Estados Unidos Envía Tropas a la Frontera

El Pentágono informó el domingo que enviará 3,750 soldados más a la frontera entre Estados Unidos y México a fin de colocar otros 240 kilómetros (150 millas) de alambre de navajas sobre el lado norteamericano y proporcionar más apoyo a la patrulla fronteriza.

Con estas incorporaciones, el número total de soldados en servicio activo en la frontera sur ascenderá a 4,350, en apoyo a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus iniciales en inglés).

El anuncio es acorde con lo que el secretario de Defensa en funciones, Pat Shanahan, anunció el martes, cuando proporcionó cálculos para la próxima fase de una misión militar que ha crecido en tamaño y duración. Los críticos se han burlado de ella diciendo que solo es una estratagema política de la Casa Blanca, mientras el presidente Donald Trump busca que el Congreso le apruebe miles de millones para construir un muro fronterizo.

Shanahan dijo el martes que se enviarán varios miles de soldados más a la zona, principalmente para instalar barreras de alambre adicionales y proporcionar un nuevo sistema de vigilancia móvil y de monitoreo de la zona fronteriza. El anuncio del domingo precisó que la misión de vigilancia móvil duraría hasta el 30 de septiembre.

Algunos congresistas han cuestionado que la misión fronteriza esté distrayendo a las tropas de su trabajo principal, de combatir a los extremistas en el exterior y de entrenarse para el combate. Los primeros soldados en servicio activo fueron enviados a la frontera alrededor del 30 de octubre para una misión que debía terminar el 15 de diciembre. Desde entonces se ha prorrogado dos veces.

Trump Visita Frontera con México

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llevará el jueves la batalla por el cierre parcial del gobierno a la frontera con México en un intento por reforzar su caso sobre la necesidad de levantar un muro en la zona luego de que las negociaciones con los demócratas estallaron por sus exigencias de financiamiento.

Trump abandonó el miércoles su reunión con los líderes del Congreso (y poco después tuiteó “Les dije adiós”) y los esfuerzos para reactivar el ejecutivo quedaron en una situación incierta. Cientos de miles de trabajadores federales no cobrarán sus nóminas el viernes.

En su viaje a McAllen, Texas, del jueves, el mandatario visitará una comisaría de la patrulla de fronteras para participar en una mesa redonda sobre inmigración y seguridad fronteriza, y asistirá a una reunión informativa sobre seguridad en la zona. Pero Trump ha expresado sus propias dudas acerca de que esta aparición y sus declaraciones vayan a cambiar las cosas, mientras reitera su pedido de 5.700 millones de dólares para un muro que ha sido su promesa estrella desde la campaña.

Las fallidas conversaciones generaron especulaciones sobre si Trump declararía una emergencia nacional e intentaría autorizar el muro por su cuenta si el Congreso no aprueba la partida económica que reclama.

“Creo que podríamos llegar a un acuerdo, y si no, yo podría ir por ese camino”, señaló.
Según los republicanos, Trump le planteó una pregunta directa a la presidenta de la cámara baja, Nancy Pelosi: Si él reactiva el gobierno, ¿ella le financiaría el muro? Pelosi dijo que no.

Trump dio un manotazo en la mesa, apuntó el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer. De acuerdo con la versión de su partido, el presidente, que repartió caramelos al inicio del encuentro, no levantó la voz ni golpeó la mesa.

Un resultado está claro: el cierre parcial del gobierno entró en un nuevo territorio sin un desenlace a la vista. Los demócratas ven la idea de construir un largo e impenetrable muro como inefectiva e incluso inmoral. Trump considera que es absolutamente necesario para frenar lo que califica como una crisis de inmigración ilegal y tráfico de drogas y de personas en la frontera.

Trump Mantiene Cerrado el Gobierno el Tercero más largo en su Historia

En una disputa de poderes entre los poderes Legislativo y Ejecutivo, es posible que el cierre del gobierno llegue a su tercera semanaLos cierres gubernamentales normalmente finalizan cuando una o ambas partes en la disputa comienzan a sentir un dolor político intolerableTrump pide 5.000 millones de dólares para el muro fronterizo y la Cámara le aprueba 1.500, pero no para el muro, que según Trump pagaría México

Donald Trump amenaza con salir del callejón sin salida que tiene por el cierre del gobierno ejerciendo su poder presidencial para declarar una emergencia nacional y eludir al Congreso y así construir su muro fronterizo.

