Demócratas Piden al FBI Investigación Sobre Empleados Indocumentados de Trump

Un grupo de legisladores demócratas pidieron al director del FBI, Christopher Wray, que investigue a la Organización Trump -propiedad del presidente estadounidense- por haber empleado en sus campos de golf a por lo menos una veintena de trabajadores latinoamericanos sin papeles.

«Le escribimos para pedirle una exhaustiva investigación federal sobre las inquietantes acusaciones de exempleados de la Organización Trump que demuestran posibles violaciones a leyes civiles y criminales», apuntaron en una carta los legisladores.

La solicitud fue impulsada por el congresista Raúl Grijalva y suscrita por sus colegas Yvette D. Clarke, Nydia Velázquez, Joseph Kennedy III, André Carson, Darren Soto, Jimmy Gomez, Bonnie Watson Coleman y Tom Malinowski.

Una veintena de exempleados de los campos de golf de Trump en Westchester (Nueva York) y Bedminster (Nueva Jersey) denunciaron haber trabajado sin papeles para las empresas del presidente estadounidense.

Según una investigación del The Washington Post, la dirección del club de Bedminster, al que Trump suele ir los fines de semana de verano, contrataba a empleados procedentes de Costa Rica, El Salvador, México y Guatemala que vivían en el barrio obrero Bound Brook, en Nueva Jersey, y que antes del amanecer se amontonaban en camionetas para dirigirse al campo de golf cada mañana.

El rotativo capitalino informó que muchos de los trabajadores en situación ilegal que trabajaban para las empresas de Trump fueron despedidos en masa cuando comenzó la presión del gobernante para construir el muro en la frontera entre EE.UU. y México.

La Organización Trump defendió que estos trabajadores sin papeles ya no trabajan para sus empresas y que en el momento de emplearlos no sabían que eran indocumentados porque usaron documentos falsos.

Sin embargo, algunos de esos trabajadores afirmaron que sus superiores si tenían conocimiento de su estatus migratorio.

Los congresistas demócratas que solicitaron la investigación indicaron al director del FBI que Trump «no dudó en quebrantar la ley para emplear (a inmigrantes sin papeles) y explotarles por su propio beneficio financiero».

Trump Sigue Haciendo Berrinche por el Muro

+ Trump insiste que hay crisis de inmigración, los demócratas lo acusan de ‘rabieta’

El presidente Donald Trump trató nuevamente el martes de persuadir al público estadounidense sobre la existencia de una crisis humanitaria en la frontera con México para financiar un muro en la frontera con ese país, pero los demócratas argumentaron que Trump mantiene el gobierno cerrado injustamente por una “rabieta”.

En un discurso televisado desde la Casa Blaca el martes por la noche, Trump declaró que la frontera entre México y los Estados Unidos esta siendo afectada por una crisis humanitaria y de seguridad nacional causada por la “inmigración descontrolada e ilegal”.

Trump, quien habló por aproximadamente ocho minutos, pidió a los demócratas que reabran el gobierno, el cual lleva cerrado parcialmente 18 días, desde el 22 de diciembre a media noche.

El presidente dijo que el Congreso debe aprobar un presupuesto federal que incluya $5,700 millones para construir un muro y otros recursos, incluyendo más personal, agentes de patrulla fronteriza y jueces de inmigración, así como más tecnología para detectar contrabando ilegal como armas y drogas. El plan de gasto, dijo Trump, fue creado por el Departamento de Seguridad Nacional.

Los demócratas responden

Por su parte, los líderes del bloque demócrata, la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y el senador de Nueva York Chuck Schumer, hablaron justo después del presidente desde el Capitolio. Ambos políticos culparon a Trump por el cierre del gobierno, acusándole de haber fabricado la crisis e incitar al miedo innecesario.

Schumer dijo que Trump no puede “golpear la mesa” y lanzar una rabieta a costas de miles de americanos, incluyendo empleados federales que no recibirán cheques por su trabajo, familias que no pueden obtener una hipoteca para comprar una casa, y granjeros y dueños de pequeñas empresas que no pueden solicitar los préstamos que necesitan.

