Pese a Todo el Congreso Certifica Triunfo de Biden

➡️La madrugada del jueves, el vicepresidente Mike Pence validó el resultado del Colegio Electoral que da el triunfo a Biden y Harris, luego de que ambas cámaras rechazaron las objeciones a los resultados del Colegio Electoral de Arizona y Pennsylvania.

➡️ El Congreso tomó 15 horas para cumplir con el proceso (en principio protocolar) en medio de un toque de queda declarado en Washington DC, forzado por el violento asalto al Capitolio por parte de seguidores de Trump.

➡️ La violencia terminó con una mujer muerta dentro del edificio del Congreso baleada por la Policía del Capitolio y otros tres muertos que la policía dijo que fallecieron tras sufrir “emergencias médicas separadas” cerca de los terrenos de la sede del Congreso, sin dar más detalles.

➡️ Un asesor de la Casa Blanca difundió un mensaje, atribuido al presidente Trump, en el que el mandatario expresa su desacuerdo con el resultado pero dice que habrá una “transición ordenada” del poder el 20 de enero.

➡️Trump había encabezado un evento la mañana del miércoles con miles de sus simpatizantes en Washington DC a los que les reiteró que él ganó las elecciones y les pidió que marcharan al Congreso para ‘presionar’.

➡️ Cientos de simpatizantes del presidente rompieron los cercos de seguridad del Capitolio e ingresaron violetamente al edificio desbordando a las fuerzas de seguridad. La Guardia Nacional fue desplegada y decretado un toque de queda desde las 6pm.

➡️ En alocución al país, el presidente electo Joe Biden exigió a Trump que pidiera el cese de la insurrección causada por sus seguidores en el Capitolio.

➡️ En su cuenta de Twitter, Trump publicó un video donde expresaba simpatía con los asaltantes del Capitolio. «Sé cómo se sienten, fue un acto cometido por la maldad, pero ya es hora de que regresen a casa y lo hagan en paz. Los amo».

➡️ El presidente siguió enviando mensajes por redes en los que parecía advertir con nuevos episodios violentos si el Congreso insistía en reconocer el triunfo de Biden. Fueron bloqueados por Twitter y Facebook, que suspendieron sus cuentas -el segundo de manera indefinida- por violar sus normas sobre incitación a la violencia.

Asume Nuevo Congreso Y Esperan Resultados de Georgia

El nuevo Congreso de Estados Unidos asumió sus funciones este domingo en medio de un ambiente expectante por la definición de la mayoría en el Senado y por la promesa de una sesión agitada el próximo miércoles, en la que se sellará la victoria del presidente electo, Joe Biden.

Más femenina y diversa que nunca, la Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, se volvió a reunir para la juramentación de sus integrantes, todo bajo un protocolo sanitario reforzado.

A continuación designarán a la que será en este caso la presidenta. El cargo volverá a recaer en la hábil estratega Nancy Pelosi, de 80 años, pese a la renuencia de algunas voces situadas en la izquierda del partido.

En el Senado —que también volvió a sesionar— la historia es otra, ya que la definición está supeditada a la elección que tendrá lugar el martes en el estado de Georgia (sur), y en la cual los demócratas deben ganar los dos escaños disputados —algo difícil— para recuperar el control de la Cámara Alta.

Y justamente unos 1,000 kilómetros al sur la batalla electoral cobró un nuevo impulso.

Prueba de lo que está en juego es que tanto el presidente Donald Trump como el mandatario electo Biden visitarán el estado el lunes. También lo harán sus respectivos números dos: Mike Pence y Kamala Harris.

“El futuro del país está en juego aquí en Georgia, en nuestras papeletas”, dijo a la cadena Fox News la senadora republicana Kelly Loeffler, quien espera conservar su escaño contra el pastor negro Raphael Warnock.

“Es una elección entre nuestras libertades (…) y el socialismo”, añadió, haciéndose eco del argumento de los republicanos en esta carrera: el fantasma de un poder que se inclina hacia la izquierda.

“Estamos al borde de una victoria histórica después de cuatro años de grave incompetencia, racismo, odio y prejuicio”, dijo por su parte el demócrata Jon Ossoff, de 33 años, a la CNN, con la esperanza de quedarse con el escaño del republicano David Perdue, 71.
‘Maniobra’

Trump también dedicó varios tuits a Georgia el domingo.

Pero no fueron para apoyar a los candidatos de su partido, sino para denunciar “fraudes” masivos que, según él, le habrían privado de su victoria en este estado tradicionalmente republicano.

