Republicanos Aceptan Lentamente Victoria de Biden

Al menos cinco senadores del partido hablaron de la posibilidad real de que el demócrata se convierta en el nuevo presidente del país, algo que el Presidente Donald Trump aún no ha reconocido públicamente

La elección presidencial del 2020 ha sido, probablemente, la más rara en los últimos años. No solo por estar atravesada por la pandemia del coronavirus, sino porque a dos semanas de la elección aún no hay un ganador decretado. Al menos no por ambos partidos.

El presidente Donald Trump ha hecho denuncias de fraude y se ha negado a concederle la victoria a Joe Biden. Si bien los argumentos legales del presidente han perdido peso en los últimos días (en Pensilvania por ejemplo, el litigio pasó a ser simplemente una demanda por un tecnicismo que no cambiará el resultado preliminar del estado), el partido republicano aún no está dispuesto a reconocer a Joe Biden como el próximo presidente y, por ende, no se ha iniciado el proceso de transición.

El senador por Florida, Marco Rubio, quien además es el influyente presidente del comité de inteligencia del senado, se refirió a Joe Biden como presidente-electo. Al ser consultado por la prensa, dijo que “eso es lo que los resultados, los resultados preliminares, parecen indicar. Definitivamente tenemos que prepararnos para que eso sea lo que ocurra a esta altura”. Pero Rubio fue más allá y dijo que Biden debería ser reconocido como presidente-electo por la Administración de Servicios Generales, al menos de manera temporal, para poder recibir las acreditaciones necesarias que le permitan acceso a información clasificada de inteligencia con la cual su equipo de transición pudiera empezar a trabajar. Dijo que esto debe hacerse “por el bien del país”.

Otros han sido menos extremos, sin ahondar en detalles de la transición, pero también han planteado el escenario de Biden presidente. Tal es el caso del senador republicano John Cornyn, por Texas, quien si bien cree que el presidente debe seguir con el curso legal de sus denuncias por fraude, declaró que “con confianza sabemos que el 20 de enero tendremos una inauguración presidencial. Y probablemente sea la de Joe Biden”.

Por su parte, el senador por Mississippi, Roger Wicker, al ser consultado por el mensaje en Twitter en el que el presidente Trump decía que él ganó la elección, afirmó ante la prensa que si hubiera sido consultado, “no habría aconsejado al presidente que escribiera eso”.

“Es altamente improbable que se revierta el resultado de esta elección”, aseguró el senador Kevin Cramer, de Dakota del Norte. Si bien cree que el presidente Trump debe exponer hasta los más mínimos casos de delitos con boletas, también cree que “el vice-presidente Biden debería empezar a recibir reportes, y la transición debe comenzar. Si se termina confirmando su victoria, como todo indica que pasará, no puede comenzar a ciegas en enero”, muy en línea con el argumento de Rubio.

El senador Mike Rounds, por Dakota del Sur, ha dicho que “ahora debemos asumir que dado el actual recuento electoral, estamos muy cerca de una confirmación (…) Ahora mismo parece ser que será presidente Joe Biden. Eso lo entendemos”.

Sin embargo, en una reunión a puertas cerradas en el congreso en el día de ayer, según ha trascendido, se le preguntó a los representantes si creían que el presidente Trump debía conceder ante Joe Biden. Los principales medios del país reportaron que los líderes del partido en la cámara baja indicaron que apoyan la decisión de Trump de seguir adelante con los litigios en diversos estados.

Otros, como el senador Lindsay Graham, de Carolina del Sur, dijo que Biden no será presidente-electo, “hasta que cada corte haya determinado la legalidad de todos los votos puesta en duda por el presidente Donald Trump”.

Republicanos Avalan Fraude de Biden

McConnell, líder republicano en el Senado, avala las acusaciones de fraude de Trump. El presidente enloda la transición.

Después de tres días de ambigüedades, el Partido Republicano rompió su silencio y salió en bloque en apoyo de Donald Trump y sus acusaciones de fraude electoral contra el demócrata Joe Biden.

