump ya no Quiere más Debates

Kamala Harris invitó a Donald Trump a celebrar un nuevo debate: la respuesta del ex presidente

La candidata demócrata llamó a su rival republicano a un nuevo encuentro para el próximo 23 de octubre, 12 días antes de las elecciones en Estados Unidos

Kamala Harris invitó a su rival republicano, Donald Trump, a un nuevo encuentro cara a cara para el próximo 23 de octubre, informó su equipo de campaña este sábado. El evento, según indica la propuesta, sería por el canal CNN y tendría lugar 12 días antes de las elecciones, el 5 de noviembre.

“La vicepresidenta Harris está lista para otra oportunidad de compartir escenario con Donald Trump. Trump no debería tener ningún problema en aceptar este debate”, sostuvo la directora de campaña demócrata, Jen O’Malley Dillon, en un comunicado.

Poco después, durante un acto de campaña en Carolina del Norte, el ex Presidente respondió a la propuesta pero volvió a rechazarla como era de esperarse. Ahora a los demócratas “les gustaría hacer otro debate. El problema es que es demasiado tarde, la votación ya comenzó. Me encantaría (…) es buen entretenimiento, mucha gente me dice ‘hazlo, es un gran material de entretenimiento’, pero es muy tarde”, comenzó diciendo el político ante sus seguidores.

“Ella tuvo la posibilidad de hacerlo con Fox, que nos invitó, pero la rechazó. Ahora quiere hacer un debate, justo antes de las elecciones, con CNN, porque está perdiendo terriblemente”, insistió.

En ese sentido, explicó que la propuesta de su rival se debe a que “están viendo lo que pasa con su campaña y no les está yendo bien”. “Yo ya he hecho dos (debates): uno con crooked Joe Biden en CNN y el otro con Kamala, en ABC”, se defendió, y sumó que “CNN fue muy justo (…) pero no será justo otra vez”, mientras que en el último, “en ABC, fueron tres contra uno, aunque me reconocieron que hice un muy buen trabajo”.

La invitación se produce 11 días después del primer encuentro cara a cara que los aspirantes a la presidencia tuvieron el pasado 10 de septiembre en Filadelfia, por la cadena ABC. Entonces, los políticos debatieron sobre cuestiones clave para los estadounidenses como el aborto, la economía, la inmigración, la política exterior y el manejo de las guerras, entre otros.

Poco después de este evento, desde el equipo de Harris hicieron el primer llamado a un nuevo debate, asegurando que se lo “debemos a los votantes”. “Hace dos noches, Donald Trump y yo tuvimos nuestro primer debate, y creo que le debemos a los votantes tener otro porque estas elecciones y lo que está en juego no puede ser más importante”, dijo la candidata durante un mitin que encabezó en Charlotte, Carolina del Norte.

Sin embargo, desde el bando republicano han dejado en claro en reiteradas oportunidades que dicho evento no ocurrirá dado que Trump ya participó de dos debates en el marco de la campaña presidencial de este año, considerando el primero, contra Joe Biden, el 27 de junio.

“¡NO HABRÁ TERCER DEBATE!”, respondió de inmediato el empresario en sus redes sociales ante la propuesta de Harris, días atrás, sumando a continuación la razón de su decisión: “Cuando un boxeador pierde una pelea, lo primero que dice es ‘QUIERO UNA REVANCHA’”. Así, al considerar que él tuvo una “gran noche”, con un desempeño superior al de Harris, aseguró que no será necesario un nuevo encuentro.

En su lugar, aprovechó para cargar contra la Vicepresidente y sostuvo que, en vez de pedir otro debate, “KAMALA DEBERÍA CENTRARSE EN LO QUE DEBIÓ HACER DURANTE LOS ÚLTIMOS CASI CUATRO AÑOS”.

Sea como sea, los políticos saben que las próximas semanas serán claves para su resultado en noviembre. Este viernes, en Minnesota, Dakota del Sur y Virginia comenzaron la votaciones presenciales anticipadas y, hacia mediados de octubre, cerca de una decena de estados adicionales se sumarán al proceso, por lo que los aspirantes a la presidencia deberán esforzarse más que nunca por afianzar a sus votantes y atraer a los últimos indecisos.

Un sondeo del Siena College en conjunto con The New York Times y The Philadelphia Inquirer expuso que, al 16 de septiembre, Harris y Trump estaban empatados al 47% cada uno mostraba llevaba su propia ventaja en determinados estados clave. Pensilvania fue un caso favorable para los demócratas, donde sacaron cuatro puntos frente a los republicanos, aunque Colorado fue un ejemplo de un lugar en el que la situación económica dio un impulso al bando del empresario, principalmente entre la comunidad latina. Allí, la diferencia fue de ocho puntos, con el 76% y el 68% respectivamente.

Kamala Pone a la Defensiva a Trump

El debate presidencial entre el candidato republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris en Filadelfia, Pensilvania, el 10 de septiembre de 2024.FUENTE DE LA IMAGEN, REUTERS

El tono fue recrudeciéndose por momentos, con una Kamala Harris asestando golpes certeros y un Donald Trump, cada vez más agresivo, tratando de esquivarlos.

En los debates presidenciales de Estados Unidos suele importar tanto el fondo como la forma. Un sutil gesto o un ataque contundente, una palabra bien elegida o un desliz en una frase pueden determinar quién resulta ganador.

Y en el de este martes, el primero —y tal vez único— entre la candidata demócrata Harris y el republicano Trump en la ruta hacia las elecciones del 5 de noviembre, no quedó mucho lugar a la duda.