La estratagema de Trump surge cuando la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se prepara para presionar políticamente al Partido Republicano esta semana con un proyecto de ley para abrir oficinas cerradas y demostrar que los demócratas pueden proporcionar un gobierno creíble.

Pero como el Senado liderado por republicanos solo cumplirá con un acuerdo que firme Trump, los partidos seguirán tan distanciados como antes, y el cierre va hacia una tercera semana sin pagarles a cientos de miles de trabajadores del gobierno.

«Estamos ante una emergencia nacional porque tenemos una emergencia nacional; basta con leer los documentos», les dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca el domingo.

La amenaza de Trump es una medida característica de un presidente que a menudo trata de escapar de una crisis provocando una controversia aún mayor, con la esperanza de desequilibrar a sus enemigos y disfrazar su propia posición vulnerable.

Pero una declaración de este tipo podría encender una tormenta política y legal si sigue adelante, escalando el amargo enfrentamiento por el muro fronterizo y sus políticas de inmigración de línea dura en un duelo constitucional por el poder ejecutivo.

Conversaciones en las que participaron el personal del Congreso y fueron dirigidas por el vicepresidente Mike Pence, no lograron avances significativos para poner fin al enfrentamiento. Trump está exigiendo más de 5.000 millones de dólares en financiamiento para el muro antes de aceptar la reapertura del gobierno. Los demócratas le han ofrecido cerca de 1.500 millones de dólares para la seguridad fronteriza, pero ningún dinero de los contribuyentes para el muro, que el presidente prometió que pagaría México.

Ambas partes parecen estar profundizando en un enfrentamiento que se agrava porque es la primera prueba de voluntades en la nueva era de gobierno dividido después de que los demócratas tomaron el control de la Cámara de Representantes la semana pasada.

«No hay ningún requisito de que se cierre este gobierno mientras deliberamos sobre el futuro de cualquier barrera, ya sea una valla o un muro», dijo Dick Cézquez, del Partido Demócrata del Senado, en «Face the Nation» de CBS. «Este es el primer presidente de la historia que cierra su propio gobierno», dijo.

Una fuente en la reunión del domingo en la que estuvo Pence, empleados de la Casa Blanca y asesores del Congreso, le dijeron a Manu Raju de CNN que no había una verdadera discusión sobre un monto en dólares que pudiera ayudar a resolver el estancamiento.

Y una fuente demócrata familiarizada con las conversaciones dijo que el gobierno no podía dar una explicación completa de cómo Trump gastaría sus miles de millones de dólares según lo solicitado.

Un asistente de liderazgo republicano dijo: «A los demócratas se les dio lo que pidieron, que era una lista detallada de las propuestas del gobierno para la seguridad fronteriza que incluyen el muro y otras medidas de protección fronteriza».

Los cierres gubernamentales normalmente finalizan cuando una o ambas partes en la disputa comienzan a sentir un dolor político intolerable y se toman medidas para ponerle fin. Hasta ahora, no se ha llegado a ese punto en el enfrentamiento actual.

El presidente, que ha hecho pocos intentos por ampliar su apoyo en el cargo, parece temer la reacción de los medios conservadores y su propia base, que está apasionadamente a favor de su promesa de construir un muro.

El presidente puede ser menos vulnerable a la ira en el terreno político de Estados Unidos que la mayoría de los presidentes, ya que los efectos devastadores de la falta de pagos, de parques nacionales cerrados y de la reducción de los servicios gubernamentales comienzan a aumentar.

Trump tampoco parece estar tan preocupado por la difícil situación de los trabajadores del gobierno, de los cuales, alguna vez dijo que en su mayoría eran demócratas.

En una conferencia de prensa el viernes, el Presidente sugirió, sin pruebas, que muchos trabajadores del gobierno quieren que el gobierno permanezca cerrado hasta que reciba el dinero del muro.

Los demócratas aún no han sentido una razón de peso para finalizar el cierre del gobierno. Pocos quieren que su nueva mayoría en la Cámara de Representantes comience por darle una victoria a Trump, y dado que Trump dijo antes de Navidad que se sentiría orgulloso de cerrar el gobierno, creen que se le echará la culpa.

Pero cuanto más dure el cierre, debe haber cierto peligro de que los demócratas sean vistos simplemente como otro ejemplo de disfunción en Washington, que daña sus esperanzas de un rápido comienzo en la Cámara.

