Reducirán Elegibilidad del Cheque de Ayuda

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó a un acuerdo con demócratas moderados para reducir la elegibilidad por ingresos para la próxima ronda de cheques de estímulo de US$ 1,400 que se incluyen en un proyecto de ley que se espera que el Senado aborde esta semana, dijo una fuente demócrata el miércoles.

Eso significa que recibirán un pago parcial 7 millones de familias menos de las que lo recibirían bajo la versión de la Cámara de Representantes del proyecto de ley, según una estimación del Modelo de Presupuesto de Penn Wharton. La nueva propuesta eliminará por completo a las parejas que ganan más de US$ 160.000 al año y a los individuos que ganan más de US$ 80,000 al año.

La legislación de la Cámara de Representantes, que se aprobó el sábado, estableció los límites de ingresos en US$ 200,000 para parejas y US$ 100,000 para individuos.

Pero los mismos hogares recibirán el pago total de US$ 1,400 por persona, incluidos los niños. Las personas que ganan menos de US$ 75,000 y las parejas que ganan menos de US$ 150,000 lo recibirán, al igual que en el proyecto de ley de la Cámara. A partir de entonces, los pagos se reducirán progresivamente más rápido para aquellos que ganen más.

A diferencia de las dos rondas anteriores, se espera que los adultos dependientes, incluidos los estudiantes universitarios, sean elegibles para los pagos.

El proyecto de ley de la Cámara de Representantes ya había reducido la elegibilidad en comparación con rondas anteriores de pagos de estímulo. Aún así, enviaría dinero a más del 93% de los contribuyentes, según estimaciones tanto del Modelo de Presupuesto de Penn Wharton como de la Tax Foundation, no partidista. La versión del Senado entregará dinero a aproximadamente el 90% de las familias.

El Gobierno federal hizo pagos por hasta US$ 1,200 por persona el año pasado y hasta US$ 600 en enero. La próxima ronda está destinada a completar los cheques de US$ 600 para que las personas reciban un total de US$ 2,000.

Los líderes demócratas del Senado están listos para hacer avanzar el proyecto de ley esta semana, pero continúan dando retoques finales al texto. Con una división partidista de 50 a 50, necesitarán el apoyo de todo el grupo parlamentario.

Aseguran Habrá Ayuda Antes de Terminar el Año

«No voy a entrar en detalles específicos, pero creo que hay un deseo genuino de llegar a un acuerdo», afirmó por su lado el líder de la minoría demócrata en la Cámara Alta, Chuck Schumer, a propósito de la necesidad que existe de un nuevo alivio económico.

El líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, dijo este martes que la Cámara Alta suspenderá su trabajo por las vacaciones de Navidad hasta que se apruebe un nuevo paquete de ayudas por la pandemia de coronavirus. El republicano agregó que apoya la posición de dejar hasta el año que viene la discusión de las cuestiones más controvertidas con tal de alcanzar un acuerdo.

Los legisladores trabajan para cerrar un trato como tarde este viernes, el día en que se acabará el plazo del Congreso para aprobar una ley que garantice la financiación del Gobierno. Líderes de ambos partidos esperan poder acoplar a esa ley el paquete de ayudas por el COVID-19.

“No nos vamos, se lo aseguro. No nos vamos hasta que terminemos este paquete”, prometió McConnell, senador por Kentucky.

El líder republicano afirmó que él apoya la idea de dejar para más adelante “los dos temas más discutidos en este momento”, es decir, las medidas para proteger a los empleadores de demandas relacionadas con el COVID-19 y la financiación para los Gobiernos estatales y locales, asuntos que han estancado las negociaciones e impedido que el Congreso aprobara cualquier medida significativa por la pandemia desde marzo. “No es que no tendremos ocasión para discutirlas”, dijo McConnell.

Tras un encuentro con los líderes del Congreso, ocurrido este martes por la noche, el senador republicano afirmó: “Estamos dando pasos hacia adelante significativos, que nos permitirán llegar a una conclusión común pronto”.

“No voy a entrar en detalles específicos, pero creo que hay un deseo genuino de llegar a un acuerdo por las cuatro partes”, dijo por su lado Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata del Senado. “[El acuerdo ] está más cerca”, agregó.