Algo que según diversos analistas podría servir a los demócratas: convencidos de la existencia de fraude, los votantes republicanos podrían verse tentados a quedarse en casa.

Dos meses después de las elecciones, Trump todavía se niega a conceder la derrota.

A pesar del rotundo fracaso de su cruzada judicial y la falta de pruebas contundentes, logró sembrar dudas en la mente de la mayoría de sus partidarios, que prevén hacerse escuchar el miércoles en Washington.

Manifestaciones, incluyendo una “marcha por Trump”, coincidirán con una sesión del Congreso destinada a registrar formalmente el triunfo de Biden, confirmado con 306 grandes electores contra 232.

Esta acción del Congreso es una obligación constitucional y es normalmente una mera formalidad, pero que este año promete ser explosiva.

Aunque algunos pesos pesados republicanos como Mitch McConnell admitieron finalmente el triunfo de Biden, el presidente saliente tiene todavía el apoyo inquebrantable de docenas de legisladores en ambas cámaras, que ya anunciaron que expresarán sus objeciones y harán resonar las acusaciones de fraude electoral en el Capitolio.

Su intervención no tiene posibilidades de descarrilar la sesión —no les alcanzan los votos para eso— pero sí pueden entorpecerla o ralentizarla.

“Es más una maniobra política que un remedio efectivo”, dijo su colega Lindsey Graham, un fiel aliado de Trump.
Dura batalla

Su relevancia dependerá en gran medida de lo que suceda en Georgia.

En el papel los senadores republicanos David Perdue (71 años) y Kelly Loeffler (50) son los favoritos para retener sus bancas. El primero ganó en la primera vuelta y la segunda debería beneficiarse de los votos de otro conservador.

Pero sus oponentes demócratas, Ossoff y Warnock, apuestan al impulso creado por la victoria de Biden en noviembre y poder dar el batacazo.

“La batalla es dura, pero una victoria demócrata es posible”, dijo Stacey Abrams, una estrella en ascenso del Partido Demócrata nacida en Georgia, donde ha trabajado duro para promover el acceso de los votantes negros al voto.

El electorado negro, que se espera que desempeñe un papel decisivo, será alentado el domingo por la tarde por Kamala Harris, quien se convertirá en la primera mujer y primera persona de una minoría en acceder a la vicepresidencia el 20 de enero.

De acuerdo a la Constitución, ella tendrá el poder de definir las votaciones en el Senado si los demócratas vencen en Georgia y dividen la Cámara Alta en 50 escaños por lado.

Si fracasan, Biden tendrá que convencer a los senadores republicanos más centristas en cada proyecto de ley o nominación que envíe al Congreso, lo que de alguna forma limitaría su margen de maniobra.

No se Avanza en Negociaciones Sobre el Nuevo Cheque de Ayuda

Las conversaciones entre la Casa Blanca y los legisladores demócratas y republicanos continuarán este martes en un intento por acercar las lejanas posturas en torno al subsidio federal por desempleo y la asignación de fondos para afrontar la pandemia, entre otros asuntos. Sigue aquí lo último sobre la pandemia.

La Casa Blanca y los líderes demócratas y republicanos en el Congreso se reunirán otra vez este martes tras haber logrado en la víspera «un poco» de avance en las difíciles negociaciones sobre un nuevo paquete de ayudas federales para sortear el impacto de la pandemia.

Las conversaciones se han entrampado en medio de las lejanas posturas en asuntos clave del posible plan de estímulo económico, como el beneficio adicional por desempleo y la asignación de fondos para los estados y ciudades.
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La presión va creciendo con el paso de los días, pues además de que ya comenzaron a vencer los beneficios aprobados en el masivo paquete por $2.2 billones de marzo pasado, el CARES Act, los legisladores tienen previsto tomar desde este viernes su receso habitual del verano. La líder demócrata Nancy Pelosi dijo la semana pasada que estaba dispuesta a postergar ese período, pero no ha quedado claro si hay un consenso amplio para que así sea.

«Hicimos un poco de progreso», dijo tras salir del encuentro de este lunes el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quien junto con el jefe de gabinete, Mark Meadows, han estado a cargo de negociar en nombre del presidente Donald Trump.

Mnuchin aseguró, citado por la agencia Bloomberg, que Trump quiere que alcancen un acuerdo. Aunque, horas antes, el mandatario afirmó que evaluaba emitir una orden ejecutiva para por ejemplo ampliar la vencida moratoria a los desalojos.