Teniendo en cuenta la volubilidad de Trump, no siempre es fácil juzgar si sus amenazas —como declarar una emergencia nacional para financiar el muro— son tácticas de negociación, tácticas serias o simplemente ideas que ocurren de forma imprevista.

Pero un audaz reclamo de poder presidencial estaría en línea con su tendencia a poner a prueba los límites de su autoridad ejecutiva y su impaciencia con las limitaciones constitucionales.

La opinión en Washington está dividida sobre si Trump en realidad tiene el poder de ir por su propia cuenta por el muro, a pesar de la oposición en el Congreso.

«Si Harry Truman no pudo nacionalizar la industria siderúrgica en tiempos de guerra, este presidente no tiene la facultad de declarar una emergencia y construir un muro multimillonario en la frontera. Así que es imposible», dijo Schiff.

Pero al Representante Adam Smith, presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, se le preguntó si Trump tenía esa autoridad en «This Week» en ABC.

«Lamentablemente, la respuesta es afirmativa», dijo con la convicción de que Trump podría declarar una emergencia para utilizar los dólares del Departamento de Defensa en un proyecto de construcción como se hizo en Afganistán e Irak.

Pero Smith también advirtió: «Creo que el presidente estaría abierto a la impugnación judicial diciendo ‘¿Dónde está la emergencia?'».

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, fracasó cuando fue cuestionada el domingo por Fox News acerca de que 4.000 terroristas conocidos o sospechosos habían ingresado a Estados Unidos y que el punto de acceso más vulnerable era el sur frontera.

De hecho, según el Departamento de Seguridad Nacional, la cifra representa personas bloqueadas para viajar o entrar a Estados Unidos, a menudo en aeropuertos y que no necesariamente se dirigen a la frontera sur.

Si Trump cumple con su amenaza de declarar una emergencia nacional, estaría en un terreno disputado.

Podría argumentarse que busca utilizar el poder ejecutivo sin control para subvertir una rama gubernamental equivalente que lo ha frustrado al llevar a cabo una cruzada política personal.

Y nuevamente sería acusado de usar el servicio militar para sus propios fines, como lo fue cuando envió tropas a la región fronteriza el año pasado.

Las leyes estadounidenses otorgan al presidente la autoridad en momentos de emergencia nacional para aplazar los planes de construcción del Ejército que no son esenciales para la defensa nacional y aplicar los recursos a proyectos de obras civiles que cumplan esa prueba.

Pero, por lo general, ese poder se limita a tiempos de guerra o crisis nacionales genuinas. Es probable que la declaración de Trump enfrente una impugnación judicial debido a que la situación en la frontera no satisface esa súbita contingencia. La judicatura y el Congreso también tienen derecho a impugnar la definición de emergencia nacional de un presidente.

Tal jugada de poder también vendría en un momento en que ya hay preocupaciones sobre el liderazgo impulsivo del presidente.

Las limitaciones de Trump se ven debilitadas por la salida de influencias moderadoras en su gobierno, como el exsecretario de Defensa James Mattis.

Actualmente Trump tiene en su gobierno a un secretario de defensa interino, un fiscal general interino, un jefe de personal interino de la Casa Blanca y una asesoría legal de la Casa Blanca que no tiene suficiente personal.

Es posible que estos asistentes no tengan la autoridad o el deseo de cuestionar la legalidad o sabiduría de las acciones del presidente.

Congresistas Exigen Investigación en Torno a la Muerte de Niña Guatemalteca

Un grupo de congresistas de la bancada hispana ha visitado este martes la frontera estadounidense en Nuevo México, donde fue atendida la niña guatemalteca, de 7 años, fallecida el pasado 8 de diciembre bajo custodia de la Patrula Fronteriza, y aseguran que existieron «fallos sistemáticos muy perturbadores». Así, exigen una investigación independiente sobre la atención que recibió Jakelin Caal.

«Hoy nos enteramos de que hubo algunos fallos sistemáticos muy perturbadores en la forma en que se manejó la condición de la niña», afirma el congresista por Texas Joaquín Castro, presidente electo del Comité Hispano del Congreso, tras visitar el puerto de entrada de Antelope Wells y la Estación de Patrulla Fronteriza de Lordsburg, en Nuevo México. «El problema comenzó cuando CBP violó la ley y no notificó al Congreso dentro de las 24 horas que Jakelin había muerto bajo su custodia», señala.