Según Trump, la crisis en la frontera esta afectando las vidas de miles de americanos. El presidente citó estadísticas sin hacer referencia a fuentes específicas, sobre los efectos de lo que él llamó dejar que “inmigrantes ilegales” entren al país.

Trump dijo que la barrera fronteriza ya no será un muro, después de que los demócratas pidieran que fuera una cerca acero, según él. Los demócratas dijeron que una barrera es “cara e innecesaria”.

“El símbolo de América debe ser la Estatua de la Libertad, no un muro de 30 pies”, dijo Schumer.

Ambos líderes demócratas dijeron que su partido quiere mejorar la seguridad en la frontera, pero está “totalmente en desacuerdo” con Trump sobre cómo hacerlo.

El presidente argumentó que la única razón por la cual está cerrado el gobierno es porque los demócratas se niegan a aprobar dinero para controlar la inmigración, y dijo que este problema se puede resolver en una reunión de 45 minutos, e invitó a los congresistas a llevarlo a cabo.

Los demócratas dijeron que ellos ven su propia solución: pidieron a Trump que separe la controversial suma para la seguridad de la frontera y reabra el gobierno, y luego podrán discutir sobre inmigración. Pelosi y Schumer dijeron que el Congreso ya aprobó un presupuesto que Trump puede firmar y así reabrir el gobierno.

Hoy Trump Defenderá Frontera en TV y los Demócratas Piden Derecho de Réplica

+ Líderes demócratas exigen el “mismo tiempo al aire” por TV que utilice Trump
+ Trump anunció que este martes se dirigirá a la nación por televisión en horario de máxima audiencia para tratar la «crisis» en la frontera
+ Líderes demócratas exigen el “mismo tiempo al aire” por TV que utilice Trump El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, y la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, pidieron un trato igualitario de tiempo al aire en televisión.

Los líderes demócratas de Estados Unidos exigieron hoy el “mismo tiempo al aire” para responder al mensaje que el presidente Donald Trump dará al país este martes.

El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, y la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, se refirieron a la decisión de las cadenas de televisión de transmitir el mensaje de Trump y pidieron un trato igualitario en caso de que esté lleno de “malicia y desinformación”.

Trump anunció que este martes se dirigirá a la nación por televisión en horario de máxima audiencia para tratar la “crisis” que vive su país en la frontera con México, donde insiste en levantar un muro.

“Me complace informarles de que me dirigiré a la Nación sobre la crisis humanitaria y de seguridad nacional en nuestra frontera sur”, dijo Trump en su cuenta de Twitter, al tiempo que especificó que el mensaje será a las 9:00 (EST) hora local del martes (6:00 p.m. PST).

Los demócratas defendieron en una declaración difundida el lunes que en el primer día del nuevo Congreso la Cámara Baja aprobó una legislación partidista que honra su responsabilidad de proteger al pueblo estadounidense con recursos para soluciones de seguridad fronteriza inteligentes y efectivas.

Además, calificaron el muro de Trump como “inútil” y un “desperdicio”.

En ese contexto, señalaron que Trump sigue exigiendo que los contribuyentes estadounidense paguen al menos 5.700 millones de dólares por el muro, que -anticiparon- no puede ser aprobado por ninguna de las cámaras del Congreso ni está pagando México.

A raíz de la disputa por el muro fronterizo, la Administración federal de Estados Unidos está parcialmente cerrada desde el pasado 22 de diciembre.

La negociación entre republicanos y demócratas en el Congreso se bloqueó por la exigencia de Trump de que el proyecto de presupuestos incluya una partida de más de 5.600 millones de dólares para financiar el muro fronterizo.

La actitud inamovible de Trump respecto a la construcción del muro, que fue una de sus promesas electorales estrella, y la negativa continua por parte de los demócratas para pactar sobre esta cuestión, ha llevado al Gobierno a estar parcialmente cerrado 17 días hasta el momento.

Esta situación ha provocado que algunos medios de comunicación cataloguen el momento actual como el peor del Gobierno estadounidense desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, una opinión que no ha gustado al mandatario.

Trump Amenaza Con Cerrar el Gobierno si no hay Presupuesto Para el Muro

En Twitter, el presidente de EU elogia a las fuerzas militares por impedir que crucen las caravanas de migrantes, y advierte que ellas se harán cargo de las obras si los demócratas se niegan a financiar el muro. Trump considera que las fuerzas de seguridad de su país han realizado un ‘trabajo fantástico’ para asegurar la frontera.