“No nos pongamos a sermonear” al presidente Trump sobre qué debe o no hacer en esta situación, dijo el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell. “Nada de sermones sobre cómo el presidente debería aceptar de inmediato y con alegría los resultados electorales preliminares viniendo de los mismos personajes que se han pasado los últimos cuatro años negándose a aceptar la validez de las últimas elecciones”.

La reacción de McConnell va en sentido contrario que la felicitación a Biden expresada por el expresidente George Bush el domingo, seguida solo por varios senadores y gobernadores del ala moderada del partido.

El líder republicano en el Senado se abstuvo de felicitar al demócrata pero también de comentar el resultado preliminar, que convirtió en ganador matemático de las elecciones a Biden el sábado al mediodía gracias a su victoria en Pensilvania y Nevada. “El presidente Trump está al 100% en su derecho de examinar las acusaciones de irregularidades y sopesar sus opciones legales”, defendió el senador durante una sesión de la Cámara Alta.

La campaña de Trump ha emprendido recursos legales en estos y otros estados con el objetivo de impugnar los resultados pero por el momento ninguno ha tenido recorrido y todos los expertos coinciden en que tienen pocos visos de prosperar.

Trump ya había avisado antes de las elecciones de que no aceptaría una derrota, lo que tampoco contribuye a dar credibilidad a sus alegaciones. En uno de los casos las pruebas eran tan débiles como una nota escrita en un post-it por un supuesto observador electoral no identificado.

Los esfuerzos de los abogados del presidente, que está insistentemente pidiendo donaciones a sus simpatizantes para financiar la batalla legal, se han visto reforzados por una ofensiva conjunta anunciada el lunes por los fiscales generales de estados republicanos, que han pedido al Tribunal Supremo que vuelva sobre la sentencia de septiembre que avaló la ley estatal de Pensilvania que permite computar votos recibidos hasta tres días después de las elecciones peor dejó abierta la posibilidad de reexaminar el caso.

Las autoridades de este estado, donde Biden ha obtenido unos 45,000 votos más que Trump, afirman que el volumen de papeletas recibidas dentro de ese plazo fue muy limitado y no tiene capacidad para alterar el resultado.

Departamento de Justicia ordena investigar

En una muestra más de la instrumentalización del Departamento de Justicia que ha definido a la era Trump, el fiscal general William Barr instruyó el lunes a sus efectivos para que investiguen cualquier sospecha de “irregularidades en el cómputo de votos” antes de que los estados certifiquen los resultados.

La práctica habitual del ministerio era hasta ahora no intervenir hasta que no se han certificado los resultados. “No hay ninguna justificación para que haga esto”, declaró Matthew Miller, exportavoz del Departamento durante la Administración Obama.

“En el mejor de los casos Barr ha hecho esto para calmar a Trump y dar credibilidad a sus acusaciones de fraude. En el peor de los casos, el Departamento de Justicia está dispuesto a intervenir de algún modo para inclinar las elecciones a favor del presidente. Ninguna de estas opciones es buena pero una es mucho peor que la otra.»

Por último, el equipo de campaña del presidente convocó en la noche del lunes una rueda de prensa en la que volvió a acusar a los demócratas de robarle las elecciones sin presentar prueba alguna de sus alegaciones, lo que llevó a la cadena Fox News a interrumpir de repente la retransmisión alegando que no podían “en buena conciencia” permitirles seguir difundiendo rumores (sus comentaristas de la noche siguen sin embargo entregados a la causa).

Al margen de los méritos jurídicos de las denuncias, los republicanos están construyendo una peligrosa narrativa de que minará la confianza de millones de estadounidenses en la legitimidad de las elecciones.

La incapacidad de Trump de presentar pruebas concretas y sólidas del supuesto fraude irrita sin embargo a algunos republicanos. “Muestra las pruebas. Porque si no puedes mostrarlas no puedes hacer esto. No podemos respaldarlo ciegamente sin evidencias”, dijo el domingo al presidente desde la NBC el exgobernador Chris Christie, que ha trabajado como asesor para el presidente. Algunas fuentes relacionan la reacción de McConnell con la repetición de las elecciones al Senado en Georgia el 5 de enero y su interés por mantener movilizadas a las bases republicanas.