La niña y su padre viajaban con un grupo de 163 personas que fue detenido el pasado 6 de diciembre cerca del puerto de entrada de Antelope Wells, en el estado de Nuevo México, en medio del desierto. Les llevaron en autobuses a la estación más próxima de la Patrulla Fronteriza, la de Lordsburg, a unos 90 minutos. El padre firmó un formulario donde indicaba que estaba en buen estado de salud. Sin embargo, oficiales de inmigración indican que el padre les dijo que la niña estaba enferma y que vomitaba mientras eran trasladados en autobús. Cuando llegó a su destino, ya no respiraba.

Para entonces, según el comunicado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés), la temperatura de Jakelin alcanzó los 40,9 grados Celsius (105,7 Fahrenheit). Los médicos de emergencias tuvieron que reanimarla antes de ser llevada vía aérea a un hospital en El Paso, Texas, donde murió al día siguiente. Funcionarios del gobierno federal señalaron que Jakelin no había comido ni tomado agua durante varios días, algo que disputan los abogados de la familia.

Castro cuenta que sostuvo una conversación con el Comisionado Kevin K. McAleenan, jefe de CBP, quien admitió que la agencia violó la ley federal. «Basándome en mis conversaciones con él, sobre la base de su conducta, creo que debería renunciar. Creo que ese sería el mejor curso de acción en este momento», dijo Castro en un comunicado del Caucus Congresional Hispano.

«En esa conversación inicial también descubrí que había otros hechos perturbadores. En el viaje en autobús de 94 millas, donde (la niña) comenzó a presentar síntomas graves de falla física, no había nadie que pudiera ofrecerle ningún tipo de ayuda médica, no cuentan con personal entrenado médicamente», explica. El demócrata dijo que los legisladores necesitan ver cómo están equipadas las estaciones de la Patrulla Fronteriza para proteger la salud y la seguridad de los migrantes.

Los miembros de la comitiva que visitaron las instalaciones, entre ellos el congresista Ben Ray Luján y la congresista electa Xochitl Torres Small, han exigido una investigación independiente de la muerte de la niña.

El congresista de California Raúl Ruiz, quien es médico de emergencias, dijo que la niña que murió mientras estaba bajo la custodia de los funcionarios de la frontera debió mostrar signos que alertaran a los agentes a brindarle atención médica. «Si la niña no había comido y vomitó durante varios días debió presentar síntomas en el departamento de emergencias o en cualquier otro lugar», dice.

«Un examen físico superficial hubiera determinado si el pulso es alto o la fiebre; cualquiera que esté deshidratado se ve realmente enfermo, tal vez se podrían haber pedido una evacuación aeromédica y ella podría haber sobrevivido», apunta Ruíz. “No podemos perder la humanidad en el proceso de velar y procesar nuestras leyes”, subraya

El congresista Ray Lujan denunció por su parte que las instalaciones que visitaron no cuentan con agua corriente, solo tienen dos retretes portátile, no existe un área para bañarse, y la comida se reduce a barras de granola, cajas de jugo pequeñas y «burritos» congelados. «Y lo que describiría como celdas de retención inhumanas, donde vimos a niños con adultos en instalaciones superpobladas, con un baño compartido, completamente abierto», detalla.

La CBP ha señalado el martes en un comunicado que “revisará el incidente operacionalmente para aprender de esta tragedia”. El inspector general de la agencia matriz de la CBP, el Departamento de Seguridad Nacional, ya había anunciado una investigación sobre la muerte de la menor.

También el martes, las autoridades guatemaltecas informaron que se concluyeron los trámites necesarios para repatriar el cadáver de Caal. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Marta Larra dijo que prevén que los restos lleguen a Guatemala el jueves y luego sean trasladados a su pueblo natal, San Antonio Secortez.

Más de 1,000 Migrantes de la Caravana han Cruzado la Frontera

De los 6,000 migrantes que llegaron a Tijuana, apenas unos 1,000 lograron ingresar a territorio estadounidense.

Unos 1,100 personas de la caravana de migrantes centroamericanos «podrían haber cruzado hacia Estados Unidos», de acuerdo con las estimaciones del Gobierno mexicano.