A menos de dos meses de los comicios, en vísperas de que se inicie el voto anticipado en muchos estados y empatados como los muestran las encuestas de intención de voto, quedaba poco margen para el error.

Y con su afilada intervención, Harris logró disipar las preocupaciones de larga data sobre sus habilidades para hablarle al público que comenzaron con su fallida candidatura a la Casa Blanca de 2020, y sólo se agudizaron por su torpeza en algunas entrevistas en los últimos años.

Era, además, su oportunidad para desgranar sus propuestas y darse a conocer, y no la desaprovechó.

Mientras, Trump se agarró a su conocido estilo combativo, tratando de sortear los ataques de la antigua fiscal general de California y demostrar que durante el gobierno controlado por los demócratas la situación del país ha empeorado.

«Es hora de pasar página, hay que seguir adelante», dijo en más de una ocasión Harris, tachando a su contrincante de ser una figura divisiva, más interesado en sí mismo que en los ciudadanos.

«Es marxista», arremetió él, «[por ella y el presidente Biden] ahora somos un país que está en decadencia, se ríen de nosotros en todo el mundo», añadió.

No faltaron los ataques personales, y en varias ocasiones se acusaron mutuamente de mentir.

Era el séptimo debate presidencial para él desde que se estrenara en 2016, el primero para ella. En el debate anterior, el de junio, el contendiente demócrata era aún Joe Biden, pero su mal desempeño le costó la postulación.

Antes de este martes, Trump y Harris nunca se habían encontrado frente a frente, ni dirigido el uno al otro en directo.

De hecho, la única vez en que habían compartido espacio fue cuando la demócrata, siendo senadora por California, siguió el discurso del Estado de la Unión del entonces presidente desde la galería del Capitolio.

Ahora, en los 90 minutos en los que debatieron, a apenas unos metros el uno del otro, no se alejaron mucho de las previsiones de los expertos.

Economía, migración, aborto

La economía, principal preocupación de la mayoría de estadounidenses, fue el tema que abrió el debate y acaparó buena parte de los intercambios entre los candidatos.

«¿Está la economía mejor que hace cuatro años?», fue la primera pregunta de los moderadores, dirigida a Harris.

La vicepresidenta, presentándose como una persona procedente de una familia de clase media y sin responder a la cuestión, lanzó su primer dardo al expresidente, asegurando que llega con sus «viejas recetas» de «solo rebajas fiscales para los multimillonarios».

El candidato republicano además centró sus esfuerzos en criticar la política de inmigración del presidente Joe Biden y, por extensión, el rol de Harris en ella.

«Soy la única en este escenario que ha procesado a traficantes de personas», contestó con contundencia ella. Y responsabilizó a Trump de bloquear un intento de solucionar la crisis fronteriza, al «matar» un proyecto de ley bipartidista enfocado a ello.

«¿Saben qué pasó? Donald Trump llamó por teléfono a algunas personas en el Congreso y les dijo que se deshicieran del proyecto de ley. ¿Por qué? Porque prefería su candidatura a solucionar un problema».

Uno de los moderadores le preguntó entonces al republicano cómo planea, de ganar las elecciones, llevar a cabo la deportación masiva que ha prometido.

«¿Cómo piensa deportar a 11 millones de indocumentados?», planteó David Muir, quien adquirió un papel activo a lo largo del debate, corrigiendo a Trump y aclarando afirmaciones de este en varias ocasiones.

El republicano volvió entonces a su ya conocido discurso sobre la inmigración, a insistir en la necesidad de cerrar la frontera ante millones de personas procedentes «de todo el mundo» que tratan de cruzarla, de ciudades estadounidenses que ya parecen «Venezuela en esteroides».

«Ella y su partido han destruido este país», zanjó, mientras la vicepresidenta lo miraba fijamente, algo que hizo durante todo el debate.

Por su parte, Harris contraatacó recordando las cuentas pendientes de su contrincante con la justicia, mientras Trump argumentaba que es un intento de los demócratas de usar el sistema judicial contra él para ganar las elecciones.

La vicepresidenta también lo responsabilizó del asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio y lo describió como «débil», alguien «equivocado en temas de seguridad nacional».

Acalorado fue también el intercambio sobre uno de los caballos de batalla de Harris: los derechos reproductivos.

«No estoy a favor de una prohibición [federal del aborto], pero no importa, porque ahora son los estados los que están decidiendo», insistió Trump, después de que se le preguntara que aclarase su postura ante la interrupción del embarazo.

«Todos los expertos juristas querían que los estados retomaran el poder de decidir. Creo en las excepciones: violación, incesto y la vida de la madre», subrayó.

Harris tildó su postura sobre el tema de «inmoral», lo acusó de esparcir «un montón de mentiras, algo que no sorprende a nadie», y prometió codificar el derecho al aborto si es elegida presidenta.

La política exterior, en especial la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra de Israel en Gaza, fue otro de los grandes temas de la noche.

«Si Harris gana, en dos años no existirá Israel», fue una de las frases más llamativas de Trump sobre el primero de los conflictos. «Si por Trump fuera, Putin estaría ahora sentado en Kyiv», dijo Harris sobre el segundo.

“Tenemos visiones diferentes del país. Uno enfocado en el futuro y otro enfocado en el pasado”, cerró su intervención la vicepresidenta.

El expresidente fue el que por sorteo tuvo la última palabra.