El presidente Donald Trump elogió hoy la eficacia del Ejército de Estados Unidos en el reforzamiento de la seguridad en la frontera con México y advirtió que las fuerzas militares construirán las secciones faltantes del muro fronterizo si los demócratas se niegan a financiarlo.

En una serie de mensajes en Twitter, el mandatario estadunidense destacó que las caravanas de migrantes centroamericanos que intentan cruzar a Estados Unidos desde México, se han encontrado con una barrera impenetrable gracias a los trabajos de los soldados de su país.

Si los demócratas no ceden, el Ejército construirá el muro: Trump

A pesar de que las caravanas que ese estaban formando y pretendían llegar a nuestro país, la gente no ha sido capaz de cruzar a través de nuestros recién construidos muros y cercas improvisadas, o por los agentes de la Patrulla Fronteriza y militares. Ellos (los migrantes) ahora se están quedando en México o están retornando a sus países de origen”, escribió Trump la mañana de este martes.

Aunque insistió en que todo sería más fácil y menos costoso si los demócratas autorizaran los recursos para el muro fronterizo.

Si los demócratas no ceden, el Ejército construirá el muro: Trump

Ellos (los demócratas) quieren Fronteras Abiertas para que cualquiera pueda entrar. Esto nos trae crimen y enfermedades a gran escala. Nuestra Frontera Sur es ahora más segura y permanecerá de esa manera”, comentó el republicano en otro mensaje.

Trump agregó que espera reunirse con los líderes demócratas en el Congreso, Chuck Schumer y Nancy Pelosi, para tratar de convencerlos de autorizar los fondos para el muro.

Aunque el mandatario norteamericano advirtió que el muro terminará siendo construido por el Ejército, si los demócratas se niegan a permitir el financiamiento.

Trump ha vuelto a insistir en las últimas semanas en que si los presupuestos no incluyen una partida específica para la construcción del muro fronterizo podría no firmarlos, lo que abocaría a un nuevo cierre del Gobierno y que tendría lugar el próximo 21 de diciembre en caso de que no se alcance un acuerdo.

La pasada semana en rueda de prensa Pelosi afirmó que el muro, una de las grandes promesas electorales de Trump durante la campaña electoral de 2016, es «inmoral, ineficaz y caro» y recordó, además, que el presidente «prometió que México lo pagaría».

Tras las elecciones de noviembre, los demócratas recuperaron el control en la Cámara de Representantes, y que previsiblemente estará presidida por Pelosi a partir de enero de 2019, lo que dificulta las exigencias de Trump.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha repetido en varias ocasiones que le gustaría conseguir los 5 mil millones de dólares que pide Trump para la construcción del muro, aunque reconoce que es poco probable que los demócratas respalden esa opción.

El último pacto bipartidista en julio sobre esa cuestión resultó en mil 600 millones de dólares para la propuesta estrella de Trump, después de que los republicanos incluyeran el muro dentro del presupuesto para el Departamento de Defensa.

No Pudieron los Demócratas Pero Lograron Una Victoria que Pone a Temblar a Trump

Con la Cámara de Representantes en manos demócratas y el Senado aún bajo dominio republicano se presagia un tenso pulso político en Washington que le complicará al presidente los últimos dos años en la Casa Blanca.

Esta vez las encuestas indicaron lo que terminaría pasando en la votación final de las elecciones de mitad de periodo y, como se pronosticaba, el Partido Demócrata recuperó el control de la Cámara de Representantes del Congreso, mientras los republicanos reforzaron su dominio en el Senado.

Si bien la “ola azul” que los demócratas prometían y esperaban no terminó verificándose en los resultados, el partido obtuvo una importante victoria al lograr superar los 23 escaños que necesitaban arrebatar a los republicanos para obtener la mayoría. A la mañana del miércoles los demócratas habían logrado 26 puestos y una decena se esperaban definiciones que podrían terminar favoreciéndolos.