En una conferencia de prensa, la Secretaría de Gobernación (Segob) de México informó que, de los miles de migrantes que a lo largo de las últimas semanas ingresaron al país como parte de distintos contingentes, alrededor de 6,000 llegaron a la ciudad fronteriza de Tijuana y unos 1,200 a Mexicali, en el estado de Baja California.

El responsable de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), Andrés Ramírez, señaló que las cifras «no son exactas», pero que «se está avanzando en un censo para tener una cifra más precisa».

De acuerdo con lo que las autoridades federales han «conversado con distintas instancias», en el albergue El Barretal, el más grande habilitado en Tijuana, hay unas 2,500 personas, y otras 300 están a las afueras del Benito Juárez.

Además, hay 1,100 personas «que podrían haber cruzado hacia Estados Unidos» y un número similar que se acogió al «retorno asistido», es decir, que regresaron a sus países, con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

De todas estas personas -la mayoría de ellas de nacionalidad hondureña- hubo un «número significativo» que solicitó la condición de refugiado en México.

Ramírez afirmó que hay unas 3,000 personas que han iniciado el trámite para ello, desde que comenzaron a entrar en el país el pasado 19 de octubre por el estado de Chiapas, en la frontera sur. 571 de estas solicitudes se han tramitado en las ciudades de Tijuana y Mexicali.

El coordinador nacional de Protección Civil, David León, aseguró que hasta el momento hay aproximadamente 400 migrantes centroamericanos que «se han insertado en la dinámica económica» de las ciudades fronterizas, o han migrado a otras.

Se han instalado, de la mano de las autoridades municipales y estatales, ferias de empleo en los diferentes puntos donde están albergados los migrantes.

Hay «aproximadamente 15,000 vacantes (laborales) que no se encuentran cubiertas por mexicanos» y que podrían ser ocupadas por los centroamericanos, subrayó el titular de Protección Civil.

Migrantes por Donde Pueden Cruzan

+ Por arriba o por debajo del muro, los migrantes entran a EE.UU. en forma de tráfico “hormiga”

+ Frente a la lentitud del procedimiento oficial, algunos optan por cruzar y entregarse a las autoridades migratorias.

+ Cuando llega la noche, los miembros de la caravana migrante, actualmente en Tijuana, buscan maneras de atravesar el muro fronterizo para entrar a EE.UU.. / AFP

Un flujo consistente de migrantes centroamericanos ha estado encontrando maneras de treparse por el muro fronterizo en Estados Unidos, como así también pasar por debajo o colarse por entre sus rendijas, para así plantar los pies en suelo estadounidense, y pedir asilo. Son parte de la caravana de migrantes que llegó a Tijuana a fines de noviembre, y están a la espera de que se resuelva su situación en México.

En las últimas semanas, el hondureño Joel Méndez alimentó a su hijo de 8 meses, Daniel, antes de pasárselo a su compañera, Yesenia Martínez, que se había arrastrado por un hueco en el suelo bajo el muro, el cual había sido aflojado por las lluvias.

Un grupo de jóvenes se subieron sobre el muro en San Ysidro, California, con esperanzas de conseguir el pasaje a una vida mejor. Un migrante ofreció ayuda a otros para bajarse a suelo estadounidense.

Todos ellos buscaban evitarse la larga espera oficial en el lado mexicano para presentar una solicitud de asilo. En lugar de eso, prefirieron cruzar el muro y entregarse a los agentes fronterizos estadounidenses.

La semana pasada, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza dijo que el sector de San Diego había experimentado un «ligero aumento» en el número de familias que ingresaban ilegalmente a Estados Unidos con el objeto de pedir asilo.

La espera en Tijuana se alarga

Desde la llegada de la caravana migrante a Tijuana, a fines de noviembre, la rutina de la ciudad se ha visto trastocada por la llegada de alrededor de más de 6000 migrantes centroamericanos, quienes habían partido desde Honduras a principios de octubre. Esto es una fuente de tensión en la ciudad, y muchos residentes han salido a protestar por la llegada masiva de migrantes.

Actualmente, miles de ellos están viviendo en atestados campamentos improvisados en Tijuana tras una dura y larga travesía desde Centroamérica hasta la frontera de Estados Unidos. Luego de que a poco tiempo de llegar, se diera un enfrentamiento entre migrantes y fuerzas de seguridad, los recién llegados optaron por tratar de amoldarse al país, y muchos decidieron establecer nuevas vidas en México: solicitaron permisos de trabajo, y consiguieron empleos en fábricas locales, esperando mientras el gobierno estadounidense procesa unas 100 solicitudes de asilo diariamente en el cruce de San Ysidro, el más atareado de la frontera.