En ambos partidos crece el número de voces favorables a la posibilidad de que se aplace la discusión de los puntos más críticos de la negociación. El objetivo es que se llegue a algún tipo de ayuda antes de las vacaciones navideñas.

Un grupo bipartidista de legisladores puso encima de la mesa dos propuestas de paquete: una que contempla las protecciones a los empleadores y la financiación a las administraciones locales, y una sin estos puntos.

Hasta algunos demócratas previamente reacios a dejar de lado la cuestión de la ayuda a los Gobiernos estatales y locales han remarcado su disponibilidad a llegar a un acuerdo. Steny Hoyer, líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, dijo el domingo que el Congreso tiene que apoyar a los estadounidenses en superar las dificultades actuales, aunque la ayuda a los Gobiernos locales sea de “importancia crítica”.

McConnell hizo mención a estos comentarios en sus declaraciones del martes, al mantener que “es bastante evidente que la manera de alcanzar un acuerdo ha sido por semanas la que he dicho yo y que sugieren también Steny Hoyer y el grupo bipartidista”.

Después de dos reuniones en la suite del Capitolio de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, donde su partido presionó por pasos más generosos para ayudar a las personas, el líder de la minoría de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy, un republicano por California, se mostró optimista. “Creo que hemos construido mucha confianza”, dijo McCarthy, y agregó que opina que existe la posibilidad de lograrlo.

Este Miércoles se Vota si se Aportará el Cheque de Ayuda por Parte del Senado

Los republicanos anuncian una votación el miércoles de un paquete que ya fracasó en septiembre y que no gusta al presidente ni a los demócratas. En paralelo, se negocia otro plan distinto. Y en juego está el cheque de 1,200 dólares.

El Senado votará el próximo martes un proyecto de ley para extender los recursos del Programa de Protección Salarial (PPP, en inglés), que ofrece ayudas a pequeñas empresas para pagar los salarios y resistir la crisis causada por la pandemia del coronavirus; y al día siguiente, el miércoles, intentará aprobar un paquete de ayuda económica de medio billón de dólares que ya fracasó en septiembre por la oposición demócrata.

El presidente, Donald Trump, se ha mostrado en Twitter contrario a este plan, porque prefiere propuestas más ambiciosas que incluyan un segundo cheque de 1,200 dólares para los ciudadanos; y los demócratas tampoco lo respaldan porque defienden un proyecto de aún mayor cuantía que incluya beneficios sociales para los golpeados por la brutal recesión económica.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, indicó este sábado que el proyecto que se votará el miércoles incuye nuevos subsidios de desempleo (como los aprobados por el Congreso en primavera de 600 dólares semanales, que se acabaron en julio, aunque de menor cuantía), además de fondos para pequeñas empresas, para incrementar la cantidad de pruebas de diagnóstico, y mejorar las medidas de protección en escuelas.

McConnell criticó hoy de nuevo al Partido Demócrata, y en particular a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, por el estancamiento en las negociaciones.

Los demócratas, sin embargo, han aprobado su plan en la Cámara de Representantes, de 2.2 billones de dólares y con un cheque de 1,200 dólares para los ciudadanos y ayudas de 600 dólares para los desempleados. Pero quedó estancado en el Senado por la oposición de los republicanos, de forma que la falta de entendimiento y el bloqueo es mutuo.

“Nadie piensa que esta propuesta de más de 500,000 millones de dólares resolverá todos los problemas para siempre. Brindaría enormes cantidades de ayuda adicional a los trabajadores y las familias en este momento mientras Washington
Pelosi, por su parte, ha criticado al presidente por sus posturas cambiantes respecto al plan de reactivación económica; hace unos días, tras recuperarse del COVID-19, Trump dijo que ya no buscaría la aprobación del paquete de ayuda, y tuvo que rectificar poco después ante las críticas incluso en su partido; ahora presiona al Senado para aprobar un plan que incluya el cheque de 1,200 dólares, mientras McConnell actúa en dirección contraria.

“Todo lo que quiere el presidente es su nombre en un cheque. Y eso. Estamos acá para honrar a nuestros héroes, aplastar el virus, meter dinero en los bolsillos del pueblo estadounidense, más allá de un cheque con su nombre”, aseguró Pelosi en la cadena ABC.

Quedan apenas unas semanas para las elecciones del 3 de noviembre, donde se decide si Trump sigue en la Casa Blanca, además de renovarse la Cámara de Representates y más de un tercio del Senado.