«Promete muchas cosas: que hará esto esto, que hará aquello. Todo cosas maravillosas. Pero ¿por qué no ha hecho todas esas cosas? Ha estado allí [como vicepresidenta] durante tres años y medio», zanjó Trump.

Y ambos contendientes abandonaron el plató, sin despedirse.

¿Quién ganó el debate?

Análisis de Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en Norteamérica

En un tenso debate de 90 minutos, Harris enervó con frecuencia al expresidente, incitándolo a defender cuán multitudinarios suelen ser sus mítines, a aclarar su conducta durante el asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio y a abordar el hecho de que una serie de funcionarios que formaron parte de su gobierno hoy son abiertamente críticos con su campaña.

Si los debates se ganan y pierden en función de la habilidad del candidato para centrarse en los temas en los que es más fuerte ante los votantes y para esquivar aquellos en los que es más débil, el de este martes se inclinó con frecuencia a favor de la vicepresidenta.

A medida que la noche avanzaba, Harris puso a Trump una y otra vez a la defensiva, con una serie de golpes ante los que él se vio obligado a responder. Ella lo llamó débil. Dijo que hay líderes extranjeros que se ríen de él. Dijo que la gente abandona sus mítines antes de tiempo por «agotamiento y aburrimiento».

Para muchos estadounidenses, Harris llegaba al debate con varias debilidades, en temas como la inflación, la inmigración o la retirada de Afganistán.

Pero durante la mayor parte, Trump fue incapaz de asestar sus golpes retóricos. Y en los próximos días podría llegar a arrepentirse de la oportunidad perdida.

¿Se traducirá en votos?

No es casualidad que se eligiera Filadelfia para el cara a cara organizado por la cadena ABC. Es la principal ciudad de Pensilvania, el más importante de los llamados estados péndulo.

Debido a cómo está conformado el sistema electoral estadounidense, son estos estados, también llamados visagra, los que acaban dando la victoria en las urnas. Para estas elecciones son también clave Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada y Wisconsin, pero ninguno más que Pensilvania.

Ningún demócrata ha llegado a la Casa Blanca sin ganar en Pensilvania desde 1948.

Los votantes rompieron una racha de seis victorias demócratas en el estado cuando se decantaron por Trump en 2016, aunque en 2020 volvieron a decantarse por el Partido Demócrata y apoyar a Joe Biden.

«Dicen que ‘si ganas en Pensilvania, vas a ganar todo'», proclamó Trump hace unas semanas durante un mitin en Wilkes-Barre, otra ciudad de ese estado.

Ahora habrá que ver si lo ocurrido en la noche de este martes en el National Constitution Center de Filadelfia se traduce en votos, especialmente en los del reducido porcentaje de indecisos (en torno al 8%) que es fundamental para ver de qué lado quedará la balanza.

Mañana hay Debate Presidencial Cunao Hay Empate Técnico

La vicepresidenta demócrata y el expresidente republicano se encontrarán este martes en Filadelfia para protagonizar una contienda pública dirigida a seducir al electorado indeciso que definirá los comicios del 5 de noviembre

Desde Washington, Kamala Harris se encerró en un hotel de Pittsburgh para entrenar su guión de debate presidencial: enfrente un asesor disfrazado de Donald Trump contestaba sus argumentos políticos sobre el valor de la democracia y a la importancia de preservar el derecho al aborto. A 3.500 kilómetros de allí, en su hotel de Las Vegas, Trump utilizó su propia suite para observar -una y otra vez- el discurso de Harris en la Convención Demócrata: buscaba su flanco débil para afilar su réplica política.

Con las encuestas arrojando un empate técnico, Los dos candidatos asumen que el debate presidencial en la cadena ABC será un punto de inflexión en la campaña electoral. Y se preparan para una puja mediática que tiene lógica de suma cero: solo quien gane se llevará cuatro años en el Salón Oval.

Harris y Trump nunca se encontraron. El expresidente republicano descartó una transición ordenada con Joseph Biden -denunció fraude electoral-, y no concurrió a la Casa Blanca para hacer los honores a su sucesor.

Ambos candidatos se tienen inquina personal, y una muestra de ese desagrado mutuo podría ocurrir cuando inicie la confrontación pública: no está claro aún si se darán la mano frente a los millones de estadounidenses que mañana a las 21.00 (hora del este) cenarán mirando un acontecimiento histórico.

La última encuesta publicada por The New York Times muestra a Trump con 48 por ciento de los votos versus el 47 por ciento a favor de Harris. Ese sondeo tiene un error estadístico del tres por ciento, un dato que afirma lo obvio: hay empate técnico entre los dos contendientes.

La estrategia electoral de Harris apunta fortalecer sus niveles de conocimiento público entre los votantes indecisos. Los sondeos propios aseguran que cerca de un 25 por ciento de ese segmento aún no sabe cómo piensa la candidata demócrata, mientras que Trump está en una cifra que ronda el 7 por ciento.

En este contexto, el debate de mañana es clave para Harris. Ella y su equipo definieron un guión que se apoya en sus ideas políticas más que en la confrontación directa contra Trump. Eso no significa que la candidata demócrata rehuya un debate caliente sobre un asunto disruptivo que presente su adversario republicano, como podría ser su genero, su etnia o su religión.

Harris quiere demostrar que puede liderar Estados Unidos con una agenda moderna, que Trump sería incapaz de ejecutar por su edad (78 años) y sus ideas políticas. La candidata demócrata -explicó su entorno a Infobae- desplegaría un discurso con posibles medidas económicas que van más allá del programa que lideró Biden en su mandato.