Con un Congreso dividido se le dificultará al presidente Donald Trump seguir avanzando su agenda política y es posible que, con un previsible agravamiento de la polarización, vengan dos años de estancamiento político en Washington.

Los demócratas lograron avances más notables en las gobernaciones y para el fin de la jornada del martes habían ganado 5, incluyendo Wisconsin, donde el demócrata Tony Evers derrotó a Scott Walker, quien pocos años atrás era considerado como una estrella ascendente de los republicanos y hasta se postuló para la nominación presidencial en 2016.

Sin embargo, en una serie de mensajes en su cuenta Twitter entre la noche del martes y las primeras horas del miércoles, el presidente no tuvo problemas en calificar los resultados como «gran victoria» y en alabar su desempeño en la campaña destacándose a sí mismo como «el hombre mágico» que habría logrado los triunfos de aquellos candidatos republicanos que él promovió.

La primera reacción del Partido Republicano fue minimizar la derrota haciendo énfasis en que el ‘tsunami’ con que los amenazaban terminó siendo una ‘onda’, como indicó en un comunicado la presidenta del partido, Ronna McDaniels, en el que se refirió al “entusiasmo generado por el presidente Trump” como uno de los factores que habría evitado una derrota más aplastante.

El nuevo balance de poder cambiará la dinámica política en Washington y las estrategias para las presidenciales de 2020, una campaña que, podríamos decir, empezará apenas se terminen de oficializar los resultados de estos comicios.

Bloqueo parlamentario

El primer efecto previsible en el nuevo balance del poder es la paralización de la agenda legislativa del presidente, sobre todo sus planes en inmigración y seguridad y su promesa de una nueva reducción de impuestos.

Trump, que ha acusado de obstruccionismo a los demócratas para explicar fracasos legislativos como la derogación de Obamacare o la imposibilidad de imponer una dura reforma migratoria, pese a que su partido tiene la mayoría en el Congreso, podría estar por conocer lo que es un verdadero bloqueo parlamentario si no afina sus habilidades negociadoras para llegar a consensos con la oposición.

El proceso de formación de leyes se hará previsiblemente más engorroso y puntos importantes para la Casa Blanca, como reforma de las leyes de inmigración que aporte fondos suficientes para la construcción del polémico muro fronterizo con México, podrían no llegar a contar con el respaldo necesario en la Cámara Baja.

De la Casa Blanca parecen estar saliendo mensajes conciliatorios hacia los nuevos dueños de la Cámara Baja. La noche del martes el presidente llamó para felicitarla a la líder de la minoría, Nancy Pelosi, la posible futura presidenta del Congreso.

La asesora presidencial Kellyanne Conway aseguró que el presidente quiere trabajar con los demócratas para avanzar leyes en inmigración, infraestructura y otros puntos donde puedan conseguir acuerdos.

«El presidente ha mostrado que cuando eleva y lidera un asunto que ellos (los demócratas) siguen, ellos se le unirán», dijo Conway en una entrevista con la cadena Fox News recordando la reciente aprobación de una ley para controlar la epidemia de opioides que logró un amplio consenso bipartidista, aunque en su campaña Trump mintiera diciendo que no logró ningún voto demócrata.

Impeachment

Con los demócratas controlando la Cámara Baja, el presidente pierde una importante defensa que hasta ahora lo había protegido de los deseos de algunos de abrir investigaciones contra él y su entorno por la supuesta colusión con operadores de inteligencia rusos durante la campaña presidencial de 2016 y los conflictos de interés que pueden representar sus negocios.

El impeachment o juicio político al mandatario ha sido hasta ahora anatema para el liderazgo del partido, pero está en la lista de tareas inmediatas de muchos de los demócratas que están llegando al Congreso.

Eso presagia un potencial pulso entre los más progresistas que pueden asumir sus victorias como un mandato popular para limitar el poder de un presidente al que consideran que ha violado la ley con negocios no muy bien aclarados y un sector más moderado que puede pensar que no es necesariamente buena estrategia cazar una pelea con un político que se alimenta del debate y lo usa para aglutinar su base electoral.

Quizá antes de llegar a esa instancia, los congresistas decidan ejercer el poder de citación que tienen ahora que controlarán los comités para pedir al presidente que entregue las declaraciones de impuesto que no ha querido mostrar, rompiendo una tradición que marcaba que los aspirantes a la presidencia mostraban el estado de sus finanzas como gesto de transparencia.