Dos escaño de oro

El estado sureño se encuentra en el ojo del huracán por ser uno de los estados que ha contribuido a la victoria de Joe Biden, en este caso por un margen de 11.419 votos, pero su relevancia va más allá: Georgia se convertirá el 5 de enero en una suerte de ‘segunda vuelta’ de las elecciones presidenciales. Ninguno de los candidatos a sus dos escaños en el Senado federal ha alcanzado el umbral del 50% de los votos, por lo que las elecciones deberán repetirse.

Son dos escaños de oro: si los demócratas consiguen hacerse con los dos, igualarían a los republicanos. La Constitución prevé que en caso de un empate a 50-50 es el vicepresidente, la vicepresidenta Kamala Harris en este caso, quien tiene el voto decisivo. Tener una mayoría demócrata en esta cámara facilitaría enormemente la tarea de Joe Biden y dejaría a los republicanos fuera de juego. Los partidos no van a escatimar esfuerzos ni recursos por hacerse con estos escaños.

La combinación de todas estas situaciones ha provocado tensiones dentro del partido conservador: dos senadores republicanos han exigido la dimisión del secretario de Estado de Georgia y responsable de la organización de las elecciones, Brad Raffensperger, también republicano.

“Eso no va a ocurrir. Los votantes de Georgia me eligieron y los votantes de Georgia me despedirán”, replicó indignado ante las acusaciones de los senadores Kelly Loeffler y David Perdue.

Los jueces rechazaron el jueves el recurso presentado por los letrados de Trump y las autoridades de Georgia sostienen que si bien están revisando todas las posibles papeletas emitidas de forma ilegal, no han visto “ningún indicio de fraude sistemático” y descarta que el recuento –que deben hacer por ley debido al igualado resultado– mueva una cifra suficiente de papeletas como para revertir la victoria de Biden.

Para dar la vuelta al marcador, Trump debería conseguir que los jueces anularan los resultados no en un estado sino en dos, algo poco probable. Biden observa con tranquilidad todas estas maniobras y tiene la mirada puesta en los preparativos para su toma de posesión y el lanzamiento de una estrategia nacional contra la Covid-19.

Republicanos van Perdiendo 2 a 1

«La votación por correo es casi alucinante»: las pistas sobre quién está ganando el voto anticipado en estados clave

En gran parte y debido a la pandemia de coronavirus hay un número récord de electores que están votando anticipadamente. La clave está aquí: los registrados como demócratas están superando a los republicanos por un margen de dos a uno.

La votación anticipada está en marcha en muchos estados y los datos disponibles ya revelan algunas tendencias dramáticas: los votantes en algunos estados emiten sus votos por correo a una tasa tres veces mayor que en 2016 y los demócratas están superando a los republicanos por un margen de dos a uno.

“Son casi demasiadas buenas noticias, si eso es posible”, dijo Kevin Cate, un consultor de medios de Florida que trabajó en la campaña del presidente Barack Obama en 2008. “Este ciclo electoral en general no tiene precedentes, pero lo que está sucediendo en la votación por correo es casi alucinante», añadió.

En ningún lugar los datos son más sorprendentes que en el estado de Florida, donde los demócratas tienen un margen de ventaja de 420,000 votos hasta el miércoles, según el Proyecto de Elecciones de Estados Unidos de la Universidad de Florida, que recoje data de la votación anticipada en todo el país.

Eso es aún más impresionante considerando que la votación ausente o por correo es un área donde los republicanos normalmente han sido muy superiores a los demócratas.

Trump y el voto por correo

Sin embargo, algunos expertos advierten que los datos no son del todo sorprendentes debido a la larga campaña del presidente Donald Trump de menospreciar el voto por correo, que ha calificado de fraudulento a pesar de que él mismo vota de esa manera. Esto inevitablemente ha llevado a que menos republicanos opten por utilizar esa opción.