Desde esta perspectiva, la candidata oficialista tiene un paper que asigna importancia táctica a demostrar que aún es posible construir el denominado sueño americano, una aspiración social que millones de votantes no encontraban en la propuesta de Biden cuando todavía buscaba su reelección electoral.

La encuesta del New York Times exhibe al factor cambio y un mejor futuro como aspiraciones básicas del electorado indeciso: más del 60 por ciento de los encuestados opinaron que el próximo presidente debe modificar la actual coyuntura. Y a continuación, sólo un 25 por ciento coloca en ese rol a Harris, mientras que Trump aparece con un porcentaje del 53 por ciento.

Entonces, Harris tiene tres objetivos a cumplir durante el debate: presentar sus ideas al electorado indeciso que no la conoce, convencer a los independientes que exigen una nueva agenda presidencial, y desnudar las posiciones ideológicas (aborto y impuestos) que definen el discurso de Trump.

Por su parte, Trump estructura el guión de debate sobre la situación económica que deja Biden. El comité de campaña republicano tiene un sondeo propio que muestra a Trump por encima de Harris en un 15 por ciento, cuando se pregunta sobre economía, inflación y empleo.

Y la diferencia entre ambos adversarios crece al momento de consultar sobre la inmigración indocumentada: el expresidente obtiene una diferencia de 21 puntos sobre la vicepresidente, que se encargó del tema con escaso éxito en 2021.

A su vez, se prevé que Trump hará foco en el tablero internacional. Cuestionará la retirada de Estados Unidos desde Afganistán, criticará la estrategia de negociación de Biden respecto al cese del fuego entre Israel y Hamas, y argumentará que la guerra en Ucrania es consecuencia directa de la agenda geopolítica de la administración demócrata.

El candidato republicano también usará la imagen publica de Biden para castigar a Harris. El presidente de los Estados Unidos tiene una imagen negativa promedio de 54,3 por ciento (acorde al sitio Realclearpolitics), y Trump intentará aprovechar este hecho político para erosionar el perfil electoral de Harris.

El debate presidencial tendrá una extensión de 90 minutos con dos cortes publicitarios. Harris y Trump sólo dispondrán de un bolígrafo, un anotador y una botella de agua. No habrá asesores en el estudio de televisión de la cadena ABC, y los periodistas David Muir y Linsey Davis conducirán este hecho histórico. Está previsto para mañana a las 21, hora del este

Biden y Trump Debaten el Jueves

El debate ha sido organizado por las campañas presidenciales de Biden y Trump con la cadena CNN, lo que obvió la costumbre reciente de que el primer encuentro fuera organizado para septiembre por la comisión sin fines de lucro que ha planificado estas discusiones desde las elecciones de 1988.

Una gran diferencia con anteriores debates, además de que no habrá público dentro de los estudios de la cadena de televisión, es que el micrófono del oponente se apagará cuando se le dirija la pregunta a uno de los candidatos de los dos partidos principales de Estados Unidos. Las demás cadenas de televisión han anunciado que retransmitirán en directo el debate.

El copresidente de la campaña de Biden, Mitch Landrieu, dijo el domingo en NBC que el presidente acentuará que Trump –dos veces llevado a un juicio político en el Senado, los que sobrevivió-, llegará al debate como el primer expresidente convicto por delitos graves, relacionados a registros comerciales fraudulentos para ocultar el pago de $130,000 a la actriz de películas para adultos Stormy Daniels, con quien habría tenido relaciones extramaritales.

Michael Tyler, portavoz de la campaña de Biden, indicó además que el debate permitirá hacer contrastes: por un lado, un presidente “que lucha por el pueblo estadounidense” y por el otro “Donald Trump, que subirá al escenario como un delincuente convicto que lucha por sí mismo sin importar cuánto daño inflija al pueblo estadounidense”.

Biden ha estado los últimos días ensayando su presentación en la residencia campestre del presidente de Estados Unidos, en Camp David (Maryland).

Trump ha estado en campaña. El sábado estuvo en Filadelfia, Pensilvania, que puede ser el principal botín entre los estados clave para estas elecciones.

En sus presentaciones, el expresidente ha indicado que el debate permitirá ver a un presidente de Estados Unidos que no está en condiciones para liderar este país. “Sleepy Joe”, dijo Trump que llamará a Biden, al señalar que un voto por el presidente de Estados Unidos significará crisis en las fronteras.

“El primer día, sellaré la frontera, detendré la invasión y enviaré a los ilegales extranjeros de Biden de regreso a casa”, sostuvo Trump en su mensaje del sábado en Filadelfia.

La edad de ambos candidatos está muy presente en esta elección. Las dos campañas han publicado vídeos resaltando momentos de confusión del oponente.

Biden cumplirá 82 años poco después de las elecciones y encuestas han indicado que un sector del electorado mira con preocupación su edad. Pero, Trump, quien acaba de cumplir 78 años, tampoco escapa a esas preocupaciones.

El gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, uno de un puñado de presuntos finalistas para la candidatura republicana a la vicepresidencia, prevé “un buen debate”, aunque consideró que “hay un esfuerzo del equipo de Biden de bajar sus expectativas”.

Por su parte, la gobernadora de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul, indicó también en CNN que quiere ver a Biden “recreando la magia del mensaje sobre el estado de la Unión” de marzo pasado, pues considera que hay diferencias marcadas que favorecen al presidente de Estados Unidos con respecto a la agenda de futuro.