Esta semana, se reportaron avances en el plan tras una conversación entre Pelosi y Steve Mnuchin, secretario del Tesoro, que dijo que aceptará «con pequeñas modificaciones» la propuesta demócrata sobre pruebas, seguimiento y vigilancia del virus, según el portavoz de la líder de la Cámara de Representantes, Drew Hammill.

En tanto, las solicitudes de beneficios por desempleo en Estados Unidos llegaron esta semana a 898,000, de acuerdo con un reporte del Departamento del Trabajo. Además, aún queda pendiente recuperar 10.7 millones de los 22 millones empleos que se han perdido durante la crisis económica provocada por la pandemia, según la agencia Associated Press.

Economistas coinciden que, de no existir un acuerdo entre el Congreso y la administración Trump, las consecuencias serían graves para la economía del país

Senado y Casa Blanca Acuerdan Ayuda por Crisis Coronavirus

Se espera que el plan incluya cheques de 1,200 dólares para las personas con ganancias de hasta 75,000 dólares anuales.

Líderes del Congreso y la Casa Blanca han alcanzado en la madrugada de este miércoles un acuerdo para un tercer plan de estímulo económico de cerca de dos billones de dólares, tras varios días de acaloradas discusiones sobre cómo mitigar la secuela de daños económicos del coronavirus.

«Damas y caballeros, hemos terminado. Tenemos un trato», anunció poco después de la medianoche a los periodistas Eric Euland, importante asistente de la Casa Blanca, en un pasillo del Capitolio.

«Por fin tenemos un acuerdo», comentó el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell. «En efecto, esta es una inversión de tiempo de guerra», agregó.

«Este no es un momento de celebración, sino de necesidad», dijo por su lado Chuck Schumer, el senador que lidera la minoría demócrata en la Cámara alta, quien definió el plan de ayudas como «el paquete de rescate más grande de la historia de Estados Unidos».

El acuerdo, logrado tras fuertes riñas partidistas desde la semana pasada en torno al alcance y contenido del plan económico, será sometido a voto en el Senado a lo largo de la jornada.

Aunque todavía no se conoce el texto completo del proyecto, los legisladores implicados en la negociación indicaron este martes que se incluiría la propuesta inicial de los republicanos de otorgar cheques en efectivo a los trabajadores.

Se espera que las personas que ganan hasta 75,000 dólares al año reciban cheques de 1,200 dólares. Las parejas casadas que ganen hasta 150,000 dólares al año recibirán 2,400 dólares, con un adicional de 500 dólares por niño.

Antes del anuncio, el senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, dijo a Noticias Telemundo, que su bancada insistió desde el principio en que la medida incluyera más ayudas para los trabajadores y para los pequeños negocios, porque sin ellos no puede haber bienestar económico.

Bajo la medida, cuyo texto final estará listo esta mañana, el Servicio de Rentas Internas enviará cheques directos a todo individuo que tenga un número de Seguro Social y haya hecho sus declaraciones de impuestos en 2018 ó 2019.

La medida abarcará a los beneficiarios de DACA, asilo y del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS), según indicaron a Noticias Telemundo fuentes legislativas demócratas.

Entre otros elementos, el acuerdo amplía además los subsidios de desempleo, y desembolsa hasta 350,000 millones de dólares para los pequeños negocios, 100,000 millones para los hospitales, 500,000 millones para las corporaciones y 150,000 millones para las administraciones estatales y locales.

Desde el pleno, McConnell había celebrado este martes por la mañana que los legisladores ya estaban «cerca de la meta», pero aprovechó también para criticar las exigencias de la bancada demócrata que retrasaron el acuerdo.

El acuerdo, pactado con un equipo de la Administración Trump, liderado por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, se produjo en unos momentos en que Estados Unidos ha registrado ya más de 55,000 casos confirmados del coronavirus, según el Centro John Hopkins, y al menos 778 muertes.

Rara vez un proceso de negociación legislativa se mueve con tanta rapidez en Washington, especialmente para un proyecto de ley de estas proporciones. Pero ambas partes parecían motivadas para actuar rápidamente a medida que las cifras de desempleo aumentan y más empresas se ven obligadas a cerrar sus puertas.