Pero el presidente ya dejó claro que no se quedará tranquilo a esperar que los nuevos congresistas decidan investigarlo y advirtió en un mensaje en Twitter que está dispuesto a usar el Senado para resistirlo.
«Si los demócratas piensan que va a desperdiciar Dinero de los Contribuyentes investigándonos en la Cámara de Representantes, entonces nos veremos forzados a considerar investigarlos a ellos por todas las filtraciones de información Clasificada, y mucho más, en el Senado. Es un juego que pueden jugar dos», escribió la mañana del miércoles.

La hora de los moderados
La victoria demócrata se produce en gran medida por el avance de candidatos considerados moderados en distritos en los que el estilo y el discurso del presidente genera rechazo, incluso entre algunos republicanos, un fenómeno que se vio en zonas suburbanas.

Sin embargo, hay nombres destacados entre los nuevos congresistas, como la ’niuyorrican’ Alexandria Ocasio Cortez, considerada una de las representantes del ala más radical del partido por su agenda de socialismo democrático, inspirada en el senador Bernie Sanders. O Rashida Tlaib, en Michigan, la primera musulmana en integrar el Congreso.

Por lo pronto, los más liberales pueden desafiar el liderazgo de Nancy Pelosi, que como líder de la bancada, debería volver a convertirse en presidenta de la Cámara de Representantes, una función que ya ejerció entre 2007 y 2011, cuando se convirtió en la primera mujer en ese cargo.

Durante la campaña, varios candidatos que se presentaban como del ala progresistas dijeron que no respaldarían una nueva presidencia de la congresista de California, falta saber si lo hicieron por conveniencia electoral, considerando que ella suele ser el centro de las críticas republicanas, o por real convicción de que conviene una renovación de la cúpula demócrata en el Congreso.

La ganancia de Trump

No parece que lo sucedido el miércoles pueda contarlo el presidente como una victoria, a lo sumo conjuró una derrota más contundente (gracias a su esfuerzo de campaña, claro, pero a factores como que los demócratas tuvieron que defender más puestos vulnerables en el Senado que los republicanos o que los diseños de distritos y algunas normas electorales benefician a los republicanos).

Sin embargo, el presidente podría sacar provecho de su minoría en la Cámara de Representantes con miras a la reelección en 2020.

Si Washington cae en la parálisis y los próximos dos años no producen ninguna legislación importante o se llegara a un cierre de gobierno por falta de acuerdos sobre el presupuesto, Trump podría terminar convenciendo al electorado que futuros fracasos y el incumplimiento de promesas empeñadas se debe a que no cuenta con el respaldo de la mitad del Capitolio.

Por eso cuando el mandatario alaba a Pelosi, como hizo esta mañana en un tuit asegurando que la demócrata asegurando que «merece ser elegida Presidenta de la Cámara de Representantes por los demócratas. Si se lo complican a lo mejor añadiremos algunos votos republicanos. Ella se ha ganado ese gran honor», es posible que esté haciendo un cálculo electoral más que una cortesía política.

Pero después de meses de campaña virulenta advirtiendo sobre lo pésimo que sería para el país tener a Pelosi como jefa del Congreso (recuerden que Trump advirtió que el crimen y la inmigración ilegal dominaría el país si eso pasaba), las amabilidades con la demócrata pueden ser un regalo envenenado.
Para Trump tener un contrincante bien identificado en el Congreso puede ser de utilidad y Pelosi en esa posición le permitirá convertirla en objeto de su furia tuitera y en emblema del mensaje de campaña para la reelección en 2020.

Se Cae el Acuerdo Para Salvar a los Dreamers

El rechazo del Senado a todas las iniciativas migratorias supone un fuerte golpe para todas las partes y devuelve al comienzo las negociaciones, que han durado meses.

El propio Trump vio como la propuesta legislativa que él respaldaba, redactada por el republicano Chuck Grassley, fracasaba al no superar la barrera de 60 votos en el Senado, donde los republicanos tienen la mayoría.
El Senado de Estados Unidos rechazó este jueves un plan de reforma migratoria impulsado por el presidente Donald Trump, como había hecho poco antes con un proyecto de ley elaborado por legisladores de los dos partidos políticos, y otros dos proyectos que habían llegado al recinto.