Al mismo tiempo, los demócratas han hecho lo contrario, enfatizando la importancia de proteger la salud de los votantes y las ventajes del voto por correo, especialmente para las personas mayores con el fin de limitar el riesgo de exposición al coronavirus.

La votación anticipada por supuesto no indica cómo podría ir el resultado final.

«En el pasado, cuando los científicos políticos han estudiado la votación por correo, encuentran que no beneficia sistemáticamente a ninguno de los partidos, es solo que en esta elección Trump ha atacado tanto la votación por correo que los republicanos parecen desanimarse a usarla», dijo Brendan Nyhan, profesor de gobierno en Dartmouth College.

En otras palabras, si bien los demócratas pueden estar contentos de tener más votos a esta etapa del proceso, al mismo tiempo podría significar que aparecerán más republicanos en los centros de votación durante la votación en persona. Lo sabremos muy pronto cuando comience la votación anticipada en persona en Florida el lunes próximo.

El panorama nacional

A nivel nacional, el panorama es similar. Los electores han emitido un total de 7.5 millones de votos en los estados que reportan en detalle los totales iniciales, con un total de 3.7 millones de votos emitidos por demócratas registrados y 1.5 millones por republicanos, una diferencia de 33 puntos del 56.2% al 23,.%. Los votantes independientes constituían 1.5 millones, o aproximadamente el 20%.

Sin embargo, debe señalarse que esta es una imagen incompleta, ya que 17.5 millones de votos anticipados han sido reportado en total. Pero, no todos los estados reportan datos de votación anticipada, y solo unos pocos, 13 para ser precisos, reportan los datos de registro de partidos en esas papeletas emitidas.

Además, no todos los demócratas y republicanos registrados necesariamente votan por el candidato de ese partido, ya que un pequeño porcentaje tiende a cruzar las líneas del partido.

Se prevé que, en total, más de 150 millones de estadounidenses votarán en las elecciones de noviembre.

En Pennsylvania se ha devuelto el 20% de los 2.6 millones de boletas iniciales solicitadas, con los demócratas registrados a la cabeza por un enorme margen de 60 puntos, del 76% al 16%. Pero en un estado con 8.6 millones de votantes, hasta ahora solo se ha emitido el 6% de los votos.

En Carolina del Norte se han devuelto más de un tercio de los 1.3 millones de boletas iniciales solicitadas, con los demócratas registrados por delante por 33 puntos, 51% a 18%.

Florida
En Florida, los números son asombrosos. Para el miércoles, de un total de 1.8 millones de votos emitidos, los demócratas registrados contaban con 1,043,000 votos, mientras que los republicanos registrados tenían alrededor de 623,000, según el Proyecto de Elecciones de Estados Unidos.

El 19% restante de las papeletas enviadas por correo hasta ahora han sido emitidas por votantes independientes que no tienen afiliación partidaria o pertenecen a terceros partidos menores.

Florida es conocida por elecciones cerradas y complicadas, las más famosas en 2000 cuando George W. Bush venció a Al Gore por 537 votos. Pero las reformas desde entonces han mejorado enormemente el sistema, con votación por correo ilimitada y votación anticipada en persona en los centros regionales. Como resultado, los votantes de Florida se han inclinado cada vez más hacia la conveniencia de la votación por correo y la votación anticipada.

Covid-19 y el voto por correo

Eso solo se acentuó después de que estalló la pandemia de coronavirus en marzo.

Hasta el martes, 5.8 millones de votantes de Florida han solicitado boletas por correo para las elecciones presidenciales, frente a los 3.3 millones de 2016. Ya se han devuelto más del 35%. Sin embargo, todavía es muy temprano, con menos del 85% de los votantes registrados aún por emitir su voto.

Los republicanos argumentan que la fuerte votación anticipada de los demócratas no es nada de qué preocuparse, con una avalancha de votos aún por llegar. » No es un sprint, es una maratón», dijo Yali Núñez, portavoz de medios hispanos del Partido Republicano. “Lo que nos importa es ser fuertes en la línea de meta”, agregó.