El presidente no precisó cómo lo haría ni si sería una moratoria a los desalojos en todas las propiedades o solo en aquellas con una hipoteca respaldada con fondos federales o con un subsidio del gobierno. La moratoria anterior fue parte del paquete de ayudas de marzo que pasó por el cedazo del Congreso.

Declaraciones del líder de la minoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, también apuntaron a un acercamiento entre las partes. «Creo que existe el deseo de hacer algo lo más rápido que podamos», dijo el congresista citado también por Bloomberg.

Pero ni Mnuchin, ni Pelosi, ni Schumer dieron detalles concretos sobre cuánto han podido aproximar sus posiciones.

El áspero debate sobre el subsidio por desempleo

Qué hacer con el subsidio adicional de $600 por desempleo ha sido uno de los puntos centrales del debate bipardista. Esa ayuda venció formalmente el 31 de julio y era recibida por las cerca de 30 millones de personas que siguen desempleadas en medio de la debacle sin precedentes del mercado laboral.

Los republicanos buscan reducirlo a $200 semanales por dos meses, mientras los estados pueden poner en pie un esquema que entregaría el equivalente al 70% de los salarios que tenían esas personas en sus trabajos más recientes.

Han insistido en ello porque aseguran que hay personas que prefieren recibir los subsidios antes que salir a buscar otro trabajo. Esto porque hubo casos en los que los beneficios por desempleo superaron los ingresos previos.

Los demócratas siguen firmes en que se debe extender el monto completo de $600 semanales hasta inicios del 2021, porque la tasa de desempleo permanece en un nivel históricamente alto cercano al 11%.

Ese subsidio ha sido catalogado como «una línea de vida» por muchas de las personas que los estuvieron recibiendo, pues representó para ellas y sus familias el no tener que escoger entre pagar la renta o comprar alimentos.

Nuevos Cheques de Apoyo En Camino

Los líderes republicanos en el Senado presentaron este lunes por la noche un paquete de ayudas por un billón de dólares para paliar la crisis económica causada por la pandemia del COVID-19.

El plan prevé una nueva ronda de cheques de 1,200 dólares pero excluye, como sucedió durante la primavera, a inmigrantes que carecen de Seguro Social y a los ciudadanos estadounidenses que están casados con ellos. 

La propuesta cuenta con el respaldo de la Casa Blanca y puede ser fácilmente aprobada por el Senado, pero debe ser negociada aún con la Cámara de Representantes, bajo control demócrata.

Los demócratas ya la han tachado de «totalmente insuficiente», puesto que, por ejemplo, excluye una ampliación de fondos para cupones de comida, más asistencia a los gobiernos locales y estatales, o ayudas para fortalecer al sistema electoral.

El plan, denominado HEALS Act, tampoco incluye una moratoria para evitar los desalojos de inquilinos que por culpa de la pandemia hayan perdido sus empleos y no puedan ponerse al día con el pago de vivienda. Los republicanos no descartan incluir la moratoria en las negociaciones.

Además, recorta los beneficios adicionales para subsidios de desempleo de $600 en la actualidad a $200 semanales, y protege durante cinco años a los negocios, escuelas y demás organizaciones de posibles demandas debido a contagio del coronavirus en sus instalaciones.

Los demócratas se oponen a este «escudo» por considerar que podría impedir rendición de cuentas de empresas cuyas prácticas perjudiquen a empleados o clientes. McConnell y otros republicanos replican que sin esta cláusula, el plan de estímulo no irá a ninguna parte. 

Así las cosas, las negociaciones entre ambos partidos afrontan presiones no sólo por el corto tiempo en el calendario antes del receso legislativo de agosto sino también por la necesidad de evitar que se eleve aún más el costo del plan y, por tanto, el déficit presupuestario.

«Tenemos un pie en la pandemia y otro en la recuperación», ha dicho el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, «los estadounidenses necesitan más ayuda y que sea integral, que se ciña a esta coyuntura».

En mayo, la Cámara de Representantes aprobó un plan demócrata por valor de tres billones de dólares, denominado Heroes Act, pero no ha sido ni siquiera admitido a debate en el Senado.

A continuación, un resumen de los principales puntos del plan republicano:

Nueva ronda de cheques.—  El paquete incluye una nueva ronda de cheques directos de 1,200 dólares para solteros con salarios anuales de hasta 75,000 dólares, y de hasta 2,400 dólares para parejas que declaran juntas sus impuestos y con salarios de hasta 150,000 dólares.

Las autoridades determinarán el ingreso salarial de los beneficiarios con base a sus declaraciones de impuestos de 2018 o 2019. También incluye 500 dólares para dependientes elegibles, incluyendo adultos sin ingresos.