Tanto el que contaba con el aval del presidente como el que había surgido de un acuerdo entre los dos partidos abrían un camino a que 1,8 millones de inmigrantes accedieran a la ciudadanía estadounidense, pero diferían en los recursos destinados al refuerzo de la seguridad fronteriza.

El fracaso del Senado para llegar a un consenso sobre el tema de la inmigración pone a esos inmigrantes en peligro de deportación a partir del 5 de marzo, cuando la Casa Blanca planea rescindir las protecciones legales de la era Obama. No está claro aún qué hará la cámara en caso de llegar a esa fecha sin acuerdo.

La Casa Blanca publicó en enero una guía de sus exigencias para una ley de reforma migratoria, que incluye la vía de 1.8 millones de inmigrantes a la ciudadanía pero a cambio hace hincapié en el refuerzo fronterizo con la construcción de un controvertido muro con México.

Además, exige el fin de la llamada migración familiar y acabar con el sorteo de visas de residencia (green cards).

Esa posición quedó plasmada en un proyecto de ley elaborado por el senador republicano Chuck Grassley, que también fue rechazado este jueves.

El proyecto de ley de Grassley «logra los cuatro pilares definidos por la Casa Blanca: una solución definitiva sobre DACA, fin de la migración familiar, fin del sorteo de visas, y refuerzo de fronteras mediante la construcción de un muro», había elogiado Trump.

Unos 690.000 inmigrantes regularizaron su situación mediante el programa DACA. Al anunciar el fin de la renovación de DACA, Trump determinó que el plazo final de esos beneficios se extinguirían el 5 de marzo.

Sin embargo, un juez federal bloqueó el fin de DACA, de forma que el programa se mantiene legalmente vigente y los beneficiarios pueden presentar un pedido de renovación de sus permisos de residencia aún después del plazo.

Los Demócratas se Llevan las Elecciones los Votantes Castigan a los Republicanos

Los candidatos demócratas a gobernador en Virginia y Nueva Jersey ganaron el martes con un amplio margen sus contiendas y varios alcaldes del partido en grandes ciudades fueron reelegidos en lo que podría ser un mensaje de rechazo al presidente republicano Donald Trump.

Los votantes escogieron sucesores para el gobernador demócrata Terry McAuliffe en Virginia y el republicano Chris Christie en Nueva Jersey, ambos limitados a dos períodos en sus cargos, en disputas consideradas como un primer referendo sobre la presidencia de Trump.

Larry Krasner, un demócrata progresista que había prometido poner fin al encarcelamiento masivo y la pena de muerte, ganó las elecciones y será el próximo Fiscal de Filadelfia en sustitución de Seth Williams, condenado a 5 años de prisión recientemente por aceptar un soborno. Krasner se impuso por amplio margen de votos ante su oponente republicana Beth Grossman para fiscal de distrito de Filadelfia.

En Virginia, un estado que no siempre se inclina por el mismo partido, el vicegobernador Ralph Northam, un pediatra demócrata, derrotó al republicano Ed Gillespie.

Trump grabó llamadas para ayudar a impulsar a Gillespie en el tramo final de la campaña. En una llamada, Trump dijo que Gillespie compartía su punto de vista sobre inmigración y delincuencia y que ayudaría a «Hacer que Estados Unidos Vuelva a ser Grande» (lema de su campaña presidencial). Trump también dijo que Northam sería un «desastre total» para Virginia. El demócrata Phil Murphy, ganó la gobernación de Nueva Jersey con un 56 por ciento de los sufragios emitidos, al imponerse por mayoría de votos a la republicana Kim Guadagno.

Los demócratas también ganaron las elecciones en Camden, Nueva Jersey, donde el hispano Francisco “Frank” Moran, se alzó con la Alcaldía de éste condado al sur del estado Jardín.

Frank Moran dijo que seguirá trabajando fuerte y junto al Consejo de Camden transformar a esta ciudad, que ha sido considerada, la más pobre de Nueva Jersey.