Núñez dijo que el partido animaba a sus seguidores a votar de la forma que les pareciera más cómoda. “En Florida las boletas de voto ausente son muy seguras”, dijo. Si los votantes optan por votar en persona, los alentó a «tomar todas las precauciones necesarias», como el distanciamiento social y el uso de una mascarilla.

Trump ha realizado más visitas a Florida que cualquier otro estado en las últimas semanas para obtener apoyo. Durante su más reciente visita el lunes, Trump tuiteó: “¡FLORIDA! Envíe su boleta de voto ausente si la ha solicitado. La votación anticipada en persona comienza la próxima semana, así que reúna a sus amigos, reúna a su familia, reúna a sus vecinos y ¡SALGA Y VOTE! ”

Tasa de rechazo

Si bien los expertos rechazan las advertencias de Trump sobre el fraude electoral, advierten que votar por correo da como resultado una tasa de rechazo de boletas más alta que votar en persona debido a errores humanos, como la falta de una firma. «Entiendo totalmente por qué los demócratas están lo empujando por razones de salud, pero el hecho es que no es tan seguro», dijo Daniel Smith, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Florida.

En Florida, eso ha representado típicamente alrededor del 1% – 1.5% de las boletas, y se rechazan más boletas demócratas. Pero en lo que va del año, Smith dijo que la tasa de rechazo de los demócratas es solo del 0.54%, en comparación con el 0.45% de los republicanos, un margen insignificante.

Los demócratas señalan que los datos muestran que menos de un tercio de sus primeras boletas provienen de electores que votaron en persona en 2016, mientras que casi la mitad de los republicanos que votaron temprano por correo lo hicieron en persona hace cuatro años.

Por otro lado, los republicanos pueden afirmar que tienen un porcentaje más alto de nuevos votantes (26%) que los demócratas (18.5%).

Cate también señaló que tener muchos votantes anticipados es una ventaja para el Partido Demócrata, ya que reduce los gastos de salida del voto más cerca del día de las elecciones. «Libera recursos y le ayuda a concentrar los esfuerzos para perseguir a los votantes», dijo.

Por ahora, los demócratas disfrutan de la ventaja inicial. «Todos sabemos que habrá una participación republicana significativa por venir y nadie debería olvidar eso», dijo Steve Schale, un estratega demócrata veterano en Florida que encabeza el superPAC pro-Biden Unite the Country.

«Aún queda un largo camino por recorrer, pero los republicanos suelen tener una ventaja de participación, así que básicamente lo que esto muestra es que los demócratas son bastante competitivos este año con la participación», agregó.

Republicanos, sin votos suficientes para bloquear testigos

Los líderes republicanos aún no cuentan con los votos suficientes para impedir que los demócratas llamen a John Bolton o a otros testigos en el juicio político contra el presidente Donald Trump, reconoció el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, a sus colegas republicanos el martes. Podría ser un gran obstáculo a las aspiraciones de Trump de concluir el juicio con una absolución expedita.

McConnell les dio la noticia a los senadores, según un republicano con conocimiento de la reunión a puertas cerradas de los senadores republicanos y que habló bajo condición de anonimato.

McConnell convocó a la reunión poco después de que el equipo legal de Trump expusiera sus argumentos en el juicio.

Los demócratas exigen la presencia de varios testigos, en especial la de Bolton, el exasesor de seguridad nacional de Trump, quien escribió en un libro próximo a publicarse que el presidente le dijo que quería retener ayuda militar a Ucrania hasta que la nación europea le ayudara con investigaciones sobre su oponente político Joe Biden. Esa es la base de uno de los cargos de juicio político contra el mandatario.

Aún hay varios días antes de que se pueda realizar una votación sobre los testigos potenciales. La decisión de llamar a más testigos necesitaría ser aprobada por 51 votos. Con una mayoría de 53 a 47, los republicanos sólo pueden darse el lujo de permitir que tres de sus senadores rompan filas.