Los demócratas han indicado que Biden, entre otras cosas, debe enfatizar en el debate que el expresidente Trump puede querer promover mayores restricciones al aborto (al cumplirse el lunes dos años de anularse la jurisprudencia de Roe versus Wade), despedir decenas de miles de empleados federales para contratar a sus seguidores y representa una amenaza a la democracia, al no querer reconocer el resultado de elecciones, incitado a la insurrección contra el Congreso del 6 de enero de 2021 y haber admitido que quiere ser “dictador por un día”.

El gobernador Burgum sostuvo que ahora se vive una dictadura, debido a las acciones ejecutivas suscritas por el presidente Biden en asuntos como el ambiente, inmigración y préstamos estudiantiles.

La entrevistadora Kaitlan Collins, sin embargo, recordó al gobernador que los republicanos pidieron acción sobre inmigración y que mientras Trump firmó 220 órdenes ejecutivas como presidente, en tres años y medio Biden ha suscrito 139.

Lo que dicen las encuestas

Biden y Trump llegarán al debate prácticamente empatados en las encuestas a nivel nacional. Según el promedio de sondeos recientes calculado por Real Clear Politics, Trump obtiene 46.1% en la intención de voto de los electores de Estados Unidos, frente al 45.2% de Biden.

El presidente Biden ha avanzado ligeramente en las encuestas desde la convicción de Trump. Pero, el expresidente está al frente en el promedio de encuestas de los seis estados que se considera decidirán las elecciones: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Nevada, Arizona y Georgia.

El debate tiene lugar la misma semana en que se espera que el Tribunal Supremo de Estados Unidos determine si Trump está inmune a cargos criminales por intentar revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020.

Debido a que el debate tiene lugar el jueves en la noche, expertos consideran que es probable que la decisión se divulgue el viernes, cuando el máximo foro judicial estadounidense puede iniciar su receso de verano. Solo en una ocasión reciente, las decisiones finales de una sesión se han extendido a los primeros días de julio.

Trump tiene también la tarea pendiente de seleccionar a su candidato a vicepresidente. Burgum, y los senadores Marco Rubio (Florida) y J.D. Vance (Ohio) son los principales candidatos, según varios medios. Pero, durante el fin de semana se ha insistido que la decisión estará entre Burgum y Vance.

Cuando se le preguntó a Trump este fin de semana, el expresidente dijo que ya decidió quien será su número dos, pero que no se lo ha informado a la persona seleccionada.

Habrá 2 Debates Presidenciales

El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump aceptaron una invitación de CNN para debatir el 27 de junio, un enfrentamiento históricamente temprano en la contienda electoral y que marcará la pauta para los últimos meses de campaña de 2024.

«He recibido y aceptado una invitación de @CNN para un debate el 27 de junio. A tu disposición, Donald. Como dijiste: en cualquier lugar, a cualquier hora», dijo Biden en un post en X.

Trump dijo después a Kaitlan Collins, de CNN: «La respuesta es sí, aceptaré».

Luego ambos dijeron este martes que habían aceptado también una invitación de la cadena ABC para celebrar un segundo debate el 10 de septiembre.

La noticia es el último acontecimiento en una rápida escalada del «tira y afloja» sobre los debates entre los dos rivales políticos. La campaña de Biden pidió anteriormente a Trump que se uniera a él en dos debates presidenciales organizados por organizaciones de noticias e informó formalmente a la Comisión de Debates Presidenciales que el presidente no participaría en sus debates de otoño programados previamente. El expresidente se apresuró a decir que estaba de acuerdo con los debates anteriores y declaró al locutor de radio Hugh Hewitt que aceptaría cualquier moderador.

Hace poco, Biden dijo que estaba feliz de debatir con Trump, aunque no se comprometió sobre el formato de tal debate, diciendo al presentador de radio Howard Stern: «Estoy feliz de debatir con él». En un video en redes sociales y en una carta posterior a la Comisión de Debates Presidenciales, la campaña de Biden expuso sus condiciones propuestas, incluidas posibles fechas de debate en junio y septiembre.

El video de Biden hablando directamente a una cámara publicado la mañana de este miércoles fue un desafío más directo.

«Donald Trump perdió dos debates contra mí en 2020. Desde entonces no se ha presentado a un debate. Ahora actúa como si quisiera debatir conmigo otra vez», dijo Biden en un video directo a la cámara publicado este miércoles.

«Bueno, alégrame el día, amigo, incluso lo haré dos veces. Así que elijamos las fechas, Donald: he oído que estás libre los miércoles», continuó Biden, en alusión al calendario judicial de Trump. En la carta, la campaña de Biden reconocía que el primer debate tendría lugar probablemente después de que concluyera el juicio penal de Trump por suplantación de identidad.

En un post en Truth Social este miércoles, Trump aceptó el calendario revisado: «Estoy listo y dispuesto a debatir con Crooked Joe en los dos momentos propuestos en junio y septiembre», añadiendo que «recomendaría encarecidamente» más de los dos debates propuestos. Un alto asesor de Trump dijo a CNN que están «dispuestos a debatir» con Biden, y que están revisando los términos, pero que están ansiosos por un enfrentamiento en el escenario.

Las conversaciones informales entre las campañas de Biden y Trump sobre los debates han tenido lugar en las últimas semanas y se centraron principalmente en el desdén mutuo por la Comisión de Debates Presidenciales y los posibles escenarios para trabajar en torno a la comisión, tres fuentes familiarizadas con las discusiones dijeron a CNN. The Washington Post fue el primero en informar sobre esas conversaciones.