El Congreso ya había aprobado sendas medidas para paliar la crisis: una partida inicial de unos 8,300 millones de dólares a principios de mes destinados al sistema de salud , y otra de 100,000 millones de dólares la semana pasada para permitir pruebas gratuitas de detección del coronavirus, algunos permisos pagados y subsidios de desempleo, así como fondos adicionales para Medicaid y asistencia alimentaria.

Comité Publica Acusaciones en Contra de Trump

El presidente, Donald Trump, no sólo puso sus intereses personales por encima de los intereses nacionales al tratar con Ucrania, sino que llevó a cabo una “campaña sin precedente” para obstruir la investigación sobre su presunto abuso de poder, según el informe publicado este martes por el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.

Las conclusiones del comité, bajo control demócrata, resumen las presuntas faltas que cometió Trump al presionar a Ucrania para que investigara tanto a sus rivales políticos como una teoría, hace tiempo desvirtuada por los servicios de inteligencia, de que ese país interfirió en las elecciones de 2016.

Trump actuó personalmente y mediante terceros dentro y fuera del Gobierno para que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, tomará pasos para beneficiar su reelección en 2020, según el informe, que reúne las conclusiones de la investigación para el eventual juicio político contra el mandatario.

“Para obligar al presidente ucraniano a que le hiciera un servicio político, el presidente Trump condicionó dos actos oficiales a un anuncio público de las investigaciones: una codiciada visita en la Casa Blanca y la crítica ayuda militar estadounidense que Ucrania necesitaba para luchar contra su adversario ruso” en el este de ese país, se asegura en el informe.

Al presionar a Ucrania, Trump “puso sus intereses personales y políticos por encima de los intereses nacionales de Estados Unidos, buscó minar la integridad del proceso de elección presidencial estadounidense, y puso en peligro la seguridad nacional de EEUU”, añade.

Además, “ningún otro presidente se ha burlando tanto de la Constitución y el poder del Congreso a que realice su supervisión”, enfatiza.

El documento advierte de que, si no se pone freno al esfuerzo continuo del presidente de obstaculizar el poder del Congreso a efectuar un juicio político, eso conllevará el riesgo de “causar un grave daño a la institución del Congreso, el equilibrio de poderes entre las ramas del gobierno, y el orden Constitucional que el presidente y cada miembro del Congreso han jurado proteger y defender”.

Trump ha negado repetidamente haber hecho nada malo o ilegal, y ha descalificado el juicio político y a los demócratas que lo encabezan.

Según el informe, la llamada de Trump con Zelenskiy, el pasado 25 de julio, en sí constituye una “cruda prueba de conducta indebida” y una muestra de que Trump dio prioridad a su beneficio político personal por encima del interés nacional”.

En esa llamada, que fue precedida por el inexplicable congelamiento de ayuda por unos 400 millones de dólares a Ucrania, Trump pidió a Zelenskiy “un favor, no obstante”: dos investigaciones específicas para ayudarle en sus esfuerzos de reelección, continúa el documento.

La llamada para que Ucrania anunciara una investigación contra el exvicepresidente, Joe Biden, asimismo, “no fue ni el principio ni el fin” de los esfuerzos de Trump de moldear la política exterior para beneficio personal.

A lo largo de dos meses, el Comité realizó audiencias a puerta cerrada con 17 testigos y en público con 12. Pese a las advertencias y citaciones judiciales del Comité, la Casa Blanca ha impedido que 12 miembros antiguos o actuales de la Administración dieran testimonio en las vistas, y se ha negado a entregar documentos. Diez de esos funcionarios recibieron citaciones obligatorias del Congreso que ignoraron.

Varios de los testigos, entre éstos el embajador de EEUU ante la Unión Europea, Gordon Sondland, corroboraron los esfuerzos de Trump y de su abogado personal, Rudy Giuliani, por presionar a Ucrania a que investigara a Biden.

Ante la falta de cooperación de la Casa Blanca, el informe también destacó que quedan aún “preguntas sin respuestas”.

Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, dijo en un declaración escrita que el informe es producto de una “farsa” y los demócratas, encabezados por presidente del Comité, Adam Schiff, no lograron mostrar pruebas de un delito por parte de Trump.

“Este informe no refleja más que sus frustraciones. El informe de Schiff se lee como las palabras errantes de un bloguero en un sótano, luchando por probar algo, cuando no hay pruebas de nada”, puntualizó Grisham.