La noticia se dio a conocer mientras el equipo legal de Trump exponía su oposición a la relevancia del testimonio de Bolton y concluía su defensa, y el Senado se alistaba para debatir sobre los posibles testigos.

Trump y los republicanos se han opuesto firmemente a llamar a Bolton a testificar en persona sobre lo que vio y escuchó cuando laboró como el principal asesor de seguridad nacional del mandatario.

Los senadores republicanos pasaron dos días a puertas cerradas discutiendo ideas para satisfacer a quienes quieren escuchar testimonio adicional sin prolongar el procedimiento, o pondrían en riesgo la absolución prevista del mandatario.

Las ideas perdieron fuerza y los demócratas no mostraron interés.

Chuck Schumer, el demócrata de mayor rango en el Senado, dijo que la propuesta de que los senadores vieran en privado el manuscrito, evitando el testimonio público de Bolton, era “absurda”.

“No estamos negociando con ellos. Queremos cuatro testigos y cuatro series de documentos, y entonces la verdad saldrá a la luz”, declaró Schumer.

Republicanos se Oponen a Aplicar Aranceles a México

Senadores republicanos declararon su oposición al plan del presidente Trump de imponer un arancel de 5% sobre todos las importaciones desde México.
El ánimo es de “profunda preocupación y resistencia”, dijo el senador tejano Ted Cruz.
Trump podría tratar de vetar una resolución adversa como lo hizo antes.
En una inusual muestra de rebelión, los senadores republicanos declararon su oposición al plan del presidente Donald Trump de imponer un arancel de 5% sobre todos los bienes importados a Estados Unidos desde México. Pero no estaba claro si tenían votos suficientes para impedirlo, y el presidente dijo que serían “tontos” si lo intentaran.

Todas las partes, incluidos los funcionarios mexicanos que se reúnen con negociadores de Trump en Washington esta semana, esperan que las conversaciones de alto nivel permitan al presidente retractarse de su amenaza. Pero ante la previsión de que los aranceles entren en vigencia el lunes (y Trump declaró que es “lo más probable” que eso suceda), los senadores republicanos han advertido a la Casa Blanca que están dispuestos a oponerse al presidente.

El diferendo público y el enfrentamiento inminente pusieron de manifiesto una divergencia fundamental de valores entre el presidente y su partido. Trump usa los aranceles como palanca para conseguir lo que quiere, en este caso obligar a México a esforzarse más para detener la inmigración ilegal. Para los republicanos, los aranceles son contrarios a la ortodoxia económica y constituyen solo impuestos a los que se oponen enérgicamente.

El líder de mayoría en el Senado, Mitch McConnell, dijo que “en mi bloque no hay demasiado apoyo a los aranceles, de eso no cabe duda”.
En un largo almuerzo a puertas cerradas en el Capitolio, los senadores republicanos se turnaron para advertir a los funcionarios de la presidencia que habría problemas si el Senado de mayoría republicana desaprueba los aranceles. El rechazo legislativo sería una fuerte censura a Trump, más aún que un intento anterior de impedirle trasladar fondos a la construcción del muro fronterizo que promete desde hace tiempo.

El ánimo es de “profunda preocupación y resistencia”, dijo uno de los senadores republicanos, el senador tejano Ted Cruz. “Nadie me supera en pasión y seriedad y compromiso con la seguridad en la frontera, pero no hay motivo para que agricultores y ganaderos y fabricantes y pequeños empresarios de Texas paguen el precio de enormes impuestos nuevos”.

Se Cae el Acuerdo Para Salvar a los Dreamers

El rechazo del Senado a todas las iniciativas migratorias supone un fuerte golpe para todas las partes y devuelve al comienzo las negociaciones, que han durado meses.

El propio Trump vio como la propuesta legislativa que él respaldaba, redactada por el republicano Chuck Grassley, fracasaba al no superar la barrera de 60 votos en el Senado, donde los republicanos tienen la mayoría.
El Senado de Estados Unidos rechazó este jueves un plan de reforma migratoria impulsado por el presidente Donald Trump, como había hecho poco antes con un proyecto de ley elaborado por legisladores de los dos partidos políticos, y otros dos proyectos que habían llegado al recinto.