Según un comunicado de prensa de CNN, el debate se celebrará en los estudios de la cadena en Atlanta, sin público, lo que constituye una anomalía en los debates entre candidatos presidenciales. Los primeros debates presidenciales televisados, entre John F. Kennedy y Richard Nixon en 1960, se celebraron en estudios de televisión sin público presente. Los debates no volvieron a celebrarse hasta las elecciones de 1976, y a partir de entonces tuvieron lugar ante público en directo, al que se ordenó no hacer ruido salvo al principio y al final del debate.

Los moderadores del debate y otros detalles adicionales se darán a conocer más adelante, según el anuncio.

El formato está en línea con una propuesta de la campaña de Biden a la comisión en su carta, que Trump rebatió en su mensaje de Truth Social, diciendo que preferiría, «por motivos de emoción, un lugar muy grande, aunque supuestamente Biden tiene miedo a las multitudes».

«Solo dime cuándo, allí estaré», dijo Trump. «¡¡¡Preparémonos para el Rumble!!!».

Renunciar a los tradicionales debates de otoño
La Comisión de Debates Presidenciales anunció las fechas de tres debates presidenciales el pasado noviembre. El primer debate estaba previsto para el 16 de septiembre en Texas, el segundo el 1 de octubre en Virginia y un tercero el 9 de octubre en Utah.

En la carta de este miércoles, la presidenta de la campaña de Biden, Jen O’Malley Dillon, dijo que la campaña propone un calendario alterado porque las fechas originales están «desfasadas con respecto a los cambios en la estructura de nuestras elecciones y los intereses de los votantes», señalando el calendario de votación anticipada, la forma en que la comisión ha construido los debates como un «espectáculo de entretenimiento» y que la comisión es «incapaz o no está dispuesta» a hacer cumplir las reglas en los debates de 2020.

La campaña también propuso que se celebrara un debate vicepresidencial a finales de julio, después de que el Partido Republicano designara a su candidato para ese puesto.

La decisión de la campaña de Biden de retirarse de los debates organizados por la comisión está en consonancia con una medida adoptada por el Comité Nacional Republicano hace unos dos años. El Comité Nacional Republicano votó por unanimidad retirarse de su participación en la Comisión no partidista sobre Debates Presidenciales, la organización que rige los debates presidenciales de las elecciones generales, alegando parcialidad. Esa retirada ocurrió después de que la entonces presidenta, Ronna McDaniel, presionara durante meses a la comisión para que cambiara diversas prácticas en favor de Trump.

La petición de adelantar el calendario de debates podría considerarse un indicio del deseo de la campaña de involucrar a los votantes en el proceso político lo antes posible. La campaña ha rechazado repetidamente las encuestas negativas afirmando que la mayoría de los estadounidenses no están en sintonía con el proceso electoral hasta mucho antes de las elecciones.

Convocar debates más tempranos también podría ayudar a eliminar a los candidatos de terceros partidos que causarían problemas tanto a Trump como a Biden. Para ser elegidos, los candidatos deben cumplir ciertos criterios relativos al acceso a las urnas, las encuestas y la elegibilidad constitucional. Es casi seguro que Trump y Biden cumplan los requisitos, pero no está claro si candidatos de terceros partidos como Cornel West o Robert F. Kennedy Jr. los cumplirán. La Comisión de Debates Presidenciales no determinará quién es elegible para participar en los debates hasta después del Día del Trabajo.

Un momento crítico de la campaña
Para millones de estadounidenses, los debates representarán el escrutinio más exhaustivo que podrán hacer de cualquiera de los candidatos desde los debates previos a las elecciones de 2020 de hace cuatro años.

La oportunidad de ver cómo se desenvuelven ambos candidatos será crítica para los votantes preocupados por las edades de Biden y Trump; Trump cumple 78 años el 14 de junio, más o menos cuando la campaña propone el primer debate, mientras que Biden cumple 82 en noviembre, después de las elecciones.

Los republicanos llevan meses presionando a Biden para que debata con Trump después de que el presidente ofreciera respuestas poco comprometidas sobre si se celebraría el cara a cara. Biden había condicionado previamente los debates con su predecesor, diciendo a los periodistas: «Depende de su comportamiento», pero declinando dar más detalles.

El equipo de Trump está ansioso por llevar al ex presidente al escenario del debate lo antes posible por varias razones, según dijo a CNN el mes pasado una fuente familiarizada con las conversaciones. La campaña de Trump pidió en abril a la Comisión de Debates Presidenciales que los debates de las elecciones generales de este año tuvieran lugar «mucho antes». La fuente citó que los debates estaban programados para celebrarse después de que comenzara la votación anticipada en algunas zonas, y quieren que Trump pueda llegar a los votantes antes de que tomen una decisión.

En Debate Republicano Atacan a Trump

Los rivales de Donald Trump lo atacaron en reiteradas oportunidades el miércoles durante el segundo debate entre aspirantes a la nominación presidencial del Partido Republicano, en el que arremetieron contra el expresidente por ausentarse del evento mientras tratan de reducir la ventaja que éste lleva de cara a las elecciones primarias.
Trump, en cambio, viajó a Michigan en un intento de sacar provecho a la huelga del sindicato United Auto Workers y de atraer a los obreros sindicalizados en un estado crucial que podría ayudar a decidir la elección general. Sus competidores, mientras tanto, se negaron a participar en un juego propuesto por los moderadores en la Biblioteca Ronald Reagan al estilo de los reality show, eligiendo a quién descartarían de la pugna o votarían “fuera de la isla”.