El plan excluye de estas ayudas directas a ciudadanos o hijos estadounidenses de inmigrantes que no tengan un número de Seguro Social, pese a que los senadores republicanos Marco Rubio y Thom Tillis abogaron por incluirlos.

Según un análisis del grupo American Business Immigration Coalition, esta omisión privará del cheque a centenares de miles de ciudadanos estadounidenses en estados clave en la contienda electoral, incluyendo a 291,000 en Texas; 81,000 en Florida; 31,000 en Carolina del Norte; 16,000 en Wisconsin; 30,000 en Colorado, y 43,000 en Arizona.

Más fondos para pruebas y cuidado médico.— El plan provee 26,000 millones para el desarrollo y distribución de vacunas; otros 25,000 millones para proveedores de cuidado médico; 16,000 millones para ampliar las pruebas del coronavirus; 3,000 millones para los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades; y 15,500 millones en fondos adicionales para los Institutos Nacionales de Salud.

El Gobierno federal también ampliará los reembolsos para servicios de telemedicina mientras dure la pandemia.  

Más fondos para educación.— El paquete autoriza 105,000 millones en fondos para educación, la mayoría destinado a escuelas y universidades públicas y privadas que realicen una reapertura completa con clases presenciales.

Además, el paquete incluye 5,000 millones para proveedores de cuidado infantil, y 2,200 millones para subsidios de vivienda bajo el programa Sección 8 para personas de bajos recursos, pero no incluye una moratorio a los desalojos.

Un abanico de incentivos fiscales.— Los republicanos también han propuesto una serie de incentivos fiscales para ayudar a los negocios devastados por la pandemia, para que, por ejemplo, puedan desgravar el 100% de sus gastos de comida y entretenimiento, con el objetivo de alentar el consumo en los restaurantes.

También proponen incentivos tributarios para empresas manufactureras que regresen sus operaciones a Estados Unidos, en particular la fabricación de equipos de protección personal.

Más ayudas para los negocios.— Incluye además una segunda ronda de préstamos para la pequeña empresa a través del Programa de Protección de Salarios, pero disponibles sólo para empresas con menos de 300 empleados y que hayan registrado una caída de ingresos de al menos un 50%.

En ciertos casos, las empresas podrían ser elegibles para la condonación de sus préstamos por menos de dos millones de dólares, mientras que otras industrias tendrían acceso a préstamos con bajos intereses y a largo plazo, por un total de 100,000 millones.

Congreso Sigue Considerando más Alivio Económico

El paquete de rescate económico aprobado por el Congreso estadounidense en la primavera es el más cuantioso de la historia, ascendiendo a 2.2 billones de dólares. Pero ahora, en momentos en que la pandemia del coronavirus está empeorando, es evidente que ello apenas fue el comienzo.

Ante el implacable aumento del número de casos y muertes por coronavirus, el devastador ciclo de la enfermedad ha comenzado de nuevo, dejando al Congreso sin otra alternativa que aprobar más estímulo económico. Los negocios siguen cerrados, las escuelas no pueden reanudar clases y están desapareciendo millones de empleos, justo en momentos en que la primera versión de la asistencia federal está a punto de expirar.

Si no hay un plan federal para derrotar a la pandemia, el Congreso regresa sin poder ver luz al final del túnel.

“Esta enfermedad no va a desaparecer como arte de magia”, declaró sombríamente el líder de la mayoría republicana en el Senado Mitch McConnell, en una visita a un hospital en su estado de Kentucky hace pocos días.

El lunes los legisladores regresan a Washington para tratar de sacar al país del borde del precipicio en que se encuentra. Si bien la Casa Blanca ha optado por dejar a los gobiernos locales las decisiones de cómo aplicar las pruebas y las medidas de prevención, la falta de acción a nivel federal ha obligado a la Cámara de Representantes y al Senado a tratar de elaborar un nuevo plan de asistencia.

Es una tarea hercúlea y no necesariamente popular, pero la alternativa es peor. Los expertos prevén una crisis aun peor para cuando llegue el invierno. El doctor Anthony Fauci, el máximo experto a nivel nacional en cuanto a enfermedades infecciosas, ha dicho que Estados Unidos necesita “reagruparse”.

Si bien McConnell prepara la presentación de su plan de más de un billón de dólares, reconoce que no encuentra apoyo unánime. Desde ya la Casa Blanca ha pedido modificaciones, los republicanos están divididos y las discrepancias con los demócratas podrían descarrilar la gestión entera.

La presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi ya ha logrado la aprobación de un paquete de 3 billones de dólares para aumentar las pruebas de diagnóstico, otorgar ayuda financiera y fijar normas sanitarias para la reapertura de escuelas, tiendas y oficinas.

En días recientes, Pelosi ha lamentado la radicalización del Partido Republicando, recordando que incluso en los días de Richard Nixon, “por lo menos ambos partidos compartíamos el compromiso hacia la gobernabilidad de nuestro país”.

La crisis se hace más aguda en vista de la proximidad de las elecciones en noviembre, especialmente en momentos en que Estados Unidos tiene más casos y fallecimientos por coronavirus que ningún otro país. El viernes, dos directivos de la Reserva Federal (el banco central estadounidense) exhortaron al gobierno a hacer más para enfrentar la pandemia.

“Se nos está agotando el tiempo”, advirtió Pelosi.

A inicios de marzo, cuando el Congreso apenas empezaba a debatir fondos de emergencia, había apenas unos pocos centenares de casos de coronavirus en el país. Para fines de ese mes, cuando el Congreso aprobó el alivio por $2.2 billones , había más de 100,000 casos y más de 2,000 decesos.

El Congreso se Prepara Para Votar el Proceso de Destitución

Republicanos y demócratas cerraban filas el martes antes de una histórica votación en el Congreso de Estados Unidos sobre el juicio político del presidente Donald Trump, quien se encamina a convertirse en el tercer mandatario del país en ser sometido a un proceso de destitución.

Menos de tres meses después del estallido del escándalo ucraniano, la Cámara de Representantes, controlada por la oposición demócrata, está lista para votar si acusa al presidente republicano de “abuso de poder” y “obstrucción del Congreso”.

El primer cargo es por pedirle a Ucrania investigar a su posible rival electoral en 2020 Joe Biden, reteniendo como forma de presión ayuda militar crucial para ese país que afronta una guerra con separatistas prorrusos. El segundo cargo es por bloquear los esfuerzos de los legisladores para investigar sus acciones.

El comité de reglas debatía el martes los ajustes técnicos finales y la votación en el pleno de la Cámara podría realizarse el miércoles.

Todo indica que los legisladores votarán según las líneas partidistas, reflejando la profunda división de la opinión pública. Según una encuesta de CNN/SSR, el 45% de los estadounidenses quiere que Trump sea destituido de su cargo (porcentaje que sube a 77% entre los votantes demócratas), mientras el 47% se opone.

Un puñado de legisladores demócratas moderados, elegidos en circunscripciones favorables a Trump, han dicho que apoyarán el juicio del presidente, incluso si corren el riesgo de perder votantes.

“Mis años al servicio del ejército me han enseñado a poner a nuestro país primero, no a la política”, dijo Mikie Sherrill, congresista de Nueva Jersey.

“Sé que mi decisión enojará a algunas personas, pero fui elegido para hacer lo correcto, no lo políticamente seguro”, agregó Anthony Brindisi, representante de Nueva York.

Solo dos de los 231 legisladores demócratas podrían no votar a favor de someter a Trump a juicio político y ninguno de los 197 congresistas republicanos ha anunciado hasta la fecha su apoyo al proceso de destitución del presidente.

Por lo tanto, es casi seguro que Trump será juzgado, lo que solo le ha sucedido a dos de sus predecesores: a Andrew Johnson en 1868 y a Bill Clinton en 1998. El republicano Richard Nixon, involucrado en el escándalo de Watergate, prefirió renunciar en 1974 antes de sufrir este estigma.

Trump será juzgado en el Senado, probablemente en enero. Pero se espera que sea absuelto: se necesitarían al menos 67 votos para destituirlo y los republicanos detentan 53 de los 100 escaños.

Su líder, Mitch McConnell, dijo el martes desde el hemiciclo que la “precipitada” investigación de los demócratas de la Cámara baja con miras a la destitución del presidente es “fallida” para acusarlo y más aún para destituirlo.

Por otro lado, descartó la demanda demócrata de convocar a nuevos testigos. “No es tarea del Senado buscar desesperadamente formas de condenar (al presidente). Eso difícilmente sería justicia imparcial”, dijo McConnell.

Una vez terminado el juicio, republicanos y demócratas volverán a sumergirse en la campaña para las presidenciales de noviembre de 2020, relegada a un segundo plano este último trimestre.

Y Trump está convencido de que este episodio lo beneficiará. En un tuit, señaló que una reciente encuesta de USA Today lo da ganador contra todos los posibles candidatos demócratas.