Tanto el que contaba con el aval del presidente como el que había surgido de un acuerdo entre los dos partidos abrían un camino a que 1,8 millones de inmigrantes accedieran a la ciudadanía estadounidense, pero diferían en los recursos destinados al refuerzo de la seguridad fronteriza.

El fracaso del Senado para llegar a un consenso sobre el tema de la inmigración pone a esos inmigrantes en peligro de deportación a partir del 5 de marzo, cuando la Casa Blanca planea rescindir las protecciones legales de la era Obama. No está claro aún qué hará la cámara en caso de llegar a esa fecha sin acuerdo.

La Casa Blanca publicó en enero una guía de sus exigencias para una ley de reforma migratoria, que incluye la vía de 1.8 millones de inmigrantes a la ciudadanía pero a cambio hace hincapié en el refuerzo fronterizo con la construcción de un controvertido muro con México.

Además, exige el fin de la llamada migración familiar y acabar con el sorteo de visas de residencia (green cards).

Esa posición quedó plasmada en un proyecto de ley elaborado por el senador republicano Chuck Grassley, que también fue rechazado este jueves.

El proyecto de ley de Grassley «logra los cuatro pilares definidos por la Casa Blanca: una solución definitiva sobre DACA, fin de la migración familiar, fin del sorteo de visas, y refuerzo de fronteras mediante la construcción de un muro», había elogiado Trump.

Unos 690.000 inmigrantes regularizaron su situación mediante el programa DACA. Al anunciar el fin de la renovación de DACA, Trump determinó que el plazo final de esos beneficios se extinguirían el 5 de marzo.

Sin embargo, un juez federal bloqueó el fin de DACA, de forma que el programa se mantiene legalmente vigente y los beneficiarios pueden presentar un pedido de renovación de sus permisos de residencia aún después del plazo.

Los Demócratas se Llevan las Elecciones los Votantes Castigan a los Republicanos

Los candidatos demócratas a gobernador en Virginia y Nueva Jersey ganaron el martes con un amplio margen sus contiendas y varios alcaldes del partido en grandes ciudades fueron reelegidos en lo que podría ser un mensaje de rechazo al presidente republicano Donald Trump.

Los votantes escogieron sucesores para el gobernador demócrata Terry McAuliffe en Virginia y el republicano Chris Christie en Nueva Jersey, ambos limitados a dos períodos en sus cargos, en disputas consideradas como un primer referendo sobre la presidencia de Trump.

Larry Krasner, un demócrata progresista que había prometido poner fin al encarcelamiento masivo y la pena de muerte, ganó las elecciones y será el próximo Fiscal de Filadelfia en sustitución de Seth Williams, condenado a 5 años de prisión recientemente por aceptar un soborno. Krasner se impuso por amplio margen de votos ante su oponente republicana Beth Grossman para fiscal de distrito de Filadelfia.

En Virginia, un estado que no siempre se inclina por el mismo partido, el vicegobernador Ralph Northam, un pediatra demócrata, derrotó al republicano Ed Gillespie.

Trump grabó llamadas para ayudar a impulsar a Gillespie en el tramo final de la campaña. En una llamada, Trump dijo que Gillespie compartía su punto de vista sobre inmigración y delincuencia y que ayudaría a «Hacer que Estados Unidos Vuelva a ser Grande» (lema de su campaña presidencial). Trump también dijo que Northam sería un «desastre total» para Virginia. El demócrata Phil Murphy, ganó la gobernación de Nueva Jersey con un 56 por ciento de los sufragios emitidos, al imponerse por mayoría de votos a la republicana Kim Guadagno.

Los demócratas también ganaron las elecciones en Camden, Nueva Jersey, donde el hispano Francisco “Frank” Moran, se alzó con la Alcaldía de éste condado al sur del estado Jardín.

Frank Moran dijo que seguirá trabajando fuerte y junto al Consejo de Camden transformar a esta ciudad, que ha sido considerada, la más pobre de Nueva Jersey.