Los republicanos del comité tuvieron acceso a un borrador del informe anoche, y publicaron su propio informe en el que repiten el mensaje de la Administración: que no hubo “canje” con Ucrania y que la bancada demócrata no ha mostrado ni una sola infracción que justifique un juicio político para destituir a Trump.

La investigación demócrata y partidista, por lo tanto, “es producto de su obsesión para impugnar los resultados de la elección presidencial de 2016”, indicó el informe republicano de 123 páginas.

Al igual que la Casa Blanca, la minoría republicana del Comité insiste en el mensaje de que los demócratas quieren desvirtuar los resultados de 2016, omitiendo que un juicio político se apoya en delitos cometidos por un presidente en funciones.

Los republicanos también repiten el argumento de que Trump presionó de esa forma a Ucrania debido a su consternación en torno a ese país, debido a su conocido historial de corrupción, no para presionar a Zelenskiy a que investigara a Biden, y el hijo de éste, Hunter.

El Comité de Inteligencia prevé someter a voto la aprobación del informe, un mero formalismo para ceder las riendas de la investigación al Comité Judicial de la Cámara Baja.

El presidente de ese comité, el demócrata Jerrold Nadler, invitó a Trump y su abogado a que participaran en la serie de audiencias, que comenzarán mañana miércoles. La Casa Blanca rechazó la invitación el domingo pasado.

El Comité Judicial no ha dicho cuántas audiencias realizará, pero tiene la tarea de formalizar los eventuales cargos contra Trump, para que sean votados en el pleno de la Cámara de Representantes. Luego el Senado realiza el juicio para destituir a Trump o absolverlo.

Aprueban Reglas Para el Juicio Contra Trump

La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó este jueves y se aprobaron las reglas del proceso del juicio político contra el presidente Donald Trump, abriendo así la siguiente fase de su investigación.
La Cámara aprobó la resolución de procedimientos más temprano este jueves, y luego votó sobre la resolución para formalizar cómo serán las reglas en la investigación.

Ningún republicano votó en favor de la resolución.
Hubo 232 votos a favor (231 demócratas y un independiente) 196 en contra (dos demócratas y 194 republicanos) y solo 4 no votaron: 1 demócrata y 3 republicanos.
La votación se trata de los procedimientos que podrían llevar al presidente Donald Trump a convertirse en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido a un juicio político.
Recuerda: esto no fue un voto para destituir al presidente Trump, sino un voto para formalizar los procedimientos de destitución.
Lo que sucede ahora: la investigación de juicio político continuará, según los protocolos descritos en la resolución.
La teoría de trabajo entre los demócratas es que habrá una o dos semanas de declaraciones a puerta cerrada, y que las audiencias públicas ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara podrían comenzar la segunda semana de noviembre.
Trump reaccionó al voto en Twitter:
“Es la cacería de brujas más grande de la historia de EE.UU.”

La votación es un movimiento hacia la siguiente etapa de la investigación luego de varias semanas de declaraciones a puerta cerrada, ya que los demócratas dijeron que la resolución establecería reglas para las audiencias públicas, otorgaría los derechos del debido proceso a la Casa Blanca y permitiría que la información se transfiriera a la comisión que finalmente consideraría los artículos del juicio político.
Antes del voto, Trump tuiteó que la votación estaba afectando al mercado. El Dow abrió con 0,6% a la baja, pero el mercado sigue estando en la racha al alza más larga de la historia:

Congreso le Bloquea a Trump su Emergencia Nacional

+ Trump veta el rechazo del Congreso a emergencia nacional
+ Donald Trump arremetió contra el Congreso de Estados Unidos tras bloquear su emergencia nacional para poder tener dinero y construir el muro fronterizo con México

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este jueves su veto a la resolución del Congreso en contra de su emergencia nacional decretada para financiar el muro en la frontera con México, minutos después de que fuese aprobada por el Senado, con el apoyo de 12 senadores republicanos.

Con esta resolución demócrata se abrirían las fronteras y con ello aumentaría la delincuencia, drogas, y la trata de nuestro país.

Agradezco a todos los republicanos fuertes que votaron para apoyar la seguridad fronteriza y nuestro muro desesperadamente necesitado!