“Es difícil de creer (…) después de tres años de caza de brujas”, escribió. Pero “los estadounidenses son inteligentes, ¡ven nuestra maravillosa economía y todo lo demás!”.

Consciente del riesgo electoral, la jefa de los demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi, retuvo durante mucho tiempo los llamados para abrir un procedimiento de destitución contra Trump.

Finalmente lanzó la investigación a finales de septiembre, tras conocerse la denuncia de un informante no identificado sobre presunta conducta inapropiada del presidente durante una llamada telefónica el 25 de julio con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski.

Con su mayoría en la Cámara, los demócratas llamaron a varios testigos que, durante espectaculares audiencias, confirmaron las presiones para obligar a Kiev a anunciar la apertura de la investigación requerida.

Pero Trump insiste en que la llamada telefónica fue “perfecta”.

La Casa Blanca se negó a cooperar en la investigación por considerarla “inconstitucional” y prohibió que varios de sus asesores testificaran. Por esta razón, los demócratas lo acusan tanto de haber abusado de su poder para beneficio personal como de haber obstruido el trabajo del Congreso.

Guerra Campal Entre Demócratas y el Presidente

Tras la reunión en la Casa Blanca que terminó con la abrupta salida de los demócratas tras insultos del presidente a la líder de la Cámara de Representantes, Trump publicó fotos acompañadas de ataques a Pelosi. Así respondió ella.

El presidente Donald Trump publicó una foto en Twitter acompañada de un mensaje insultante para la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.

Trump posteó la foto de la polémica reunión en la Casa Blanca en la que los demócratas aseguran que el presidente, entre otras cosas, insultó a la líder demócrata.

«¡El colapso desquiciado de la nerviosa Nancy!», indicó el presidente. La imagen tomada por la Casa Blanca muestra a la demócrata por California de pie apuntando a Trump sentado, con las manos en su regazo, mirándola del otro lado de la mesa.

Durante una reunión en la que los líderes demócratas del Congreso dijeron que el presidente tuvo un «colapso».

Pelosi pronto tomó la imagen y la puso en la portada de su perfil de Twitter.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, usó la foto que publicó el presidente Trump para su ceunta de Twitter.

Tras esta acción de la líder demócrata, que fue entendida como una actitud orgullosa de una mujer poderosa enfrentando a un presidente muy conocido por atacar e insultar a sus críticos, la imagen se volvió rápidamente viral.

Usuarios en redes sociales comentaron que, lejos de ser insultante, la imagen muestra a «una mujer en control» siendo ella la única mujer visible en esa mesa. Otro usuario comentó que esa foto debería ser el poster de campaña de Pelosi.

Otros comentaron la actitud de los que acompañan a Trump en la mesa, cabizbajos, comentando que parecen avergonzados del presidente.

El vicejefe de gabinete de Pelosi, Drew Hammill, le «agradeció» a Trump que les diera una nueva foto de perfil para la demócrata.

La reunión en la Casa Blanca era para discutir la orden de Trump de retirar las tropas estadounidenses en el norte de Siria y el ‘abandono’ de los kurdos en la región, quienes fueron los aliados clave en la lucha de EEUU contra ISIS. Se calcula que cerca de 1,000 prisioneros de la agrupación extremista están bajo custodia de los kurdos quienes ahora están bajo ataque por el avance de Turquía en los territorios en los que ellos viven.

Republicanos y demócratas criticaron fervientemente esta decisión tras una abrumadora votación bipartidista a una resolución en contra de la retirada de las tropas estadounidenses.

Tras el abrupto final de la reunión, Pelosi y el líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, comentaron que Trump «comenzó a llamar a la presidenta Pelosi un político de tercera categoría».

Según una recosntrucción de The New York Times, Trump también se midió con Pelosi y dijo que a él le importaba más derrotar al terrorismo que ella.

«Odio a ISIS más que tú», declaró el presidente a lo que Pelosi respondió: «No lo sabes».

Luego Trump le dijo: «Eres solo una política».

«A veces desearía que tú lo fueras», respondió Pelosi.

Según la reconstrucción del diario, Schumer intervino para decirle a Trump que los insultos no eran necesarios y el presidente atacó a Pelosi: «No eres una política, eres un política de tercer grado». Pelosi se levantó para irse, pero se quedó unos segundos más, hasta que finalmente se retiró.

Más tarde el miércoles, el presidente tuiteó una serie de fotografías de la reunión insultando a Pelosi llamándola «¡una persona muy enferma!»