Pero por boca de otros, algunos se han dado cuenta de que pueden simplemente cruzar la frontera, sin que las autoridades mexicanas opongan mucha resistencia. En grupos de a dos o de a tres -en algunos casos, han llegado a ser una decena- llegan al muro fronterizo y se las arreglan para pasar al otro lado. A menudo en unos pocos minutos, los agentes fronterizos llegan al sitio para llevarlos a centros de detención y comienzan a entrevistarlos respecto a la existencia de un «temor creíble» de que les suceda algo en su país de origen, una razón que les permitiría solicitar asilo en EE.UU..

México le pide a EE.UU. que investigue el uso de gases lacrimógenos contra migrantes en la frontera
A lo largo de dos noches la semana pasada, periodistas de Associated Press vieron a más de una decena de migrantes arriesgarse para realizar ese cruce.

Una mujer que llevaba un rosario de cuentas azules esperaba con sus hijos para ver por dónde podían cruzar. Un migrante salvadoreño se ocultaba mientras cavaba un hoyo en la arena bajo el muro. En la oscuridad de la noche, se podía ver a migrantes caminando cuesta arriba en territorio estadounidense hacia los agentes que esperaban para detenerlos.

El Nuevo Gobierno Mexicano Acepta a Migrantes de la Caravana

Mientras México se debate sobre qué hacer con la caravana de más de 5,000 centroamericanos que acampan al aire libre en un complejo deportivo en la ciudad fronteriza de Tijuana, el gobierno del presidente electo Andrés Manuel Lopez Obrador indicó el martes que estaría dispuesto a albergar a los migrantes en suelo mexicano mientras tramitan su solicitud de asilo ante Estados Unidos, una exigencia crucial del mandatario estadounidense Donald Trump.

Marcelo Ebrard, quien ha sido designado como futuro secretario de Relaciones Exteriores de México, propuso que el gobierno de Trump también contribuya a proyectos de desarrollo que generen empleos en América Central a fin de contener la ola de migrantes procedentes de una región sumida en la pobreza, y señaló que una cifra apropiada sería de por lo menos 20,000 millones de dólares.

“Nosotros no podemos determinar, para un país, el ritmo en el cual son entrevistados” los migrantes por las autoridades estadounidenses, declaró Ebrard en conferencia de prensa en la Ciudad de México. Inspectores fronterizos estadounidenses dan trámite a menos de 100 solicitudes de asilo al día en el principal cruce fronterizo de Tijuana a San Diego, lo que causa una acumulación y retraso de miles de peticiones.

“Entonces, ¿qué hay qué hacer?”, preguntó Ebrard. “Pues prepararse para asumir que van a estar una parte de ellos en territorio mexicano en esa zona durante los próximos meses”.

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“Hay que apoyarlos, a los autoridades municipales” en lo que respecta al alojamiento y alimentación de los migrantes, afirmó. “Eso no es negociación bilateral, eso hay que hacerlo”.

López Obrador, que obtuvo una victoria aplastante en las elecciones del 1 de julio y asume la presidencia el 1 de diciembre, construyó su carrera política defendiendo a los pobres. Ahora enfrenta la difícil tarea de aplacar a Trump en el tema migrante mientras sostiene la añeja política de exigir mejor trato a los migrantes.

98 Son los Deportados por México Debido a Trifulca en Frontera

Luego de que el presidente Donald Trump le pidió a México enviar de vuelta a sus países de origen “por cualquier medio necesario” a los migrantes que tratan de acceder a Estados Unidos, el país azteca tomó la drástica decisión de deportar a migrantes de la caravana.

México deportó a 98 migrantes que presuntamente protagonizaron una trifulca, al romper este domingo un cerco de la Policía Federal en la ciudad de Tijuana con el afán de cruzar la frontera con Estados Unidos, informó hoy el Instituto Nacional de Migración (INM).

“Anoche fueron 98 personas puestas a disposición del Instituto Nacional de Migración o aseguradas por personal del Instituto y han sido deportadas”, explicó en una entrevista en Televisa Gerardo García Benavente, comisionado del INM.