El tono del debate estuvo muy alejado de una campaña marcada por los ataques de Trump contra sus rivales y las instituciones democráticas, así como por sus quejas por una serie de procesos penales y civiles contra su persona y sus negocios. Los moderadores no preguntaron por los cargos contra Trump ni por qué las personas en el escenario estaban más cualificadas que Trump, y en su lugar plantearon temas como educación, política económica y la frontera entre México y Estados Unidos.

Los candidatos criticaron a menudo a Trump por iniciativa propia en un intento de distinguirse en un momento crítico cuando apenas quedan cuatro meses para que las asambleas partidarias de Iowa den inicio formal al proceso de nominación presidencial. Trump se ha mantenido como favorito pese a una larga serie de vulnerabilidades, como cuatro acusaciones penales que incluyen la posibilidad de pasar décadas en prisión.

“Debería estar en este escenario esta noche”, dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien intenta establecerse como la principal alternativa a Trump a pesar de sus recientes problemas para distanciarse del resto de los aspirantes. “Les debe una explicación del por qué se añadieron 7,8 billones de dólares a la deuda. Eso abrió la puerta a la inflación que tenemos actualmente”.

Varios de los presentes en el escenario criticaron a Trump por su ausencia, a diferencia del primer debate, al que el expresidente tampoco asistió. Apenas unos minutos después del inicio del evento, DeSantis dijo que el presidente Joe Biden estaba “completamente desaparecido del liderazgo. ¿Y saben quién también está desaparecido? Donald Trump está perdido”.

El exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, quien ha basado su campaña en las críticas a Trump, dijo que el exmandatario “se oculta detrás de los muros de sus clubes de golf y no se presenta aquí a responder preguntas, como el resto de nosotros que estamos aquí para dar la cara”.

Incluso Vivek Ramaswamy, un empresario que ha descrito a Trump como “el mejor presidente del siglo XXI”, marcó distancias y dijo que él era su sucesor natural.

“Sí, respetaré a Donald Trump y su legado porque es lo correcto”, dijo. “Pero uniremos a este país para llevar al siguiente nivel el proyecto Estados Unidos Primero. Y será otra generación quien lo haga”.

Trump ofreció un prolongado discurso en Detroit que continuó después del inicio del debate. El público abucheó cuando dijo que “estamos compitiendo con los candidatos al puesto”, y se burló de ellos por no atraer a multitudes tan grandes como él.

Incluso horas antes del inicio del evento en Simi Valley, unos 64 kilómetros (40 millas) al noroeste del centro de Los Ángeles, los primeros simpatizantes en aparecer llegaron ondeando banderas de Trump y colocaron una pancarta con la leyenda: “Trump, nuestra última esperanza para Estados Unidos y el mundo”.

Sus rivales parecieron sentir su dominio de la campaña el miércoles e hicieron todo lo que pudieron para cambiar el rumbo de los acontecimientos.

“Donald, sé que estás viendo. No lo puedes evitar”, dijo Christie. “Estás evadiendo estas cosas”.

El exvicepresidente Mike Pence se refirió de forma desdeñosa a Trump como “mi excompañero de fórmula”.

Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante Naciones Unidas, atrajo grandes multitudes y nuevo interés después de su desempeño en el primer debate. Tal como lo hizo en Milwaukee, intentó buscar una pelea con Ramaswamy por su uso de TikTok, una plataforma de redes sociales de propiedad china a la que muchos republicanos tachan de posible herramienta de espionaje de Beijing.

“Sinceramente, cada vez que te escucho me siento un poco más tonta por lo que dices”, declaró Haley.

Tras un primer debate en el que atacó a sus rivales y los tachó de “comprados y pagados”, Ramaswamy intentó mostrar un lado más amable cuando Haley y otros le criticaron. Tras los ataques de Haley sobre su uso de TikTok, respondió que “creo que estaríamos mejor servidos como Partido Republicano si no nos ponemos a lanzar insultos personales”.

La noche concluyó cuando los moderadores señalaron que era improbable que un frente dividido pudiera detener a Trump, pero a continuación pidieron a los candidatos que dijeran a quién votarían para salir de la isla, una aparente referencia al reality show “Survivor”. El juego no avanzó mucho una vez DeSantis dijo que era insultante.

La ubicación del debate era relevante, dado que Reagan es un símbolo republicano cuyas palabras y momentos decisivos aún influyen en la política del partido a día de hoy.

Pero Trump ha transformado el partido y lo ha alejado de Reagan. En su mayoría, los participantes del segundo debate fueron respetuosos con lo que defendía Reagan, pero tampoco se distanciaron mucho de las posiciones políticas fundamentales de Trump.

Los demócratas, por su parte, alegaron que el debate no importaba. Biden estaba en California en ese momento, en un acto de recaudación de campaña en la zona de San Francisco para su campaña de reelección, que por el momento parece que repetirá el duelo con Trump.

El gobernador de California, Gavin Newsom, estaba en Simi Valley en representación de la campaña de Biden y haciendo declaraciones sobre el debate, que calificó como una competencia menor.

Callarán a Trump en Debate

Los cambios anunciados este lunes por la noche permitirán que cada candidato hable por dos minutos sin interrupciones mientras responden preguntas de la moderadora. Eso significa que quien no esté hablando tendrá el micrófono en mute durante algunas partes del encuentro.