Congreso Aprueba Ley Democracia

La norma pondría fin al estatuto comercial especial de Washington para región china semiautónoma a menos que el Departamento de Estado certifique anualmente que las autoridades de la ciudad respetan los derechos humanos y el Estado de Derecho. Beijing expresó su “fuerte indignación”

La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el martes un proyecto de ley solicitado por los manifestantes prodemocráticos en Hong Kong que tiene como objetivo defender los derechos civiles en el territorio semiautónomo, lo que provocó una respuesta furiosa de China.

La “Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong”, que ahora pasará para su debate al Senado antes de que pueda convertirse en ley, ha atraído un raro apoyo bipartidista en un Congreso actualmente polarizado.

“Hoy simplemente estamos instando al presidente chino y la presidenta ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, a cumplir fielmente las promesas del gobierno” de que se protegerían los derechos y la autonomía de Hong Kong, dijo el martes el representante republicano Chris Smith, principal patrocinador del proyecto de ley.

La ley pondría fin al estatuto comercial especial de Estados Unidos para Hong Kong a menos que el Departamento de Estado certifique anualmente que las autoridades de la ciudad respetan los derechos humanos y el Estado de Derecho.

También la ley requeriría que el presidente de Estados Unidos identifique y sancione a las personas responsables de la erosión de la autonomía y los graves abusos a los derechos humanos en Hong Kong.

China expresó su “fuerte indignación” por la aprobación del proyecto de ley.

“Lo que Hong Kong enfrenta no es el llamado problema de los derechos humanos y la democracia en absoluto, sino el tema de detener la violencia, restablecer el orden y defender el estado de derecho lo antes posible”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Geng Shuang, en un comunicado.

Hong Kong, antigua colonia británica y ahora región china semiautónoma, se encuentra desde hace meses sacudida por manifestaciones de ciudadanos que acusan a Pekín de despojarla de sus libertades. Sin embargo, China retrata a los manifestantes como violentos separatistas y se enfurece ante cualquier interferencia extranjera en el asunto.

Congreso Pide Revisar Llamadas de Trump

Los demócratas quieren accesar a las llamadas de Donald Trump con otros líderes mundiales. La investigación parlamentaria contra el presidente de Estados Unidos ya se ha puesto en marcha y el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam Schiff, ha defendido el interés de conocer el contenido de las conversaciones entre el mandatario neoyorquino y el presidente ruso, Vladímir Putin. La demanda tiene lugar apenas unos días después de que se hiciera pública la transcripción del diálogo entre el republicano y su homólogo ucranio, Volodímir Zelensky, en la que Trump pide insistentemente una investigación sobre su rival político Joe Biden y el hijo de este, Hunter. El caso ha impulsado las pesquisas para un impeachment (destitución política).

“Creo que la necesidad primordial aquí es proteger la seguridad nacional de Estados Unidos y ver si en las conversaciones con otros líderes –y, en particular, con Putin- el presidente estaba socavando nuestra seguridad con el objetivo de verse beneficiado en la campaña [electoral]”, dijo el demócrata Schiff este domingo en Meet the Press, programa de la cadena NBC, según las declaraciones recogidas por Reuters. Las charlas entre Trump y Putin constituyen material especialmente sensible, habida cuenta de la controvertida simpatía que el presidente norteamericano ha manifestado hacia el ruso, cuando la Justicia y los servicios de inteligencia estadounidense lo acusan de haber ordenado una campaña de injerencia en las elecciones de 2016. Moscú ya advirtió el viernes de que no estaba por la labor de permitir esa exposición, a diferencia del Gobierno ucranio, que dio luz verde a petición del propio Trump.

La Casa Blanca ha ocultado algunas transcripciones —no literales, sino notas elaboradas por los funcionarios que escuchan esas conversaciones del presidente— de las llamadas más delicadas, como las de Putin o la familia real saudí, según publicó The New York Times el pasado viernes, citando empleados y exempleados de la Administración. Dichos documentos se almacenan en un servidor especial para contenidos muy confidenciales a raíz de las filtraciones que se produjeron al inicio de la Administración de Trump.

Los demócratas, que desde las elecciones legislativas de noviembre cuentan con la mayoría en la Cámara de Representantes, ya han comenzado a mover las primeras piezas de la investigación: han emitido citaciones sobre documentos sobre Ucrania al secretario de Estado, Mike Pompeo, y establecido contactos para acordar declaraciones de testigos. Según explicó Schiff en otra cadena de televisión, ABC, los legisladores están preparando las condiciones para que el confidente anónimo que presentó la denuncia sobre el caso Ucrania pueda declarar sin ver expuesta su identidad, todo un secreto hoy por hoy. “Lograremos el testimonio sin filtros de ese denunciante”, dijo el congresista californiano.