El funcionario explicó que estos datos son “preliminares” y relató que las 98 personas que ya han sido deportadas son en su mayoría hondureñas. García Benavente recordó que el INM “cuenta con mecanismos de deportación y de retorno asistido, para hacer abandonar el territorio nacional a los extranjeros que violenten” las leyes migratorias.

Asimismo, aclaró que la actuación de la policía fronteriza estadounidense, que lanzó gases lacrimógenos contra los migrantes que intentaban cruzar la frontera, ocurrió “de lado norteamericano” y no mexicano.

Y explicó que los migrantes que sí lograron cruzar la frontera probablemente sean encarcelados por las autoridades estadounidenses durante seis meses y posteriormente deportados.

El funcionario no aclaró si durante la trifulca hubo mexicanos detenidos que también intentaron cruzar la frontera y alcanzar territorio estadounidense.

Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México exigió hoy a los migrantes de la caravana de centroamericanos que eviten “conductas indebidas” y que respeten las leyes mexicanas.

Sin Lograr Brincar la Frontera Deportan a Miembros de la Caravana

Migrantes que entraron a la fuerza a EEUU ignoraron las advertencias de la policía mexicana: «Lo vas a perder todo».

Un total de 73 centroamericanos que este domingo intentaron ingresar ilegalmente a territorio estadounidense fueron detenidos, esposados y llevados en camionetas por elementos de la Patrulla Fronteriza. La policía de Tijuana, por su parte, anunció que fueron arrestados 39 integrantes de la caravana migrante quienes serían deportados automáticamente.

Algunos integrantes de un nutrido grupo de migrantes que intentaron forzar su entrada por la frontera de Estados Unidos desde México -lo que provocó el cierre de un importante cruce fronterizo en San Diego-, serán deportados a sus países de origen, dijeron autoridades mexicanas.

La desilusión y el temor hacia las autoridades estadounidenses cundían en la caravana de centroamericanos que está en la mexicana Tijuana, tras el fracaso el domingo del inesperado intento de unos 500 migrantes de cruzar la valla hacia Estados Unidos y ser repelidos con gases lacrimógenos.

La noticia corrió por el albergue, donde se encuentran unas 5,000 personas y hasta donde regresaron, asustados y con sus ropas sucias y rasgadas, aquellos que intentaron superar un oxidado muro de lámina y una segunda valla coronada por alambre de púas.

“Es con el corazón y la esperanza rotos que estamos. Nosotros nos ilusionamos de que ya habíamos logrado llegar a Estados Unidos, que nos darían asilo”, comenta a la AFP Andy Colón, hondureña de 20 años que viaja con su hermana y dos niños.

Sus pantalones rotos son prueba de su intento. “Ahora toca vivir con la decepción, pero gracias a Dios seguimos vivos. No tenemos otra opción que quedarnos en este albergue y buscar (en México) una vida, un trabajo, una casa”, dice.

¿Quienes son las personas que están haciendo el extenuante viaje en la caravana de migrantes? Nos pasamos 24 horas con una familia mientras caminaban a través de México para tener una mirada más cercana sobre lo que está en juego.

Tijuana, vecina de la estadounidense San Diego y que tiene ya más de una semana albergando a los centroamericanos, fue escenario el mediodía del domingo del momento más cruento que ha vivido esta caravana desde que el 13 de octubre salió de Honduras, recorriendo más de 4,000 km hasta el noroeste mexicano, para huir de la violencia y la pobreza.

Cuando unos 1,000 centroamericanos realizaban una manifestación hacia el puente fronterizo de El Chaparral para exigir a Estados Unidos que les permita pedir refugio, la mitad de la columna se separó y se lanzó hacia la frontera.

Hombres y mujeres, algunas con niños pequeños, se confundían entre empujones, gritos y chillidos mientras intentaban escalar o atravesar por boquetes la primera barrera.

Los sobrevuelos de helicópteros militares de Estados Unidos y los gases lacrimógenos lanzados desde el norte hicieron regresar a los migrantes. Como consecuencia, este punto de la frontera fue cerrado unas horas por autoridades estadounidenses.

El gobierno de Honduras condenó el uso de balas de goma contra los migrantes de la caravana que intentaron cruzar la frontera e instó “a que se respeten los derechos humanos”.

Un hondureño ciego del ojo izquierdo, que con el paso de las semanas se ha ganado cierto poder de convocatoria entre la caravana, regresó llorando al albergue tras fracasar. Dice que necesita salir urgentemente de México.