Se trata del primer veto presidencial que utiliza desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017.

La resolución del Senado es especialmente notable ya que cuenta con mayoría republicana, el partido de Trump, por lo que supone un duro golpe a su autoridad

Con un resultado de 59 a favor y 41 en contra, un total de 12 senadores conservadores optaron por unirse a la oposición demócrata en contra del presidente.

Trump amenaza con vetar resolución sobre muro fronterizo

El veto de Trump devuelve la propuesta al Congreso, pero ahora se necesitaría el respaldo de dos tercios de la Cámara de Representantes y del Senado para hacerla efectiva.

Aunque podría salir adelante en la Cámara Baja, donde los demócratas cuentan con mayoría; parece difícil que la propuesta logre los 67 votos necesarios en la Cámara Alta, ya que tendrían que sumarse ocho republicanos más de los que votaron hoy.

La resolución contra la emergencia nacional fue presentada en la cámara baja por el presidente del Caucus Hispano del Congreso (CHC), Joaquín Castro, con el objetivo de censurar que Trump haya pasado por alto la autoridad legislativa de los congresistas, que no habían aprobado los fondos para el muro que desea el gobernante.

El pasado 15 de febrero, el mandatario firmó una declaración de emergencia nacional, una medida extraordinaria que permite a los presidentes acceder temporalmente a una potestad especial para hacer frente a una crisis.

Trump ha justificado su declaración de emergencia por una supuesta «invasión» de drogas y criminales en la frontera con México.

Senado de EU ‘bloquea’ emergencia nacional de Trump

Con ese decreto, Trump pretende reunir 6 mil 600 millones de dólares desviados de distintas partidas ya aprobadas por el Congreso, que se sumarían a otros mil 375 otorgados por el poder legislativo para construir la barrera fronteriza.

El Congreso vota un profundo cambio de las leyes migratorias impulsado por Trump

El Senado votará este jueves dos propuestas de ley para reabrir el Gobierno federal con presupuesto hasta el 8 de febrero, y para reformar las leyes migratorias y construir el muro en la frontera prometido por el presidente, Donald Trump. Republicanos y demócratas han acordado llevar a votación ambas iniciativas, aunque es complicado que ninguna consiga los 60 votos necesarios para salir adelante (hay 53 senadores conservadores y 47 liberales).
El cierre del Gobierno. “La gente se pregunta, ¿no hay una manera de salir de este lío? ¿No hay una manera para acabar con la carga de 800,000 trabajadores sin sueldo?”, se ha preguntado el líder demócrata, Chuck Schumer, “bueno, ahora la hay”. La propuesta que se votará el jueves acabaría con una crisis que dura ya casi cinco semanas: aplazaría la negociación definitiva hasta el 8 de febrero, cuando volvería a acabarse el dinero, pero al menos permitiría cobrar a los trabajadores federales sus sueldos atrasados. El problema es que los republicanos se oponen.
Cambio en las leyes migratorias. Los demócratas, por su parte, se oponen a la propuesta impulsada por la Casa Blanca como condición (Schumer lo considera “una toma de rehenes”) para acabar con el cierre del Gobierno. Incluye 5,700 millones para financiar el muro; contratar a 2,750 agentes de la Patrulla Fronteriza y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés); y a 75 jueces migratorios; y para aumentar las celdas para indocumentados.
La medida obligaría a los cerca de 700,000 soñadores (jóvenes llegados al país ilegalmente de la mano de sus padres cuando eran niños) ahora protegidos por la Acción Diferida de Llegados para Llegados en la Infancia (DACA, en inglés) a volver a aplicar para demostrar que cumplen las condiciones con un baremo más rígido.
Aquellos nacidos después del 15 de junio de 1981; que entraron al país antes de los 16 años y llevan viviendo aquí desde el 15 de junio de 2007 hasta el presente; que están estudiando, se han graduado o han pasado por el Ejército; no han sido condenados por un delito, una falta grave o tres faltas leves, ni son pandilleros o una amenaza para la seguridad, tendrán derecho a aplicar, tras pagar las tasas, para conseguir extender su permiso de trabajo y residencia tres años más, no renovables.
Tendrían que demostrar sin embargo que tienen unos ingresos (un 125% por encima del umbral de la pobreza), y que no son una carga pública (es decir, que no reciben ayuda pública médica, educativa, de vivienda, etcétera), dos requisitos que hasta ahora no estaban incluidos en DACA; y les impediría, entre otras cosas, intentar conseguir la residencia permanente por otra vía.
DACA sigue por ahora en vigor, pese a que Trump decidió acabar con este programa en septiembre de 2017, porque cortes federales han anulado esa decisión; la Corte Suprema ha decidido no entrar a juzgar todavía el asunto, lo que permitirá al programa seguir en vigor al menos 10 meses más.
Restricciones para los solicitantes de asilo. La nueva medida impediría a los menores centroamericanos pedir asilo en la frontera, lo que “reduce el incentivo para que hagan este peligroso viaje”. Así, todos aquellos que huyen desesperado de la violencia se encontrarían la puerta cerrada. En su lugar, se pondría en marcha una vía para que pudieran solicitar asilo desde El Salvador, Guatemala y Honduras, para viajar a Estados Unidos bajo tutela de padres o tutores cualificados. La prohibición de pedir asilo en la frontera sería inmediata, pero este nuevo sistema tardaría al menos ocho meses. Además, sólo permitiría 50,000 solicitudes al año, de las que se admitirían únicamente 15,000. En el año fiscal de 2018 se interceptó en la frontera a 50,000 menores no acompañados (en 2017 fueron 41,435).
Permiso para los solicitantes del TPS. Aquellos inmigrantes que van a perder, por decisión de Trump, el estatus de protección temporal podrían intentar conseguir una extensión de tres años más (entre ellos, 2,500 nicaragüenses, 86,000 hondureños, y 257,000 salvadoreños), con unos criterios similares a DACA; como a estos, se les prohíbe aplicar de otra forma a una green card, so riesgo de quedar desterrados para siempre del país.