La prensa estadounidense ha identificado al informante como un miembro de la CIA que había estado destinado durante un tiempo a la Casa Blanca, pero que ahora estaba de regreso a la agencia de inteligencia, lo que le permitió el acceso a las fuentes dentro del aparato presidencial. El exalcalde de Nueva York y abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, una pieza clave de este caso por sus múltiples contactos con funcionarios ucranios, también es un firme candidato a comparecer ante el Congreso. Los demócratas llamarán a declarar, además, a varios funcionarios del Departamento de Estado, como la exembajadora en Ucrania Marie Yovanovitch.

Tras una semana de tormenta política, el presidente ha pasado el fin de semana sin actividades públicas, más allá de seguir defendiéndose vía Twitter de las acusaciones. El sábado publicó un vídeo en el que advirtió a sus seguidores de que Estados Unidos «está en juego como nunca antes». «Quieren quitarles sus armas, quieren quitarles su atención médica, quieren quitarles su voto, quieren quitarles su libertad», aseguró. “Todo es muy simple. Están tratando de detenerme porque estoy luchando por ustedes, y nunca dejaré que eso suceda».

Congreso Condena Comentarios Racistas de Trump

La Cámara de Representantes ha votado a favor de condenar los mensajes discriminatorios del presidente, Donald Trump, en su cuenta de la red social Twitter en contra de cuatro congresistas demócratas de color.

Con 240 votos a favor y 187 en contra, los demócratas de la Cámara, un independiente y cuatro republicanos aprobaron la resolución.

“Me alzo con un sentido de indignación justo para apoyar esta resolución. Conozco el racismo cuando lo veo. Conozco el racismo cuando lo siento… Y en lo más alto del Gobierno no hay lugar para el racismo. Siembra las semillas de la violencia y destruye los sueños y esperanza de la gente”, dijo el representante demócrata John Lewis.

“El mundo está observando, están conmocionados porque parece que hemos perdido nuestro camino –como nación, como un gran pueblo orgulloso. Somos el Congreso, Y estamos aquí para servir a una casa, La casa americana. El pueblo americano”, agregó.

Aunque la medida no tiene consecuencias jurídicas para Trump, lo condena de manera simbólica.

El presidente, Donald Trump, defendió este martes que sus comentarios este lunes contra las representantes Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Ayanna Pressley y Rashida Tlaib no fueron racistas.

Trump dijo que las congresistas, todas ellas ciudadanas estadounidenses y una por naturalización, podían regresar a sus países si no estaban de acuerdo con lo que estaba sucediendo en Estados Unidos.

“Es tan interesante ver a mujeres congresistas demócratas ‘progresistas’, que vinieron originalmente de países cuyos gobiernos son una completa y total catástrofe, lo peor, lo más corrupto e inepto de todo el mundo”, escribió Trump, “ahora le dicen bien alto y perversamente a los estadounidenses, el mejor y más poderoso país de la Tierra, cómo debería funcionar nuestro Gobierno”.

De las cuatro congresistas atacadas por Trump, solo Omar no nació en Estados Unidos, aunque la ciudadanía durante su adolescencia.

“¿Por qué no se vuelven y ayudan a arreglar los lugares totalmente averiados e infestados de crimen de donde vinieron? Volved luego y mostradnos cómo se hace. Estos lugares necesitan vuestra ayuda urgentemente, id cuanto antes”, añadió, “¡Estoy seguro de que Nancy Pelosi estaría encantada de encargarse presurosa de los preparativos de viaje!”.

Las congresistas respondieron este lunes con una rueda de prensa en la que Omar llamó a iniciar un juicio político contra el presidente y lo acusó de tener “…la agenda de los nacionalistas blancos”.

En su respuesta al aluvión de reproches en su contra, el mandatario escribió en Twitter este martes: «Esos tuits NO fueron racistas. ¡No tengo un hueso racista en mi cuerpo!».

El lunes, Trump señaló en específico a Omar, acusándola de “odiar” a Israel y de expresar su “amor” por “enemigos como Al Qaeda”.

“Son personas que, a mi parecer, odian a nuestro país”, declaró.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que Trump quiere “hacer que Estados Unidos vuelva a ser blanco”, en una referencia al lema de la campaña del magnate, mientras que Ocasio-Cortez dijo que Trump “no puede concebir un Estados Unidos que nos incluya”.