Al presidente, Donald Trump, y al candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, se les silenciará el micrófono durante el último debate presidencial este jueves mientras sea el turno de su oponente de responder a la preguntas de los moderadores, según lo anunció este lunes la Comisión de Debates Presidenciales en un comunicado.

Ambos micrófonos estarán encendidos durante los segmentos de discusión abierta del debate.

El único debate en el que han participado Trump y Biden, el mes pasado, se vio empañado por las frecuentes interrupciones del candidato republicano, lo que provocó que se pidiera que para el próximo encuentro el moderador del debate tuviera la capacidad de silenciar el micrófono de cada candidato mientras hablaba su oponente.

En el comunicado, la Comisión señaló que “ha determinado que es apropiado implementar medidas con el objetivo de promover el cumplimiento de las reglas acordadas e inapropiado hacer cambios a esas reglas”.

El debate de 90 minutos se dividirá en seis segmentos de 15 minutos, y cada candidato tendrá dos minutos para comentar de manera ininterrumpida antes de proceder a un debate abierto.

Aunque el segmento de discusión abierta del debate no contará con un botón silenciador, las interrupciones de cualquiera de los candidatos serán descontadas de su tiempo restante.

La campaña de reelección del presidente dijo después del anuncio de las nuevas reglas que Trump sí participará en el último debate, luego de que el segundo se cancelara cuando el mandatario no quiso acatar la regla de debatir de manera virtual, tras cu contagio de COVID-19.

“El presidente Trump está comprometido a debatir con Joe Biden independientemente de los cambios de última hora en las reglas de la parcializada Comisión en su último intento de proporcionar ventaja a su candidato favorito», dijo la campaña en un comunicado. Y se quejó de que los temas a tratar el jueves (la pandemia, el racismo, el cambio climático y otros) no incluirán la política exterior, un área en la que Trump asegura haber hecho grandes logros durante los últimos cuatro años.

La Comisión de Debates Presidenciales es un organismo sin afiliación política.

La presentadora Kristen Welker de NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo, será la moderadora en el encuentro del jueves en la Universidad de Belmont en Nashville, Tennessee.

El debate está programado para las 9:00 pm (hora del este).

Debate Demócrata en Houston

Los 10 candidatos demócratas que aspiran a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de 2020 se darán cita en Houston, Texas, en el debate organizado por Univision Noticias y la cadena ABC. Los aspirantes se enfrentarán a las preguntas de Jorge Ramos, George Stephanopoulos, David Muir y Linsey Davis.

Poco a poco el panorama entre los demócratas se va despejando. De los más de 20 candidatos que aspiraban a ser el elegido para intentar llegar a la Casa Blanca en 2020, el próximo jueves ya solo quedarán 10 que han cumplido con los requisitos para poder estar en el escenario del próximo debate, que se celebrará en Houston, Texas

Este jueves se realizará el tercer debate demócrata en Houston, Texas. En el escenario habrá 10 candidatos buscando su oportunidad para afianzar su ventaja en las encuestas o destacar y subir en los sondeos.

Pero, ¿por qué los demócratas viajan al estado de la estrella solitaria? Texas sigue siendo un enclave republicano, con los principales cargos locales en manos de los conservadores, pero, a su vez, el estado le dio dos escaños más a los demócratas en el Congreso federal en las elecciones de mitad de período de 2018. Además, están a nueve puestos de teñir de azul la mayoría en la Cámara de Representantes estatal de 150 miembros.

El Debate fue Para Darse

Aunque obviamente los latinos vemos a una clara ganadora en el debate del pasado domingo, para la gran mayoría de los americanos también. Y lo que todo mundo está comentando es que se dieron con todo y no se dedicaron a debatir sino a pelear. Y así empezó, ni siquiera se saludaron.
Esta vez no hubo propuestas, solamente indirectas y directas, es decir, hubo solamente críticas. Trump llamó a Clinton «el diablo», le dijo que si es elegido nombraría un fiscal especial y «que la mandaría a la cárcel», y afirmó que Clinton tiene un «tremendo odio en su corazón». Y Clinton le reviró: «Que bueno que alguien con el temperamento de Donald Trump no es responsable de la ley en nuestro país».
Hillary Clinton a final de cuentas le perdonó la vida y lo dejó vivir porque tuvo muchas oportunidades, pero básicamente le perdonó la vida y Trump sobrevivió, atacó, evadió y disminuyó los ataques que ha recibido últimamente sobre como trata a las mujeres.
Según una encuesta de la cadena de televisión por cable CNN, Clinton ganó el debate -por un 57% frente a un 34% que opinó que había ganado Trump-. Pero el 63% de los espectadores dijo que Trump lo había hecho mejor de lo que esperaba.
Lo que llama mucho la atención, es que en La última pregunta del debate fue también realizada por un integrante del público y resultó de lo más inusual: «¿Podrían decir algo bueno el uno del otro?», a lo que Clinton comenzó con su respuesta: «Respeto a sus hijos, son muy capaces y devotos, y eso dice mucho de Donald», «No estoy de acuerdo con casi nada de lo que hace o dice, pero respeto eso», por su parte, Trump elogió que Clinton «no abandona, no se rinde. Es una luchadora», «No estoy de acuerdo con eso por lo que ella pelea, no estoy de acuerdo con sus decisiones, pero es una luchadora».
No fue una victoria para Trump, pero evitó un colapso total.