“Me dijeron que los de aquí (mexicanos civiles) ya me tienen identificado y están buscándome para matarme. Lo único que quiero ahora es regresarme como sea a Honduras”, dijo a la AFP bajo anonimato por razones de seguridad.

Dice que sólo se entregaría a las autoridades migratorias mexicanas si le garantizan su deportación inmediata.

El enojo de ciertos colectivos de Tijuana, como comerciantes y transportistas, se ha acentuado pues consideran que la caravana ha alterado la vida de esta ciudad, cuyos habitantes se desenvuelven a ambos lados de la frontera.

“Nos dieron en la madre (fastidiaron) el domingo a todos los que trabajamos decentemente aquí en la línea (frontera)”, dijo a la AFP Jesús Tirado, conductor de transporte.

La alcaldía ha criticado duramente a los migrantes y se advierte que la policía local podría realizar más detenciones tras capturar el domingo a 24 hondureños que intentaron cruzar.

“Vamos a aplicar la cero tolerancia porque la policía federal está rebasada”, dijo a la AFP bajo anonimato un mando de la policía local.

Se desconoce si los hondureños detenidos fueron entregados al ministerio de Interior, que amaga con deportar a quienes estuvieron involucrados en la refriega en la frontera.

Pero el gobierno federal no ha informado de capturas ni movilizaciones policiales, por lo que se anticipa que al próximo presidente, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, heredará este espinoso asunto una vez que asuma el próximo sábado.

López Obrador se reunió con sus principales colaboradores la noche del domingo tras conocerse el incidente en la frontera. Marcelo Ebrard, quien será su canciller, dijo a la prensa que el nuevo gobierno “cambiará la política migratoria mexicana, que es muy restrictiva” y buscará “detonar el desarrollo” de Centroamérica para evitar estas migraciones.

De su lado, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha advertido que quienes crucen ilegalmente no tendrán derecho a pedir refugio y ha amenazado con cerrar los más de 3,200 km de frontera con México.

También presiona para que México albergue a los migrantes mientras Estados Unidos responde a sus solicitudes de asilo.

El sábado, el diario The Washington Post publicó que Estados Unidos y el próximo gobierno mexicano se encaminan a un acuerdo sobre el espinoso tema de los migrantes, aunque el equipo de López Obrador subrayó que no han cerrado pacto alguno.

Autoriza a Militares a Proteger a Patrulla Fronteriza

El presidente Donald Trump ha autorizado a los militares desplegados en la frontera con México a que usen la fuerza “si fuera necesario” para proteger a la Patrulla Fronteriza, informó la Casa Blanca, pero el Pentágono insistió en que los soldados no llevarán armas de fuego.

“La autorización del presidente asegura que el Departamento de Defensa puede actuar para proteger a aquellos que nos protegen”, dijo a Efe un portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley.

Hasta ahora, los cerca de 5,900 militares desplegados en la frontera con México solo podían usar la fuerza contra los inmigrantes en defensa propia, pero la autorización de Trump abre la puerta a que puedan emplearla “si fuera necesario” para “proteger” a agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

“Si se requiriera la fuerza para proteger a la CBP, ahora están autorizados a usarla”, explicó a Efe una fuente de la Casa Blanca, que pidió el anonimato.

El jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, envió este martes una carta al secretario de Defensa, James Mattis, en la que le comunicaba la autorización del presidente.

No obstante, Mattis recalcó el miércoles que hasta ahora la CBP no ha hecho “ninguna petición de uso de la fuerza letal” para proteger a sus agentes, y aclaró que los militares no llevarán “armas de fuego”.

“Ni siquiera están llevando pistolas, así que, relájense. No se preocupen por ello, ¿de acuerdo?”, dijo Mattis a los periodistas en una rueda de prensa.
Trump insistió en un tuit, sin aportar pruebas, en que entre los inmigrantes centroamericanos de las caravanas que se han dirigido en las últimas semanas al país hay “criminales”.

El despliegue en la frontera de los miles de militares ha servido a su Gobierno para marcar músculo ante la llegada de las caravanas, pero en realidad el papel de los soldados es limitado por ley, así que se han dedicado a reforzar la valla fronteriza que separa EE.UU. y México y a ayudar a la CBP en el transporte de suministros.