El Presidente no Quita el Dedo de la Llaga con el DACA

Si quieren llegar a un acuerdo los demócratas conmigo acerca del DACA, necesitan permitirle contratar más oficiales de inmigración y dejarlo construir el muro. De ese tamaño es la amenaza que el Presidente les mando a los opositores de su partido, para que pueda revisar los caso de los «Dreamers», pero además se revisará las por caso.
Un carta de deseos a los Reyes Magos, fue lo que declaró el señor Presidente, en donde expresó que primero defenderá los salarios de los estadounidenses y luego vera un acuerdo de los ilegales, además de limitar las «Green Cards» en cuanto numero de expediciones por año y por familiares y crear un sistema de puntaje para ver quién es más apto para obtenerla.
El mes pasado, Trump anunció planes para poner fin al programa Acción Diferida para la Llegada en la Infancia, DACA por sus siglas en inglés, una medida tomada por el entonces presidente Barack Obama que protege a cientos de miles de jóvenes que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños.
El presidente también quiere expandir la lista de delitos que hace que alguien no sea elegible para venir a Estados Unidos, como membresía en pandillas, violencia doméstica, abuso infantil y conducir bajo la influencia del alcohol. Esas ofensas harían que más inmigrantes sean elegibles para deportación.
La demanda del presidente por un muro fronterizo fue una parte clave de su exitosa campaña en la Casa Blanca, y reiteró esa demanda el mes pasado cuando negó haber alcanzado un acuerdo con los líderes demócratas de la Cámara y el Senado sobre la DACA.
Pero los demócratas se oponen vehementemente a muchas de las demandas de su lista. En una declaración conjunta, la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi y el líder demócrata del Senado Chuck Schumer dijeron que la lista «va mucho más allá de lo que es razonable».
Trump ha dado al Congreso seis meses para presentar una legislación para proteger a los casi 800,000 Soñadores de la deportación.

Sin el Muro con México no hay Acuerdo Sobre el DACA

Antes que todo ¿quién lo entiende?, ahora dice el Presidente Donald Trump, que si no hay acuerdo sobre la construcción del Muro en la frontera con México, no habrá acuerdo sobre los 800,000 jóvenes que se encuentran en el limbo por el acuerdo del DACA (Consideración de la Acción Diferida para las Llegadas de la Niñez), que fue terminado la semana pasada por el Procurador General del país.
Los dreamers han perdido el control de su suerte. Donald Trump ha decidido utilizarlos como moneda de cambio para lograr que los demócratas apoyen con su voto un endurecimiento de la seguridad fronteriza, así lo aclaró en un tweet el día de hoy en la mañana.

El toma y daca del Presidente y la fracción demócrata han estado hablando sobre el tema y supuestamente ayer se había logrado un acuerdo inicial, pero hoy en la mañana con el twitter antes mencionado se destruye toda negociación. Con la cuenta atrás en marcha, esos 800,000 inmigrantes que llegaron de niños a EEUU y sobre los que se cierne la sombra de la deportación, son ahora rehenes del juego político de Washington.
La confusión es un arma en manos de Trump. En menos de 12 horas, el presidente manejó el destino de los dreamers como si fuera una pelota de ping-pong. Primero recibió a los líderes demócratas en la Casa Blanca; luego dejó que la oposición lanzará un comunicado anunciando un principio de acuerdo para regularizar a este colectivo, al amanecer lo desmintió en Twitter, y al cabo de dos horas, antes de subir al avión que le debía llevar a Florida, afirmó que el acuerdo que estaba bastante próximo y lo ligó de la construcción del muro, un anatema para los progresistas.
Aseguró también que el Muro ya se encontraba en construcción en donde se remplazaría el ya montado o se construiría uno nuevo, en otro mensaje de la red social. El programa DACA, creado por Barack Obama y al que Trump ha puesto un plazo de seis meses para su cancelación, les otorga un permiso provisional que les permite trabajar y conducir, así como acceder a la seguridad social y disponer de una tarjeta de crédito. Eliminada esta cobertura, se ha abierto para ellos el horizonte de la deportación. Una pesadilla para cientos de miles que jóvenes crecidos y educados en EEUU y que en muchas ocasiones ni siquiera conocen el idioma de su país natal.