Se Cae el Acuerdo Para Salvar a los Dreamers

El rechazo del Senado a todas las iniciativas migratorias supone un fuerte golpe para todas las partes y devuelve al comienzo las negociaciones, que han durado meses.

El propio Trump vio como la propuesta legislativa que él respaldaba, redactada por el republicano Chuck Grassley, fracasaba al no superar la barrera de 60 votos en el Senado, donde los republicanos tienen la mayoría.
El Senado de Estados Unidos rechazó este jueves un plan de reforma migratoria impulsado por el presidente Donald Trump, como había hecho poco antes con un proyecto de ley elaborado por legisladores de los dos partidos políticos, y otros dos proyectos que habían llegado al recinto.

Tanto el que contaba con el aval del presidente como el que había surgido de un acuerdo entre los dos partidos abrían un camino a que 1,8 millones de inmigrantes accedieran a la ciudadanía estadounidense, pero diferían en los recursos destinados al refuerzo de la seguridad fronteriza.

El fracaso del Senado para llegar a un consenso sobre el tema de la inmigración pone a esos inmigrantes en peligro de deportación a partir del 5 de marzo, cuando la Casa Blanca planea rescindir las protecciones legales de la era Obama. No está claro aún qué hará la cámara en caso de llegar a esa fecha sin acuerdo.

La Casa Blanca publicó en enero una guía de sus exigencias para una ley de reforma migratoria, que incluye la vía de 1.8 millones de inmigrantes a la ciudadanía pero a cambio hace hincapié en el refuerzo fronterizo con la construcción de un controvertido muro con México.

Además, exige el fin de la llamada migración familiar y acabar con el sorteo de visas de residencia (green cards).

Esa posición quedó plasmada en un proyecto de ley elaborado por el senador republicano Chuck Grassley, que también fue rechazado este jueves.

El proyecto de ley de Grassley «logra los cuatro pilares definidos por la Casa Blanca: una solución definitiva sobre DACA, fin de la migración familiar, fin del sorteo de visas, y refuerzo de fronteras mediante la construcción de un muro», había elogiado Trump.

Unos 690.000 inmigrantes regularizaron su situación mediante el programa DACA. Al anunciar el fin de la renovación de DACA, Trump determinó que el plazo final de esos beneficios se extinguirían el 5 de marzo.

Sin embargo, un juez federal bloqueó el fin de DACA, de forma que el programa se mantiene legalmente vigente y los beneficiarios pueden presentar un pedido de renovación de sus permisos de residencia aún después del plazo.